Oir a Zapatero hablar en el Congreso Sanchista, a la búlgara, de Sevilla que gracias a "ellos" las mujeres pudieron ir a la universidad, me encrespa y grito que mi madre terminó farmacia a finales de 1942. Nací en 1951 y solo me conocieron dos de mis abuelos: durante meses el padre de mi padre y durante 8 años la madre de mi madre; si bien en este caso de forma esporadica. Presenció mi nacimiento, pues lo hice en su casa, en Enguera (Valencia) y volvíamos un mes en verano. A mis otros dos abuelos los he conocido solo por fotos. Con estos antecedentes puede parecer raro que les de las gracias pues no me cuidaron nada en comparación con los amables y sufridos abuelos actuales que tienen a sus nietos durante años y de forma continuada. Aquí un video bastante bueno con una copia de machin cantando a los abuelos
¿Que les agradezco?, pués, su sacrificio para que la formación de sus hijos estuviera muy por encima de lo habitual en esos años. Mi madre nació en 1916 y tras terminar la guerra estudió y se licenció en farmacia. Mi padre nacido en 1910 y era abogado antes de empezar la guerra. Así pude nacer en una familia donde el estudiar era lo normal y la presencia de libros nada extraordinario. Mi mejor amigo recuerda que los primeros libros que vió, fue en mi casa en el pueblo que compartimos, Villa de D. Fadrique (Toledo)
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Abuela materna, hijos y yernos. En la otra mi abuela paterna, en el centro, cociendo pan en un horno municipal |
Mi abuelo paterno, Dionisio Aparicio y su esposa Consuelo Diaz-Maroto, eran unos pequeños propietarios que decidieron sacrificarse para que sus dos hijos estudiasen una carrera. El hermano de mi padre estudió veterinaria y en cierta forma su presencia en Enguera, cuando empezó la guerra, facilitó el encuentro de mis padres. En julio del 36, mi padre tuvo que esconderse para no ser paseado por los milicianos de su pueblo y así permaneció hasta septiembre en que el peligro de ser descubierno aumentaba, con el paso del tiempo y las repetidas inspecciones de los milicianos. No queriendo seguir jugando con la suerte, aprovechó una noche sin luna para ir andando a Villacañas, distante 11 km, para coger un tren a Játiva y desde allí en autobús a Enguera, donde reunirse con su hermano que era el veterinario. Entre el grupo de amigos de su hermano, se encontraba la que sería su esposa. Mi madre terminó farmacia en Madrid y se casaron en enero de 1943, seis meses despues de fallecer mi abuela paterna.
La decisión de mis abuelos paternos es sorprendente y creo que única en esas fechas en mi pueblo de adopción. En el caso de mis abuelos maternos, el mérito puede considerarse menor pues mi abuelo era médico, si bien dieron carreras a su hijo, medicina, mi madre, farmacia y magisterio a cuatro de sus seis hijas. En esas circunstancias el que yo estudiase ingeniero de Caminos, dos de mis hermanas, farmacia y la mayor, magisterio; puede parecer normal.
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Titulo de farmaceútica de mi madre |
Este artículo, también viene a colación porque ultimamente leo y oigo que hasta la llegada del feminismo actual, el estudio entre las mujeres no había existido o casi. Mi padre y mis dos tios, eran licenciados antes de la guerra y antes de 1950, mi madre y mis cuatro tias. Cuando terminamos mis tres hermanas y yo, finales de la década de los 70, ya era más normal que se estudiase. Por eso, ¡GRACIAS ABUELOS!, especialmente a los manchegos.
Por cierto, mi madre tuvo oficina de farmacia en Villa de D. Fadrique, desde 1947 hasta 1971, en que se continuó ejerciendo en Madrid. Villa fue el único pueblo con alcalde comunista en abril de 1931; ahí queda eso.
Precioso Pedro!
ResponderEliminarSomos lo que somos por los que nos precedieron. Tus abuelos y los bisabuelos de Rafa fueron pioneros! Gracias a ellos por tanto!
Y además...mi abuela Sebastiana, que era una santa, está sentada a la diestra de Dios Padre, inmediatamente después de su discípulo más querido, Juan Bautista. Una mujer de trabajo y sacrificio, de la que tengo muchos y buenos recuerdos que, a mi edad, seguramente me está echando una mano para encontrarme, con gran alegría, de nuevo con ella... ¡Un potentísimo beso, abuela! ¡Hasta pronto!
ResponderEliminarAy , qué bonito , has levantado pasiones …la historia mia es más triste pero en nada empecé su recuerdo . Yo no conocí a ningún abuelo no sé Dino por extensión de mi marido que ha tenido de todo hasta hace bien poco . Y mi pas padres me duraron poco demasiado poco . Un accidente de tráfico montado en un taxi , acabó en muerte accidental claro . Imprudente del que lo produjo . Mis tíos eran “rojos “ y murieron pues esa forma . Eran maestros e ingenieros . Bueno no Los conoci . Mis padres eran lis pequeños de padres mayores .
ResponderEliminarYo hice derecho , con notas estupendas y acabé en 1982 . La sabidilla Esa no sabe de lo que habla . Yo conocí el comunismo con rostro humano en 1991 hasta 1999 . Y me pasé de esa ideología porque lo habría hecho mi padre igual.
Enfin. . Me alegro de haber contado esto . No soy de ellos desde que ya voté a zapatero ,( mea culpa ,mea culpa , mea santísima culpa ) se acabò.
Enfin , peleona soy mucho y desde que los cogí asco , muy activista AA favor de la verdad . Que no son ellos y criticòn lo sabe .
Firmado ; Chus García Ojosnegros
1 diciembre de 2024
Excelente tu exposición y totalmente de acuerdo con tus opiniones y comentarios. Muchas gracias por tu escrito que me hace pensar en nuestra vida pasada y futura. Un abrazo
ResponderEliminarYo también nací en 1951. Mis padres, gracias a los valores que les inculcaron, sobre todo mía abuelos paternos, se esforzaron y sacrificaron para que mi hermana y yo pudiéramos hacer una carrera. Nunca hicieron diferencias entre los dos. Ella cinco años mayor.
ResponderEliminarSiempre mil gracias!
Yo tambien nací en 1951 ¿Y que?
EliminarBuena cosecha la del 51.
EliminarMe alegro de haber despertado sentimientos positivos. Chusa tus genes te ayudaron a triunfar.
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