El mes de marzo, terminada la batalla de Guadalajara con la derrota italiana, hizo que Franco y su Estado Mayor se planteará cómo continuar la guerra. Una vía rápida, insistiendo en la toma frontal o por desbordamiento de Madrid, que hasta ahora había fracasado en noviembre y diciembre del año anterior y en febrero y marzo con los intentos en el Jarama y Guadalajara y otra vía más lenta que consistía en eliminar el frente norte y así acabar con el siempre temible segundo frente.
Situación en abril de 1937 |
Esta decisión además permitiría hacerse con el carbón y la siderurgia asturiana y vasca; además de las industrias de guerra existentes en esa zona. Así pues, el principal esfuerzo de guerra se trasladó al norte y sus frutos fueron cayendo en el cesto nacionalista sin que las fragmentadas tropas del Ejército Popular del Norte pudiesen impedirlo, al enfrentarse a las magníficas brigadas navarras y a la tremenda superioridad nacionalista en artillería y aviación. Para evitar o retrasar la caída del referido frente, el Estado Mayor y el Gobierno de Largo Caballero iniciaron varias ofensivas que no alcanzaron su objetivo y de ellas la principal fué la de Brunete de la que ahora se cumplen 80 años.
Entre abril y julio, se produjeron varios acontecimientos de vital relevancia en ambas zonas y que ayudan a mejor comprender los acontecimientos posteriores.
A la zona franquista llegaba Ramón Serrano Suñer, que había escapado milagrosamente de ser fusilado en la cárcel Modelo y aportaba su experiencia como jurista y político (había pertenecido a la CEDA) a su cuñado Francisco Franco, al que convence de las ventajas de eliminar las luchas partidistas mediante la promulgación del Decreto de Unificación, mediante el cual Falange y la Comunión Carlista se unían en un único partido: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS), bajo el mando del propio Francisco Franco. Los restantes partidos políticos existentes en la zona nacionalista, fueron declarados ilegales y suprimidos.
Mientras tanto en la zona republicana, los enfrentamientos eran constantes hasta el punto de que en la 1ª quincena de mayo se produce en Cataluña una guerra civil, dentro de la guerra civil, con más de 600 muertos y casi 1500 heridos y que terminó con la caída de largo Caballero y su sustitución por Juan Negrín como nuevo Jefe de Gobierno e Indalecio Prieto como Ministro de la Guerra. Se ilegalizó el POUM (partido Obrero de Unificación marxista), de extrema izquierda, antiestalinista y catalanista; cuyo Secretario General, Andrés Nín fué torturado y eliminado sin dejar rastro hasta que parece que se encontró, fortuitamente, en Alcalá de Henares en 2008. Sobre esta parte de la guerra en Cataluña, escribió George Orwell: Homenaje a Cataluña, en la que se basó la película Tierra y Libertad de Ken Loach. Orwell participó como miliciano del POUM y cuenta en primera persona su experiencia. Libro muy recomendable para conocer una visión directa y evaluación de los primeros meses de la guerra.
A finales de mayo, los republicanos organizaron una ofensiva hacia Segovia para descongestionar Bilbao, que no tuvo el éxito esperado, aunque preocupó al General Emilio Mola que como Jefe del Ejército del Norte (desde la Sierra de Madrid) fué a inspeccionar su desarrollo y pereció el 3 de junio en un accidente del avión en que se desplazaba. Esta ofensiva es la que Hemingway relata en su libro Por Quién Doblan las Campanas, también llevada al cine con Gary Cooper e Ingrid Bergman.
Durante la ofensiva de Vizcaya, tiene lugar el conocido y discutido (por las diferentes cifras de víctimas y oportunidad del ataque) bombardeo de Guernica, el 25 de abril. Este bombardeo sirvió de inspiración al archi famoso cuadro de Picasso. Bilbao y su famoso cinturón de hierro caen el 19 de junio y las tropas franquistas se reorganizan para saltar sobre Santander. Aquí se producen otros hechos penosos al negarse los batallones vascos a trasladarse para defender esta zona de la República. hay cambios en los mandos..., un desastre de organización y los defectos de carecer de un mando unificado.
Hasta la caída de Largo Caballero, este preconizaba un ataque por Mérida para cortar en dos la zona Sublevada, el famoso Plan P que aparece y desaparece varias veces a lo largo de la guerra. Eliminado ese obstáculo, los comunistas, vencedores de la lucha contra Largo Caballero, se llevan el gato al agua y así se pone en marcha la ofensiva de Brunete. Se planifica hasta los más mínimos detalles y las tropas que van a participar, todas bajo mandos comunistas, se dotan de las mejores armas de que se disponía. El mando pretende aprovechar la debilidad de las unidades franquistas que guarnecen el sector para proceder a una ruptura que lleve al envolvimiento de las tropas que cercan Madrid y obtener una gran victoria que devuelva la moral perdida tras la caída de Bilbao; además de contener el avance en el Norte, que está a las puertas de Santander. Azaña y Prieto están animados pero al mismo tiempo comentan, en sus memorias, que si con ese despliegue no se consigue una gran victoria, entonces no se conseguirá en ninguna parte y hay que pensar que la guerra no la pueden ganar.
