Nuevamente tengo que sorprenderme por como pasan, sin pena ni gloria, acontecimiento que cambiaron la historia de España. Este blog, crítico e irónico aprovecha esos vacíos para buscar similitudes con momentos actuales. No lo digo porque tengamos un próximo presidente al que algunos llaman felón igual que a Fernando VII; si no porque algunas circunstancias tienen similitudes suficientes, en mi opinión. El 1º de enero de 1820, el teniente coronel Rafael del Riego se levantaba, en defensa de la Constitución, con su 2º regimiento de Asturias; destacado en Sevilla a la espera de embarcar hacia América para participar en las guerras que se estaban viviendo entre realistas e insurrectos o independentistas. Dos años antes, al Monarca absolutista le habían vendido. los rusos, una escuadra de desecho y por eso los 25.000 hombres que tenían que ser trasladados a América, estaba en Andalucía, cuando su presencia podía haber sido decisiva para sofocar las sublevaciones. Curiosamente ahora la Constitución está en entredicho y ni se la nombra en el acuerdo PSOE-ERC; además de ponerse en duda la unidad de España en los pactos del PSOE con ERC y PNV.
Fernando VII jura la Constitución en 1820 |
Rafael de Riego, dio un golpe en defensa de la Constitución. El rey –conocido como “El felón” por su deslealtad- tardó dos meses en reaccionar. Fue necesario que una gran multitud rodeara el Palacio Real de Madrid para que atendiera a regañadientes las exigencias de Riego. Lo hizo con un manifiesto que incluía la histórica proclamación: «Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional». Comenzaba el Trienio Liberal. Otra curiosidad, el himno de Riego, sólo llegó a ser himno oficial durante el Trienio Liberal/monarquía constitucional (1820-1823) y no lo fue ni durante la Iª ni durante la IIª República. Riego actuó bajo la actual bandera nacional.
Fotografía de Rafael de Riego |
En esa situación, el levantamiento de Riego ayudó a la derrota de los realistas y a la pérdidas de las colonias salvo Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Un levantamiento atípico pues dura dos meses que es el tiempo que Riego se pasea por Andalucía, buscando apoyos sin oposición pero sin encontrarlos. Inicia la aventura con 1500 hombres que van disminuyendo hasta la cifra de 200. En febrero se han producido otros levantamientos y en marzo el propio general O´Donnell, que iba a sofocar los levantamientos, se une a ellos por lo que el 7 de marzo el rey sale al balcón a declararse liberal, reconocer la Constitución de Cádiz y ponerse al frente de ella. Cambia de opinión a la espera de mejor ocasión; que se produce en abril de 1823 cuando entran en España los franceses para reponerle. Sin temblarle el pulso ordena la muerte de los dirigentes liberales; empezando por el propio Rafael de Riego que pasó de héroe a ser reo de muerte ominosa, descuartizamiento incluido.
Curiosamente, cien años más tarde y por tanto hace cien años, muere D. Benito Pérez Galdós que en sus Episodios Nacionales nos cuenta la historia de nuestro S.XIX. La segunda serie (1875-1879) recoge las luchas entre absolutistas y liberales hasta la muerte de Fernando VII en 1833. Primero la independencia de las 13 colonias, origen de los EEUU, y posteriormente la Revolución francesa popularizó las celebres: libertad, igualdad y fraternidad. Estas ideas liberales, recogidas en la Constitución de Cádiz, también llegaron al continente desde la propia España. En una situación inestable y revolucionaria en las colonias, con ansias libertarias, la noticia de que lo primero que hizo en abril de 1814 el retornado Fernando VII, fue derogar la Constitución de Cadiz y amenazar de muerte a los lideres insurrectos, no ayudó a calmar las aguas.
Como hemos comentado, Rafael del Riego, a la sazón jefe del 2º batallón asturiano, sublevó en Sevilla a parte de las tropas que se habían reunido en Cadiz; para embarcar como refuerzo para las colonias de Ultramar, otras dos columnas tuvieron menos éxito. Por tanto si para bien se inició el trienio liberal, para mal se firmó la defunción de nuestra presencia en América del Sur. La lucha llevaba desde 1814 con diversos altibajos, enfrentando al general español Morillo (el pacificador que retornó a España en 1820) con Bolivar y San martín; concluyendo en 1824, con la victoria de los insurgentes en Junín y sobre todo en la decisiva batalla de Ayacucho.
