Desgraciadamente vuelvo a actualizar este artículo, ahora incluyendo una DANA que ha vuelto a asolar Levante, Letur en Albacete y parte de Málaga. Lo peor del desastre es que se supera el medio centenar de fallecidos y todo apunta a que al final se supere ampliamente esa cifra. Anteriormente en mayo de 2023, escribí lo que sigue y nuevamente hemos de lamentar nuestra falta de actitud, una vez que pasa el desastre. Buenas palabras y poco más en un desastre que nos visita con periodicidad.
El artículo incluía y mantengo esa DANA que se había adelantado al final de mayo del 23; tras unos calurosos meses de marzo, abril y medio mayo que han calentado las aguas del Mediterráneo y con la llegada de aire frio en altura se presenta un anticipo del otoño. Una DANA que nuevamente nos pilló sin haber hecho los deberes y como final a una gran sequía. Agua que anega Castellón, Benicasim, Cartagena... y que se desaprovechará mayoritariamente. Seguimos sin estanques de avenidas ni azudes en las torrenteras ni grandes balsas que puedan laminar las avenidas y retener el agua tan necesitada cuando nos pilla con los embalses al 47% de su capacidad. El texto es repetitivo.
Parece mentira pero no aprendemos y vivimos colgados de la brocha de la improvisación. De todos es conocido que los incendios se apagan en invierno y aún así no pasa ningún año con grandes incendios que devoran nuestros bosques que no se han preparado en invierno, limpiando trochas, manteniendo los cortafuegos, pastoreando entre ellos para favorecer su defensa frente al fuego, mayormente imprudente o mal intencionado. Apenas se han apagado los ecos del devastador incendio de Canarias, rematado con la fotogénica visita del Presidente en funciones y ya tenemos otra desgracia ampliada por la imprevisión hidráulica, también rematada por la visita en helicóptero del Presidente en funciones que
nuevamente ofrecerá el oro y el moro para la reparación de los daños. Desde 1270 se conocen más de 200 riadas en la cuenca del Segura y no invertimos lo necesario, como si fuese más barato reparar que invertir en prevención.
Mar Menor Antes de la DANA |
Después de la DANA, con el lodo |
Hace casi un año, la desgraciada riada en Mallorca, la maldita gota fría, llenó los telediarios y la prensa escrita, fue el 9/10 de octubre con una lluvia de 233 l/m2, que produjo una riada de características desconocidas en las islas y que ocasionó grandes destrozos en varios municipios y lo que es peor, la muerte de 13 personas. Sanchez ofreció ayudas evaluadas en 20 millones pero aún no se ha recibido ni un céntimo. Este año la gota fría, ahora denominada DANA se ha cebado con dureza en el Levante y algunos ramalazos en Granada y entorno de Madrid y La Mancha.
Municipios afectados. |
Curiosamente, ni el año pasado ni ahora he oído referencias a otras inundaciones catastróficas que se han producido en el entorno espacial y por causas similares. Por lo que podemos pensar que no se han puesto los medios necesarios para mitigar los daños, conocidos desde hace cientos de años. Por ejemplo entre 1895 y 1908 se hicieron obras de reforma del Canal del Reguerón", recreciendo la capacidad del mismo de los 60 m3/seg. iniciales hasta los 100 m3/seg. No fue suficiente y la gota fría de 1919 lo demostró, desgraciadamente. Posteriormente en los años 40 del siglo XX se recrecieron los márgenes hasta alcanzar una capacidad de 300 m3/seg, la misma que tiene actualmente.
Ayuntamiento de Cartagena. 1919 |
Riada de Valencia de 1957 |
Riada de Valencia de 1957 |
Con un desfase de días y varios años, podemos recordar otras gotas frías; la riada de Valencia del 15 de octubre de 1957, se llevó por delante la vida de 85 personas y cuantiosos daños materiales; ahora el viejo cauce del Túria es zona de ocio y paseo. Con un nuevo cauce, exterior a la ciudad, de mucha mayor capacidad de desagüe, no ha vuelto a inundarse. Otra la rotura de la presa de Tous el 20 de octubre de 1982. Las lluvias torrenciales no son excepción en esta parte del Mediterráneo y se conocen como gota fría; coincidiendo con el principio del otoño que puede hacer coincidir una masa de aire frío en altura con el agua caliente del final del verano mediterráneo.
