MOCION DE CONFIANZA POR LA PUERTA DE ATRÁS, AL ESTILO SÁNCHEZ

Parece evidente que tras las declaraciones de representantes de los diversos partidos que sostienen al gobierno, el Sr. Feijóo no va a presentar una moción de censura que perdería seguro y que solo serviría para dar un balón de oxígeno al sinvergüenza que tenemos por presidente.

¿Se agota su tiempo?

Como en la comparecencia y posterior breve rueda de prensa de Pedro Sánchez, dejó claro que no va a dimitir ni va a convocar elecciones anticipadas, la única forma de enfrentarle a su soledad es una moción de confianza que tampoco está dispuesto a presentar pero que creo que puede ser sustituida por una triquiñuela al gusto de Sanchez, Pumpido y García Ortiz. Pedir un suplicatorio por cualquiera de los jueces que tienen abiertas investigaciones en su entorno.

La Constitución y la LECRIM tienen descrita la referida petición previa a investigar a un aforado y en nuestro caso Pedro Sánchez lo es. Así pues cualquiera de los jueces de Instrucción que investigan el entoro de Sánchez y que necesitan ampliar el conocimiento y/o relación con el Presidente, cursa una providencia al Congreso para que expida certificación acreditativa de la condición de diputado de la persona contra la que quiere proceder. La Cámara la expide, si procede, y el juez la remite al Tribunal Supremo, que es el órgano competente para investigarlo.

                                    

Una vez recibido el Suplicatorio, la presidenta, previo acuerdo de la Mesa, tiene 5 días para remitirlo a la Comisión del Estatuto de los Diputados que es la competente para estudiarlo. En la Comisión, tras la audiencia al interesado, cuentan con un período de 30 días para emitir su informe, que será sometido al primer pleno ordinario que se celebre.

Aquí tendríamos una moción de confianza pues el pleno, con diputados uno a uno, tiene que autorizar o denegar la autorización del suplicatorio. Si resulta positivo, ya tendríamos al presidente soportando una investigación y búsqueda de información en sus lugares de trabajo; vergüenza insoportable para cualquiera, Pedro Sánchez incluido. En caso de rechazarse el suplicatorio, los diputados que apoyasen explicitamente a Sánchez tendrían que dar la cara publicamente y quedarían marcados.