lunes, 18 de diciembre de 2017

HOMENAJE A LA GUARDIA CIVIL.

Iniciábamos la semana con el recuerdo doloroso del 30 aniversario del atentado de ETA contra la casa cuartel de Zaragoza. En aquel 11 de diciembre de 1987 murieron 11 personas, entre ellas cinco niñas con edades entre tres y doce años, además hubo 88 heridos, en su mayoría civiles. El ataque se produjo mediante un coche bomba con 250 kilos de amonal, poco después de la seis de la mañana, cuando la mayoría de los habitantes de la casa cuartel se encontraba durmiendo, destrozó el inmueble y sepultó a las víctimas bajo los cascotes. Era un atentado canalla que buscaba hacer daño a las familias y no solo a los agentes.


No se había apagado el eco de este amargo recuerdo, cuando el pasado día 15 por la tarde, dos guardias civiles eran vilmente asesinados, junto a un agricultor, por un serbio con experiencia militar, en el paraje de El Ventorrillo, entre las localidades turolenses de Andorra y Albalate del Arzobispo. 

Los dos agentes, cumplían con su trabajo e iban acompañados por un agricultor que conocía la zona; estaban buscando a un hombre que 10 días antes disparó e hirió al dueño de una masía y al cerrajero de Albalate del Arzobispo, cuando intentaron entrar en la referida masía en que ignoraban se escondía este asesino. Los dos heridos lograron llegar al pueblo y avisaron de lo sucedido, lo que originó que se organizasen efectivos rurales para investigar lo sucedido. Ignoraban que se trataba de un experto asesino que era buscado por la policía italiana, como autor de otros tres asesinatos, pero como precaución los guardias llevaban su chaleco antibalas, que desgraciadamente no les sirvió de nada porque el ex-militar bosnio conocía los puntos débiles de los chalecos. Conocidos estos hechos, se organizaron los grupos de caza y captura que han llevado a la detención del asesino que había huido en una pick-up; demostrando la eficacia de nuestro más valorado cuerpo policial y su profesionalidad al cogerlo vivo. Años atrás quedaba la tan cacareada ley de fugas.

Dentro de las redes sociales hubo infinidad de apoyos a la Benemérita, con alguna descerebrada excepción, que yo viera, y es que una tuitera se alegraba de la magnífica semana vivida en Aragón por la muerte de un nazi (el motero asesinado por el chileno) y dos guardias civiles. Esto más la petición de una seguidora, me ha animado a hacer un breve recorrido por este cuerpo que está a punto de cumplir 175 años de existencia y que ha participado en nuestra reciente y convulsa historia.


Empezaremos por sus antecedentes, que se remontan a la creación, por los Reyes Católicos, de La Santa Hermandadla primera unidad militar permanente que existió en España y una de las primeras tropas regulares organizadas de Occidente. Fue creada  en 1476 para garantizar la seguridad y mantener el orden público en todos los territorios de la Corona, por tanto, fue el primer cuerpo nacional de policía de Occidente. Luchó contra el bandolerismo y los nobles que asaltaban los caminos para recaudar fondos para sus tropelías. También participó como unidad armada en la toma de Granada. Llegó a estar formada por unos 2.000 hombres y aunque resultó muy efectiva, fue decayendo al ser sustituida paulatinamente por el ejército y milicias locales. En 1834, fue votada una ley en las Cortes por la que se ordenaba su desaparición total. Diez años más tarde, se crearía la Guardia Civil como sustituto.
Soldados de la Santa Hermandad
La guerra de independencia había poblado los caminos de bandoleros que atentaban contra la seguridad en los mismos y en las poblaciones rurales; a esta inestabilidad había que añadir las disputas entre las corrientes liberales (trienio 1820-23), guerras de los agraviats y malcontents,... que habían generado milicias municipales en defensa de su idea de España: liberal o absolutismo. Así transcurre el primer tercio del S. XIX, que termina con la muerte del rey absolutista Fernando VII y la lucha liberalismo-absolutismo que desemboca en una guerra civil, la 1ª carlista, que asoló España desde 1833 a 1839. Terminó con el abrazo entre el General carlista Maroto y el General isabelino, Espartero (nombrado Príncipe de Vergara por Isabel II). Abrazo en el que confiaban el coronel Casado y otros militares, al rendir el Ejército del Centro en marzo del 39.
Abrazo de Vergara entre Maroto y Espartero. Lo que faltó en 1936/39


