En plena reactivación de la malhadada Memoria Histórica de Rodriguez Zapatero, observo con estupor cómo sus precursores podemitas y socialistas de última hornada (la anterior pudo y tuvo a bien no hacerlo) olvidan que estamos en pleno centenario de las reuniones y negociaciones que finalmente sacaron a Rusia de la Gran Guerra (se le llamó Iª Guerra Mundial cuando llegó la segunda). Tras el golpe de estado bolchevique, mal llamada revolución para destronar al Zar (que llevaba siete meses abdicado y encarcelado), del 25 de octubre (calendario Juliano-ruso) o 7 de noviembre (esta fecha con nuestro calendario gregoriano) y que culminó con la toma del Palacio de Invierno, que no ocupaba el Zar sino el Gobierno Provisional de la República que presidía Kerensky y de donde habían salido los socialistas-revolucionarios y los mencheviques en protesta por el inminete golpe. En esta situación se celebraron elecciones que terminaron en enero de 1918 con una estrepitosa derrota de los bolcheviques de Lenín y Trotsky. Derrota que no fue óbice para cambiar la situación y que Lenín justificó diciendo "que el poder de los soviets era superior al de la asamblea elegida". Las votaciones se habían realizado en un estado de paz transitoria pues se había firmado un alto el fuego con los Imperios Centrales, como inicio de las conversaciones de paz en las que participaba Trotsky como comisario de Asuntos Exteriores.
Trotsky llega a Brest-Litovsk en diciembre de 1917 |
Las negociaciones de paz habían comenzado el 20 de diciembre con el cese de hostilidades el día 15, pero las condiciones que pretendían los Imperios centrales y Turquía no eran aceptables para el ala dura del partido bolchevique, que pensaba que lo que había que hacer era ganar tiempo para reorganizar a su ejército, aunque con el riesgo de que la tranquilidad calase en los soldados que palpaban una muy deseada paz. Así transcurrió el mes de enero de 1918 hasta que a primeros de febrero los rusos se levantaron de la mesa de negociación y provocaron que los alemanes activaran el frente y comenzaran un avance que el ejército rojo fue incapaz de frenar, la verdad es que no opusieron resistencia digna de tal nombre y al cabo de 20 días el frente se había desplazado hacia el interior de Rusia, tanto como en los tres años anteriores.
Por fin, un 25 de febrero de hace 100 años, el Comité Ejecutivo de los Soviets por 115 votos contra 85, aceptó la propuesta de Lenín de firmar la paz. Naturalmente en este mes transcurrido desde que se levantaron de la mesa de negociaciones, los alemanes endurecieron sus condiciones que fueron aceptadas y el 3 de marzo se firmó el Tratado de Brest-Litovsk que llevaba la paz al frente del este ; con este tratado, Rusia reconocía a Alemania lo conquistado en Polonia y los Países Bálticos, se daba a Ucrania una semiautonomía bajo control alemán y también Turquía recibía territorios fronterizos en litigio desde el siglo anterior. En resumen, Rusia perdía el territorio donde vivía casi un tercio de su población pre-bélica, un tercio de sus tierras cultivadas, y el 75 % de sus zonas industriales. Poco después, un Trotsky avergonzado, dimitía de su cargo de Comisario de Asuntos exteriores. Desconfiando de los alemanes y ante su proximidad a Petrogrado, unos 150 km, Lenín trasladó la capital de esta ciudad a Moscú.
Desgraciadamente la guerra continuó, en el frente del oeste con importantes ofensivas alemanas durante la primavera y el verano, gracias a los fuertes contingentes trasladados desde el frente del este y que fueron frenadas por los aliados con el vital apoyo del millón de soldados americanos que por fin en julio ya estaban en condiciones de contraatacar y conseguir que Alemania firmase un alto el fuego el 11 del 11 del 18, como paso previo a la aceptación de su derrota y firma de los tratados de la paz de Versalles; pero no avancemos tanto, porque mientras tanto en Rusia se había declarado una guerra civil que duraría hasta 1922 y mezclada e interrelacionada con la misma una serie de guerras por consolidar fronteras en la zona. De ellas la más importante fue la guerra ruso-polaca, que confirmó la independencia de Polonia y el reparto de parte de Ucrania con Rusia.
Volviendo al caído Imperio Ruso, destacar que la verdadera revolución y derrocamiento del Zar, se había producido en 15 de marzo del año anterior, mientras Lenín se hacía un Anna Gabriel en Suiza. El levantamiento coincidió con el día internacional de la mujer, 10 días antes, que recibió el apoyo de unidades del ejército. El zar fue destituido y el gobierno provisional se formó, principalmente, con socialistas-revolucionarios, mencheviques y bolcheviques; todo esto un mes antes de que Lenín llegase de Suiza gracias al apoyo alemán. Un verano inestable llevó a Kerensky a la jefatura del gobierno hasta que el golpe de estado bolchevique se hizo con el poder en octubre/noviembre del 17. Tras las elecciones de noviembre 17/enero 18, en que Lenín y sus bolcheviques quedaron como segunda fuerza en votos (9.000.000), agran distancia de los socialistas-revolucionarios (16.500.000); Kerensky y otros núcleos que añoraban al depuesto zar, se alzaron en armas contra el ejército rojo que estaba organizando Trotsky. Tras más de tres años de guerra y un millón de muertos, Lenín consolidó su poder omnímodo; no olvidemos que nacido con un golpe de estado y la posterior guerra civil; ¿nos suena a algo conocido?