Ilustración de Los cien mil hijos de san Luis. |
Pues bien, con un gobierno liberal de 1820 a 1823, el conocido como trienio liberal, los aires igualitarios y centralizadores comenzaron a recorrer el país; un poco al contrario de Europa que después de desterrar a Napoleón, habían creado una Alianza para restablecer y defender a las monarquías, aunque con un matiz nuevo y menos absolutista. Los cien mil hijos de San Luis se reflejan en la sexta novela de la segunda serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, escrita en febrero de 1877 y publicada ese mismo año. Describe las intrigas de Fernando VII de España y su camarilla para facilitar la invasión de un ejército francés en 1823; los Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del duque de Angulema, cuya consecución supuso el fin del trienio constitucional y el inicio de una época conocida como la Década Ominosa.
Los aires liberales que trajo Riego, fueron mal recibidos en algunas zonas, entre ellas el interior agrícola de Cataluña y que coincide con los remensas de 1640 y ahora con el núcleo duro de ERC y CDC; con porcentajes de independentismo superior al 50/60%. El Priorato votó Si-si el 63,2%, Pla de l`Estany un 60% . Llegando a instalar La Regencia en La Seo de Urgel, con un Consejo que decía representar al rey Fernando VII que estaba promulgando leyes liberalizadoras obligado y secuestrado por los liberales.
Estas partidas y poblaciones sublevadas fueron reducidas por los Generales Mina y Milans del Bosch. Los cabecillas de la sublevación huyeron a Francia para volver acompañando al Duque de Angulema. El rey francés condicionó esta ayuda a Fernando VII con un tratado en el que se explicitaba que los liberales deberían ser respetados en sus vidas y haciendas. Naturalmente PROMETER HASTA METER Y UNA VEZ QUE LA HAS SACADO, NADA DE LO HABLADO. Fernando VII hizo correr la sangre de los que no consiguieron exiliarse a Francia y a Gran Bretaña.
Pero esta actuación del rey pareció timorata en las zonas indicadas, más tarde carlistas. y el 25 de agosto de 1827 se pronunció un Manifiesto que proclamaba la Guerra de los Agraviados (o malcontents, en catalán), pidiendo el retorno de la Inquisición entre otras medidas ultrarrealistas. En esa fecha, Saperes estableció junto a Josep Bussoms (Jep dels Estanys) y otros, la "Junta Suprema Provisional de Gobierno del Principado de Cataluña" en Manresa. Dominó una gran parte de la Cataluña interior, ocupando rápidamente Vich, Cervera, Valls, Reus, Talarn y Puigcerdá, y permanecieron asediadas Cardona, Hostalrich, Gerona y Tarragona. El gobierno actuó con rapidez y decisión y el 14 de septiembre es nombrado Capitán General de Cataluña el Conde de España, el 23 el Conde de España estaba ya en Tortosa con sus tropas y el 28 el monarca y el conde entraron en Tarragona. La presencia del rey facilitó la campaña y Manresa se rindió sin lucha el 8 de octubre, y a continuación Cervera, Vich y Olot. Cuando todo el mundo pensaba en un trato benigno con los implicados, acérrimos defensores del rey, Fernando VII rechazó cualquier petición de gracia; nueve de los principales insurrectos fueron fusilados en Tarragona, mientras que unos trescientos fueron deportados. El felón no respetaba a nadie y su palabra carecía de valor.
A la muerte de Fernando VII, volvieron a las armas para apoyar la pretensión de Carlos María Isidro al trono en contra de su sobrina, recién nacida, Isabel. Esta guerra, la 1ª carlista, duró siete años y llevó a España a la ruina más absoluta. terminó en 1840 con el abrazo de Vergara entre los generales Maroto y Baldomero Espartero. Cien años despues de la entrada del rey Felipe V en Barcelona, Cataluña vertía su sangre en defensa del rey Fernando VII; 10 años después morían por el deseado rey carlista Carlos María Isidro. y luchaban y morían voluntariamente por el Rey de España, en Tetuan en 1859; bajo el mando de Juan Prim.
Carga de Prim y sus voluntarios catalanes |
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