Terminada la 1ª guerra carlista, los enfrentamientos por establecer un liberalismo moderado frente a otro más liberal, llenan los siguientes treinta años y es ahí donde el conservadurismo consigue crear la Guardia Civil, mayo de 1844, cuyo objetivo era proveer al buen orden, a la seguridad pública y a la protección de las personas y de las propiedades, fuera y dentro de las poblaciones; si bien la finalidad era reforzar el poder centralista y desarmar la Milicia Nacional, muy arraigada en los municipios, que habían defendido el liberalismo más progresista.




La Guardia Civil nace como un cuerpo militarizado pero independiente del ejército, aunque con una dicotomía curiosa: depende orgánicamente del Ministerio de la Guerra en lo tocante a organización, personal, material y sueldos, pero dependerá del Ministerio de Gobernación en lo tocante al servicio. Responde a una concepción militarizada del orden público. Su implantación es progresiva y se basa en la constitución de un tercio en cada Capitanía General; cada tercio se divide en compañías provinciales y así hasta llegar a la unidad básica "el puesto". Con la 1ª república sus efectivos alcanzan los 30.000 hombres. Así es hasta la Restauración en que se integra en el ejército, en 1878, con Cánovas del Castillo. 

Carga de la Guardia Civil contra manifestación obrera y disturbios de O.Público


La selección de personal era muy estricta y selectiva entre los más capacitados físicamente y sabiendo leer y escribir, cuando el analfabetismo en España superaba el 70%. Se ingresaba por un período de ocho años con opciones de reenganche. Su fundador, el Duque de Ahumada, defendió que sus miembros pudieses vivir con un cierto desahogo para dificultar que cayesen en la tentación de corruptelas. En esa línea, se exigía a sus posibles esposas una dote suficiente para que pudiese la familia vivir sin sobresaltos. Los sueldos eran muy superiores a los del ejército y cobraban prima de reenganche. A finales de siglo, la penuria general les alcanzó y las primas se tardaban en cobrar y las subidas de sueldo eran escasas o inexistentes, pero peor vivían el el campo las gentes y el Guardia Civil al menos tenía el sueldo fijo. Otra peculiaridad era el aislamiento provocado por las ordenanzas pues el guardia civil no podía servir en su pueblo o en el de su mujer y sufrían cambios de destino para evitar excesivas familiaridades. Tambien a esto ayudaba el aislamiento que significaban las casas cuartel.



Este cuerpo, creado a mediados del S.XIX se adaptó mal al cambio de siglo, especialmente hasta llegar a la IIª República; pues en los anteriores años, fue utilizada excesivamente a favor de los propietarios y  en la represión de los movimientos anarquistas del campo andaluz y del pistolerismo catalán que en parte se defendía del pistolerismo de los patronos. Así cuando se establece la República, se produce la paradoja de que muchas de las nuevas autoridades han sido perseguidas por la Guardia Civil. En palabras del propio Azaña: "Mucha gente odia a la Guardia Civil, sobre todo en la clase obrera y mucha gente adora a la Guardia Civil, considerándola como sustentadora única del orden social. A estas dos posiciones, que son antiguas, se añade ahora una gran pasión por ambas partes".



Se llega a la matanza, con ensañamiento brutal hasta el punto de dejar irreconocibles los cadáveres, de cuatro guardias civiles en la localidad pacense de Castilblanco el 31 de diciembre de 1931. Tambien en los Sucesos de agosto de Villa de D. Fadrique (Toledo), mueren otros dos guardias a manos de campesinos sublevados contra los propietarios. Por contra en el pueblo riojano de Arnedo, mueren once personas al disolver la guardia civil una manifestación. En esta situación sobrevienen los sucesos de Casas Viejas que terminaron con 19 campesinos muertos y tres guardias (dos de asalto)
                                               El anarquista Seis Dedos y sus compañeros quemados en la choza                                                                         
Paso a paso y en un clima golpista, con el fallido de Sanjurjo el 10 de agosto del 32 y el de Companys el 7 de octubre del 34, llegamos al primer gran ensayo de la posterior guerra civil con la Revolución de Asturias; en cuya pacificación tuvo un papel importante, pero con excesiva dureza, la Guardia Civil al mando del Capitán Lisardo Doval; sufriendo 111 muertos y casi 200 heridos. En julio del 36 la Guardia Civil se puso incondicionalmente al lado del sublevado Coronel Aranda.



