Escuchar, la noche del pasado domingo, 23J, gritos de "no Pasarán" entre los asistentes ante la sede del PSOE en la C/ Ferraz, acompañados por los apalusos histéricos de la ministra Montero, me recordaron a una miliciana que se hizo famosa el 28 de julio del 36, al dar la orden de ¡Fuego! a un pelotón de milicianos que se congregaron para fusilar al Cristo del Cerro de los Ángeles. Este fusilamiento, el 28 de julio, fue complementado con los intentos de gente que se concentró, el 6/7 de agosto, para derribar la estatua y su cruz a martillazos pero como no lo consiguieron, recurrieron a tirar con un cable atado a un tractor. Dado los escasos resultados, optaron por el uso de explosivos y así consiguieron su objetivo. La maladada ley de Memoria Democrática/Histórica está dando sus frutos. ¡ Que pena !
Naturalmente se hacen fotos, orgullosos de su proeza, en lugar de acudir a ayudar a sus correligionarios que corrían delante de las tropas que avanzaban sobre Madrid; una vez superada la resistencia de Badajoz. Estos héroes, que ahora hay que adular, profanaron el monumento y asesinaron a los cinco religiosos que mantenían el culto. Gran proeza estos asesinatos, ante la feroz resistencia de los susodichos religiosos. El Frente Popular decidió, lejos de aprovechar su uso estratégico, emplear el convento para instalar una checa en la que fueron asesinadas decenas de personas
Las brutalidades cometidas por ambas partes no deben olvidarse para no repetirlas, pero tampoco usarlas indebidamente. Es famosa la frase blood, blood, blood (sangre, sangre, sangre) dicha por Winston Churchill, en septiembre del 36, al rechazar la mano del embajador de la República en Inglaterra, Pablo de Azcárate; que antes que embajador en Reino Unido, fue Secretario General Adjunto de la Sociedad de Naciones; con gran prestigio internacional. Nunca fue recibido ni por el rey ni por ninguno de los dos premieres.
Como dice Ángel Viñas en su estudio sobre los diplomáticos en la guerra civil: "La guerra también se pierde en las alfombras". La tarde del 22 de agosto, un grupo de milicianos anarquistas entró en la cárcel Modelo y se hizo con el control de la prisión, al tiempo que las autoridades se mostraban incapaces de recuperarlo. Aquella misma noche una treintena de conocidos políticos, entre ellos Melquiadesades Álvarez, y militares que se encontraban recluidos fueron asesinados por los milicianos, lo que provocó el llanto de Azaña, por su amigo y antiguo jefe Melquiades Álvarez, y un intento de dimisión; Indalecio Prieto murmuró que así no se podía ganar la guerra. La reputación del Gobierno republicano, que no había sido capaz de controlar a la muchedumbre y evitar la matanza, quedó gravemente afectada y provocó las protestas del Cuerpo diplomático acreditado en Madrid.
Tras una guerra cruel, "terminaron pasando"
Jeje , pues hoy falta la guerra a lo que parece , porque la rabia , es reséquenos la desesperscion en ciudadanos de pro , está latente .
ResponderEliminarY lo sabemos todos . Hay tres Españas , no dos , y partidos dispuestos a ser de esta España , Los manarrachos . Fdo : chusa garcía Ojosnegros
Un poco de paciencia.
EliminarEsto ignorantes siguen la actitud del coletas, que lo único que ha hecho ha sido traer el guerracivilismo a un pais que tenia olvidadas las consecuencias que trae toda guerra civil.Lo de la Memoria Histórica Democrática es un gran ejemplo del fanatismo rencoroso del que somos capaces.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, con la salvedad de la actuación iniciadora de Zapatero.
EliminarYo siempre había leído el nombre de "Melquíades Álvarez"
ResponderEliminarEfectivamente, ni que estuviesemos en las guerras de los griegos con los persas, jajaja. Gracias por leerme. Corregido.
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