Barcelona, 25 de septiembre de 1962. Nunca jamás vieron en la provincia nada igual. Las cifras oficiales hablaban de 617 muertos en apenas unas horas, aunque estudios recientes aseguran que hubo cerca de mil. Aparecieron cadáveres a kilómetros de distancia de sus casas. Barrios enteros desaparecieron. Coches, camiones y autobuses fueron arrastrados por las riadas. Fue, en resumen, la peor catástrofe natural de la historia reciente de España. Rubí contabilizó cerca de 300 muertos y Tarrasa los sobrepasó. La mayoría inmigrantes andaluces que habían llegado a Cataluña para buscarse la vida en la industria de la zona y que habían construido sus viviendas con materiales precarios en viejos cauces. Error que se repite a pesar de los nefastos resultados. Unos efectos que sufrieron los padres de Mari Pau Dominguez. (https://www.abc.es/opinion/abci-apatridas-cataluna-201606081726_noticia.html
San Adriá, de Besós 27.09.1962 |
Entonces, octubre de 1982, se habló de zonas con 500 l/m2 de precipitación y que en algunas zonas llegó a 1000 l/m2. Aquella rotura se llevó muchos millones y lo peor, 40 vidas humanas. Tous tenía en su diseño, varias veces modificado, la semilla de su triste final; era una presa ejecutada con estribos de hormigón, mientras la zona central era una presa de materiales sueltos, con núcleo de arcilla y taludes de escollera. El contacto de los estribos de hormigón con la parte de tierra es un punto de máxima debilidad y por eso era una presa que nunca se dejaba que se llenase. Cuando la crecida llegó, se pensó en aprovechar para aumentar la cantidad embalsada, pero cuando siguió llegando agua se intentó abrir las compuertas del vertedero, pero no fue posible por una serie de desgraciadas coincidencias. La realidad es que el agua supero la presa y el aliviadero no pudo evacuar la crecida. Estas fatalidades y errores permitieron que se declarase responsable al ingeniero de mantenimiento y así el Estado, como subsidiario, pagase las indemnizaciones. Si se hubiese considerado como desastre natural, muchos no habrían cobrado. En la siguiente foto, se observa como los estribos de hormigón sí aguantaron. Una ventaja del núcleo de materiales sueltos, es que la rotura es más lenta que en el caso de hormigón que volcaría y generaría una ola tremenda. La nueva presa en capaz de almacenar 380 Hm3, cuando la que se rompió solo alcanzaba a 80 Hm3, por lo que la nueva puede regar más superficie y laminar avenidas para controlar posibles riadas; como se acaba de demostrar.
Restos de la presa de Tous, tras su rotura. |
Mi presa estaba casi terminada pero a uno de los bloques le faltaba varias tongadas y eso evitó que volcase pues su capacidad de evacuación era mucho mayor. Las grúas, silos de cemento y otros medios auxiliares quedaron bajo el agua y encofrados, maderas...fueron arrastrados hasta el Tietar. Fotos de izda a derecha: presa embalsada con la grúa bajo el agua, un silo flotando y arrancado de su anclaje. Derecha la presa, vista desde aguas abajo, terminada a falta de la barandilla de coronación; se ve el aliviadero y el trampolín. Foto del Alcalde, Primitivo Bravo y Nieto Cufí del servicio de Presas del MOPU; Manuel Martinez (encargado) y yo mismo hace 37 años. Otra perspectiva de la presa, desde aguas arriba.
Siguiendo con los recuerdos, en 1987, Alicante sufría sus peores inundaciones. Una tromba de agua de 267 litros por metro cuadrado anegó la ciudad y causó cuatro muertos. La situación actual no se había visto en Orihuela «desde la riada del 87». Si bien el cierto que el desbordamiento no fue como entonces pues las principales vías de acceso a Alicante quedaron cortadas por los torrentes y el centro se colapsó con los vehículos que eran arrastrados por el agua y quedaban atravesados en medio de las calles. Buena parte de la ciudad se quedó sin electricidad.
Otra gota fría en la zona, fue a finales de septiembre de 2012, si bien en esta ocasión las infraestructuras para la defensa ante avenidas construidas en puntos estratégicos de cauces de ramblas y ríos en la cuenca del Segura consiguieron evitar una riada de efectos catastróficos en la comarca del río Guadalentín y toda la vega baja del río Segura. Así, el embalse de Puentes, recrecido el año 2000, retuvo un caudal que alcanzó los 2.000 metros cúbicos por segundo (m3/seg), gracias a que su capacidad pasó de 13 Hm3 a 26 Hm3. También el embalse de Valdenfierno ayudó y eso que su construcción data de 1795 y aun sigue pendiente su sustitución/recrecido; Antes, en 1973, también había salvado a Lorca de una catástrofe mayor. Sin embargo, estas infraestructuras no pudieron evitar que las zonas de Nogalte, Biznaga, campo de Lorca, Puerto Lumbreras, Totana, Mazarrón, Águilas, Pulpí y Cuevas de Almanzora resultaran muy afectadas, y donde el balance final fue de 5 fallecidos.