 En el verano de 1936, la Guardia Civil consta de 34.392 hombres a lo largo y ancho de España; contingente similar al del Ejército de África (35.000 hombres). Por tanto controlar a las fuerzas de la G.C. es vital apara el triunfo o el fracaso del golpe militar y así lo entendía la República que las puso bajo el mando del General Sebastian Pozas; de obediencia acrisolada al Gobierno. Cuando el 18 de julio se produce el levantamiento militar, puede decirse que triunfa donde es apoyado por la Guardia Civil y fracasa donde esta se mantiene fiel al poder legalmente establecido. Los ejemplos son claros en Valencia, con el capitán Manuel Uribarri y Barcelona, con el coronel Escobar y el general Aranguren que evitaron la victoria del general Goded; victoria que habría cambiado la historia pues la guerra no habría durado y Franco no habría sido Jefe de Estado, pues Goded estaba por delante en rango, prestigio, antigüedad y apoyos.


Durante la guerra, en los principales asedios estuvieron presentes y fueron sostenidos por fuerzas de la Benemérita: de los 2.200 hombres de Aranda que resisten un asedio de 85 días en Oviedo, 1300 son guardias civiles (murieron 466); en el Alcázar de Toledo los 690 hombres del teniente coronel Romero Basart representan el 60% de la guarnición y resisten dos meses largos; en el Santuario de Santa Maria de la Cabeza, cerca de Andújar, se refugian 270 guardias y sus familiares y resisten nueve meses hasta su rendición. 



En la época de la dictadura de Franco, primero sufrió una depuración y después se reforzó con 10.000 sargentos provisionales que sobraban del ejército. Tubo una participación decisiva en acabar con el maquis que intentaba continuar con la guerra y vivió una época de oscuridad acorde con la situación del país, pues defendió excesivamente a los patronos y luchó contra el movimiento obrero clandestino. Con la llegada de la Transición y la democracia, supo adaptarse a la nueva situación y prestar magníficos servicios en la lucha contra ETA y sufrir sus zarpazos como el que iniciaba este artículo. Un lunar fue el golpe fallido de Tejero el 23F.


Actualmente es un cuerpo que goza del máximo reconocimiento y aprecio de los españoles y así se refleja en todas las encuestas, ocupando el primer lugar por valoración. Para acceder al cuerpo, las condiciones son muy exigentes y la formación que se pide hace que tengan un altísimo nivel de preparación.

Somos el 3º país europeo con más baja tasa de criminalidad como recoge este cuadro. Nos superan países tenidos por ejemplo de ciudadanía como Suecia (148), Bélgica (97) Dinamarca y Alemania. En América ya ni hablamos pues EEUU nos supera en cinco veces y Venezuela en 40 veces.

 Por tanto podemos sentirnos orgullosos de nuestras FFSS y naturalmente de la Guardia Civil; que presta servicio en misiones en el  extranjeros junto a las tropas españolas en Irak o Líbano, colaborando en desactivación y formación de las policías locales. También desempeñan tareas en solitario en Mauritania, Senegal, Haití o Níger.


En nuestro país, sus agentes de control de la delincuencia por tráfico de drogas y/o evasión de capitales financieros, son muy valorados y han tenido constantes éxitos en su lucha contra la corrupción: ¿quien coño es la UDEF?, preguntó Jordi Pujol antes de ver descubierta su trama en Andorra. Casos como Lezo, demuestra que hoy antepone la justicia a sus dependencia del Gobierno. 


Su última demostración de profesionalidad ha sido su aguante en Cataluña en condiciones un tanto precarias y el seguir siendo una fuerza ejemplar a pesar de tener un nivel de remuneración muy por debajo de las policías autonómicas. 

Homenaje de la policía francesa:
















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