domingo, 9 de diciembre de 2018

CATALUÑA NO ES ESLOVENIA NI ESPAÑA ES YUGOSLAVIA.

Llevamos unos días escuchando al extremista Quim Torra y su entorno, Puigdemont incluido, que Cataluña si quiere ser independiente, tendrá que afrontar un breve conflicto como el vivido por Eslovenia en junio de 1991. Dicho conflicto duró diez días y dejó un centenar escaso de muertos; precio que los ínclitos Torra y adláteres, entienden razonable. No olvidemos que esto no es una novedad y ya estaba recogido en su Libro Blanco para la Transición Nacional y al que me he referido en varios de mis artículos. Necesitan visibilidad internacional para salir del rechazo que produce que el tema Catalán es un asunto interno de España y que conlleva su aislamiento internacional; como se comprobó el 27 de octubre de 2017, en que ningún país apoyó su intentona separatista/golpista.

Que España no es Yugoslavia es evidente no solo por su historia, nosotros llevamos formando parte de una misma nación desde hace más de 500 años, mientras que Yugoslavia llevaba conformada poco más de 75 años, tras el final de la Iª Guerra Mundial. Otra diferencia brutal es la religión que en España es una y en cambio en Yugoslavia confluían cristianos heterodoxos, católicos y musulmanes. Las regiones que se habían unido para formar Yugoslavia, habían pertenecido a Italia, Austria-Hungría, Rumanía o Turquía y soportado numerosas guerras de religión, en la última centuria. Sin olvidar que los vecinos de Eslovenia eran favorables, como antiguos compañeros; caso contrario a Francia que dudo quiera tener un problema en su frontera sur o con sus nacionalismos excluyentes
Lo primero que se aprecia es que Eslovenia 
está separada de Serbia por Croacia 
También se diferencia la situación política interna entre España, democracia occidental y la Yugoslavia comunista, aunque un comunismo sui generis como el implantado por Tito y que implantó una Constitución que permitía una vida bastante autónoma a las diferentes regiones; en esto último si nos parecemos; aunque no en que el poder era rotatorio entre los territorios. No obstante el norte, fronterizo con las zonas más industrializadas de Italia y Austria, tuvo un superior desarrollo económico y en plena crisis, la aportación de las repúblicas del noroeste a los fondos de cohesión se convirtieron en un objeto de discordia. En la prensa de las repúblicas más desarrolladas se criticaba al sur, su baja productividad, sus redes clientelares y la promoción de personas no preparadas a puestos de responsabilidad en la industria; ni el mismo Pujol lo habría dicho mejor.

El ejército tenía su sede en Belgrado pero en previsión de una posible invasión soviética, como no podrían hacerle frente, se organizaron para la lucha de guerrillas que ya habían experimentando contra el ejército alemán en la 2ª G.M. Esto significaba que disponían de tropas y almacenes militares "casi" autónomos en cada región. Esto evidentemente no ocurre en España. Otro factor diferenciador era que la unión yugoslava pilotaba sobre la figura de Tito y a la muerte de este en 1982, comenzaron los movimientos nacionalistas segregadores, especialmente de croatas y eslovenos que llevaron a enfrentamientos armados. En nuestro caso, la muerte de Franco dio paso a la Transición democrática, sin derramamiento de sangre, salvo el millar de muertos a manos etarras y yijadistas el 11M y a un Estado de las Autonomías y una Constitución que preconiza la unidad de la nación, en su Artículo II: 
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
En junio de 1991, tras un referéndum aprobado por el 95% de los eslovenos y con una participación del 92% (nada comparable a nuestro 50/50), Eslovenia declara su independencia y tras dos días de tanteos con el ejército serbio-yugoslavo, comienzan las hostilidades que duran una semana más y terminan con un armisticio y la retirada de las fuerzas serbias; ante el temor (ver el mapa adjunto) de que los croatas les cortaran el paso y en previsión de que el enfrentamiento serbio-croata empezaría inmediatamente. Quedan atrás un centenar de muertos. Finalizadas las guerras que asolaron la región entre 1991 y 1995, nacieron seis países nuevos: Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Montenegro y Macedonia y un séptimo, Kosovo, que aún no ha sido reconocida por gran parte de la comunidad internacional.

Eslovenia tenía muy poca población "no eslovena" y pudo defenderse porque ante la amenaza de guerra entre Croacia y Serbia, iniciada tras terminarse la guerra servio-eslovena, el ejército serbio-yugoslavo optó por retirarse de Eslovenia; la cual no habría podido resistir a un ataque integral de los serbios-yugoslavos. La situación en Cataluña no es la misma ni tampoco la geografía.

Sarec, primer ministro esloveno, molesto con la comparación de Torra, ha explicado que «Eslovenia consiguió su independencia sobre una base legal» sustentada en «la Constitución de la República Federativa Socialista de Yugoslavia de 1974, que hacía posible que todas las repúblicas consiguieran su independencia». «Era una base legal completamente diferente. No podemos comparar la situación en Eslovenia en 1991 con la situación en Cataluña hoy»





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