Así en la noche del 5 al 6 de julio de 1937, se pone en marcha la mayor fuerza de maniobra y combate que había sido reunida hasta entonces en España. Son tres Cuerpos de Ejército con cerca de 100.000 hombres, 150 carros de combate y 300 aviones. Enfrente se encuentran inicialmente unos 10.000 hombres que son desbordados pero enseguida surgen núcleos de resistencia frente a los que se detienen los atacantes, incapaces de aprovechar el espacio que se abre frente a ellos. A partir del 2º día, las tropas nacionales aumentan, al principio lentamente con regimientos improvisados y más rápidamente a partir del día 10, hasta llegar a los 65.000 efectivos (incluyendo dos brigadas navarras); si bien hasta el 15 no se iguala la superioridad aérea de los atacantes. Los refuerzos se sacan principalmente del frente norte y así consigue esta ofensiva que Santander caiga un mes más tarde, pero el objetivo de una gran victoria no se obtiene y las ganancias territoriales finales, son mínimas.
La batalla termina 20 días despues en una especie de tablas. Las bajas son importantes en ambos bandos, con 20.000 bajas (muertos y heridos) en el bando republicano y 17.000 en el sublevado; por la táctica de Franco de reducir las bolsas mediante ataques frontales y no por estrangulamientos laterales. La mayor parte de bajas republicanas se producen en su V Cuerpo de Ejército, en las divisiones de Lister y El Campesino. Tambien las bajas entre los internacionales fueron muy grandes, llegando a darse casos de rebelión en tropas de la XIII y la CL Brigada Internacional.
En plena retirada republicana, el día 25 la fotógrafa alemana Gerda Taro (compañera sentimental de Robert Capa) resultó gravemente herida cuando fue atropellada por un tanque republicano que se retiraba, después de que Taro hubiera caído al suelo desde el vehículo en el que iba montada. Debido a sus graves heridas, Taro falleció, con 27 años, unas horas después en un hospital de campaña de El Escorial. En esta batalla se produjeron otras curiosidades como el primer derribo de un Messerschmitt Bf 109 o de dos bombarderos alemanes en un ataque nocturno, a manos de cazas republicanos.
Plan de batalla |
La batalla termina 20 días despues en una especie de tablas. Las bajas son importantes en ambos bandos, con 20.000 bajas (muertos y heridos) en el bando republicano y 17.000 en el sublevado; por la táctica de Franco de reducir las bolsas mediante ataques frontales y no por estrangulamientos laterales. La mayor parte de bajas republicanas se producen en su V Cuerpo de Ejército, en las divisiones de Lister y El Campesino. Tambien las bajas entre los internacionales fueron muy grandes, llegando a darse casos de rebelión en tropas de la XIII y la CL Brigada Internacional.
Robert Capa y Gerda Taro |
CONCLUSIONES:
Para el Teniente coronel Manuel Matallana, jefe de Estado Mayor del Ejército de Maniobra republicano y uno de los principales defensores de la Batalla de Brunete, las conclusiones más importantes fueron que el Ejército de Maniobra falló en la explotación del éxito de la primera fase de la batalla, éxito alcanzado a su juicio por la «gran masa empleada, su coordinación, el secreto de su progresión y su audacia». El fracaso en la explotación fue debido a la «escasa capacidad ofensiva de nuestra infantería», a la «falta de capacidad técnica de muchos de nuestros mandos superiores», al «empleo de materiales de artillería poco aptos para las misiones confiadas», al «escaso rendimiento de la aviación», y al «deficiente aprovechamiento de los carros». Más adelante abunda: «El volumen de fuego de nuestra infantería es bastante escaso […] Su instrucción para el combate ofensivo deja aún bastante que desear […] La capacidad de los mandos subalternos es todavía inferior a la normal […] Falta audacia, empuje y decisión». Los PLATOFINO, voluntarios con ideales y empuje, habían muerto en el Jarama y como decía el general Kindelán en "sus memorias de guerra" En los ataques y contraataques de la batalla del Jarama, se desgastaron las mejores unidades de choque de que dispuso el Ejército popular en toda la guerra. En otras batallas lucharían, resistirían pero no volverían a tener espíritu de victoria y empuje ganador de que hicieron gala en esta batalla".
http://elcriticonhistorico.blogspot.com.es/2017/02/batalla-del-jarama-y-un-homenaje.html
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