La noche de San Juan de 1995, el cielo se cayó literalmente sobre Madrid. Una sucesión de hasta tres tormentas consecutivas descargaron cientos de rayo sobre la ciudad y causaron la muerte de una mujer de 25 años. Cortinas de agua caían sobre las calles y edificios, inundando a su paso sótanos, garajes y el Metro, y haciendo aumentar de tal manera y a tal velocidad el caudal del Manzanares que la tromba rompió las compuertas que lo represaban. En los anales de la meteorología se guarda memoria de esta noche por lo excepcional de lo que ocurrió
En línea con las actuaciones anteriores, en 2016 se acordó por la ministra Tejerina con la Consejera de Agricultura que los Presupuestos Generales de 2016 iban a incluir una serie de obras que defendieran de avenidas y aumentaran las capacidades de embalse. Desgraciadamente estan pendientes, por falta de diligencia y la situación de gobiernos débiles. Consistían en las presas de Las Moreras y Lébor y el recrecido del embalse de Camarillas. La presa de las Moreras defendera Mazarrón, la otra se ubicará en el cauce de la rambla de Lébor (Totana), que es una de las principales ramblas que aportan caudales al cauce del río Guadalentín; antes del Azud del Paretón de Totana. El recrecimiento de la presa de Camarillas supondrá un aumento de la altura de la presa en unos 25 metros adicionales, permitiendo así una mayor regulación de los riegos tradicionales y de los riegos del trasvase Tajo-Segura, al incrementar la regulación en cabecera. La previsión de capacidad es de 100 hm3.
En 2019 hay más territorio fluvial del Segura ocupado indebidamente que en 1987. Se han urbanizado muchos espacios de antigua huerta o las ciudades se han extendido ocupando espacios inundables. Si no se actúa, en unos años, volveremos a vivir un nuevo desastre, una nueva inundación en el Segura y seguramente tan importante o más que esta. Con el desconsuelo de que existen propuestas y herramientas para que ello no suceda. Pero hay que ponerse a trabajar.
El 30 de enero de 2001 el Gobierno del PP lograba sacar adelante el PHN, el primero después del aprobado en 1933 por Indalecio Prieto, por la abrumadora mayoría de 69 votos a favor y 15 en contra y con una quiebra importante en las filas socialistas. Aragón, Baleares y Asturias se opusieron y Andalucía se mostró reticente. La sorpresa la dieron otras dos comunidades socialistas, la extremeña de Ibarra y la castellanomanchega de Bono, a favor de que se debe trasvasar el agua que sobra y no desequilibrar y constreñir el futuro del Tajo que con unos embalses de cabecera que no llegan a alcanzar un 50% de su capacidad ni el los momentos óptimos. Los socialistas valencianos y murcianos también estaban a favor por motivos evidentes. Entonces llegaron al gobierno Zapatero y la actual Presidenta del PSOE, Cristina Narbona, que para satisface a ERC, lo derogaron. Perdimos el dinero que aportaba Europa, varios miles de millones de euros, con los que habríamos ejecutado esta obra, minimizado el tremendo impacto del paro y mejorado las defensas frente a inundaciones que habrían minorado estos daños y los de 2012.
Buen artículo Pedro. El problema no es que en el Levante español, normalmente a primeros de Septiembre con la formación de la "gota fría", llueva con gran intensidad en un espacio de tiempo muy reducido. El problema es que la lluvia se produce muy cerca del litoral y por lo tanto sea ya muy difícil recogerla en embalses en los cursos medios de los ríos. Pero aún así quedarían infraestructuras preventivas que realizar como actuaciones en los márgenes de los barrancos como protección de zonas inundables (muros contundentes de gaviones), aumento de la capacidad de drenaje de los barrancos, nuevos embalses (donde se puedan construir), construcción de nuevas vías de evacuación del agua como en el caso del Turia... En España llueve poco y mal, y encima no se invierte en obras hidráulicas. Todos los finales de verano asistimos ¿indiferentes? a estas desgracias.
ResponderEliminarProblema repetido con la pertinaz sequía, que periódicamente asola esa misma zona.
ResponderEliminarAndá, ¿entonces las desaladoras no sirven para paliar las inundaciones?
ResponderEliminarJajaja
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