Hace unos días escribí un artículo en este blog en el que resumía los curriculum de los ministros que conformaron el primer gobierno de la IIª República, espejo en que se quieren mirar los socialista, podemitas y demás valedores de la izda.; que ha formado remedos de frentes populares en diversas localidades y autonomías; algunas muy importantes como Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza. Cuando ya se han constituido los respectivos gobiernos y mirando sus componentes y responsables, he recordado un artículo escrito, sobre la mediocridad, por Antonio Fraguas (FORGES) el 12 de diciembre de 2012 y me ha dado la idea de reflejarlo con alguna aportaciones (en negrita) y novedades que él no podía ni imaginar hace tres años.
Empezaba preguntándose si no había llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más
allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima
de riesgo.
Asumir
que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con
otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la
calle para protestar los unos contra los otros. Pero sí se pueden agravar con la llegada al poder municipal, autonómico y posiblemente estatal a concejalas en puestos de responsabilidad, que se desnudan en una iglesia y demuestran sus dotes poéticas con pareados como:
el Papa no nos deja comernos las almajas ó
arderéis como en el 36
Reconocer
que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Somos nosotros mismos y nuestro bajísimo nivel de autoestima, el 2º por la cola.
Admitir,
para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre. Ningún
país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o
cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina
en la clase dirigente. La ley de la enseñanza apoya que se aprueben cursos en función de la edad para no acomplejar ni traumatizar al alumno
Hemos
creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el
colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen
escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las
elecciones, sin importar lo que hagan alguien cuya carrera política o
profesional desconocemos por completo, si es que la hay. Tan solo porque son de
los nuestros. Una Directora General de comunicación para el Ayuntamiento de Barcelona era desconocida hasta que ha aparecido su foto meando en la calle. ¿alguien conoce al que ocupa el puesto nº 10 de cualquier lista electoral?
Estamos
tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como
el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas
al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
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Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día
frente a un televisor que muestra principalmente basura.
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Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que
hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política
internacional.
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Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido
dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo. Donde se tolera que sea concejal de distrito un chistoso sobre el holocausto judío y las victimas de atentados y violaciones
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Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres
décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
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Mediocre es un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de
Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores
del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
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Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin
embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país
vecino bromean sobre sus deportistas. Referencia en Francia a Fernando Alonso
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Mediocre es un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad
es marginada –cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada. Se protesta porque se abran escuelas o aulas de excelencia
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Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes
políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas
profesiones, pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida. Hemos tenido un presidente de gobierno que solo trabajó en el partido y fuera de él su experiencia era nula
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Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional,
perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima
plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una
idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad
y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
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Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los
mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o
dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
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Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña
nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo. Ahora sirve para taparse con ella como la piel de cordero que camufla al lobo.
-Es mediocre el país cuando el objetivo de sus universitarios es sacar una plaza de funcionario, sin importarles su masificación y administración elefantiaca.
- Es mediocre el país que subvenciona y emplea cantidades ingentes de dinero en la renta básica de exclusión, en lugar de formación o subvención a la creación de empleo.
- Es mediocre el país que se entrega a partidos populistas que pretenden imponer una renta básica para todos y limitar los salarios a un máximo.
Todo lo que una
persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber
trabajado para ello, pero sin recibirlo. El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado
a alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no
tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de
ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar
porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso... mi
querido amigo.........es el fin de cualquier Nación.
“No se puede
multiplicar la riqueza dividiéndola”.
Dr. Adrian
Rogers, 1931
-Es mediocre el país que vota a grupos que apuestan por compañías peligrosas y nos pone como ejemplo a los dirigentes de Grecia que están llevando a su país al borde del precipicio.
EJEMPLO A SEGUIR |
La gran mayoría de los políticos españoles son muy mediocres pero no hay lugar para mucha queja porque esto es así en gran parte porque la gente que está bien preparada, que hay bastante, no tiene interés por entrar en política. Y, por cierto, la gran mayoría de los comentaristas políticos son tan o más medianías que estos. He dicho. Luis M. Pousa
ResponderEliminarDesgraciadamente estoy de acuerdo en calificar de medianías a los comentaristas políticos. Con la pandemia que nos ha alcanzado, hemos alcanzado el máximo nivel de ineptitud y así ocupamos el primer puesto mundial de fallecidos por millón de habitantes. Puesto de deshonor que también alcanzamos en cuanto a contagios entre el personal sanitario.
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