sábado, 8 de febrero de 2020

75 ANIVERSARIO DE YALTA. CHURCHILL VIO TARDE EL PELIGRO DE STALIN.

Estamos en pleno aniversario de la Conferencia de Yalta, en la península de Crimea, que duró del 4 al 11 de febrero de 1945. Un encuentro entre los tres jefes de estado de las potencias aliadas: el estadounidense Franklin D. Roosevelt, en fase terminal de su enfermedad pues murió dos meses más tarde; el británico Winston Churchill, que perdería las elecciones en julio y el soviético Josef Stalin. Curiosamente, el fin de la guerra, en agosto, solo vería a Stalin en el poder. El encuentro entre los llamados "Tres Grandes" trató sobre la partición de Alemania tras la capitulación, así como de la consecución de un nuevo orden postbélico en Europa. Como la Unión Soviética había liberado el este de Europa del dominio alemán, quiso ejercer allí sus propios intereses de poder. El hecho de que eso no se reconociese, condujo a la confrontación y a la Guerra Fría, pocos meses después y despertó en Churchill una vieja idea sobre el peligro bolchevique y la dictadura de Stalin. Algunos historiadores creen que Yalta fue el lugar donde Occidente traicionó a Polonia y a otros países del este; cuando la integridad de la misma había sido la causa del inicio de la guerra. Cinco años de guerra para nada, Polonia seguí invadida, solo había cambiado de opresor y con sus dirigentes asesinados en Katyn en la primavera de 1940, para evitar disidencias. 
Churchill, Roosevelt y Stalin
Churchill vislumbró que la URSS del sanguinario Iósif Stalin, en ese momento alineada con las potencias aliadas, era una amenaza a la seguridad mundial tan grande como Hitler y por ello, coincidiendo con los últimos coletazos de la guerra, Churchill ordenó al mariscal Bernard Montgomery que hiciera acopio de armas tomadas a los alemanes por si era necesario usarlas contra los soviéticos. Estaba en línea con el último intento de Hitler, con su ofensiva de Diciembre en las Ardenas en que buscaba paralizar a los aliados para así afrontar a los rusos y estuvo a punto de conseguirlo al crear disidencias ente ingleses y americanos. La idea de que el peligro para occidente era la Rusia de Stalin ya tomo cuerpo cuando el 10 de mayo de 1940, Hitler ¿intentó? una paz con los ingleses para posteriormente aliarse contra Stalin, ¿enviando? a Inglaterra a su delfín Rudolf Hess. No fue la única vez que Hitler intentó esa paz con Churchill, con Francia vencida e Inglaterra sometida a intensos bombardeos. El plan de invasión de Rusia, Operación Barbarroja, comenzó a planificarse por el Estado Mayor Alemán, antes de finalizar 1940. Poco después de desistir de la operación León Marino, la invasión de Inglaterra.


En la que denominó Operación "Impensable", Churchill advertía que el tiempo jugaba en su contra. En cuanto terminara la guerra las fuerzas anglo-estadounidense se desmovilizarían en masa, mientras que los soviéticos, pertenecientes a un estado totalitario, podían seguir militarizados. De ahí su insistencia a los mandos de EE.UU. para que abandonaran su actitud pasiva frente a la amenaza comunista, cuando no directamente complaciente. El 12 de mayo de 1945, escribió en un telegrama al presidente Truman, sucesor de Roosevelt. La operación principal era una invasión en dirección a Polonia liderada por Estados Unidos y apoyada por el Ejército alemán derrotado. La primera ofensiva abriría un frente desde Hamburgo, en el norte, hasta Trieste en el sur, valiéndose de 64 divisiones americanas, 35 divisiones británicas, 4 divisiones polacas y 10 divisiones alemanas, así como 6.714 aviones de combate y 2.464 bombarderos. Si se hubiese llevado a cabo en mayo, las divisiones alemanas podrían haber ascendido a más de cien y así igualado las casi 300 desplegadas por el ejército ruso. 


La guerra terminó el 8 de mayo en Europa y Rusia comenzó a trasladas parte de sus divisiones hacia el este para cumplir su compromiso con los aliados en Yalta de atacar al Japón tres meses después de rendirse el ejército alemán. Mientras, se organiza la Conferencia de Potsdam, cerca de Berlín, en la 2ª quincena de julio. Ahí las potencias vencedoras decidieron el destino de la humanidad para el futuro más inmediato, y todos los líderes tuvieron que ceder en sus pretensiones para llegar a un acuerdo que garantizara la estabilidad en Europa.

                                        

En este sentido, cabe destacar lo ocurrido en la sesión plenaria del 19 de julio. Stalin propuso a sus homólogos qué hacer con España, pues una de sus pretensiones era eliminar el régimen de Franco como se había hecho con Hitler y Mussolini. Tanto Truman como Churchill rechazaron cualquier tipo de intervención contra Franco, pues no querían desatar una segunda guerra civil en España. Nuevamente la baraka de Franco pues solo unos días después Churchill fue sustituido por Atlee que acababa de ganar las elecciones y conviene recordar que este era un acérrimo defensor de la República y antifranquista declarado.

Atlee visita la Brigadas Internacionales
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     Atlee con el General Miaja en Madrid. 5/12/37

La Conferencia de Potsdam, supuso el final oficial de la guerra en Europa, pero no el final de las diferencias entre Stalin y sus aliados. Terminaba la guerra caliente pero comenzaba la guerra fría; guerra que comenzó justo el primer día de la Conferencia de Potsdam, cuando Truman recibió un mensaje en clave que decía «el niño ha nacido de manera satisfactoria». EE.UU. acababa de desarrollar la bomba atómica que utilizaría para doblegar a Japón, y que iniciaría la carrera armamentística entre los dos bloques enfrentados: el occidental liderado por EE.UU. y el comunista comandado por la URSS.
Los firmantes de Potsdam: Atlee, Truman y Stalin. 
Un mes más tarde, el 15 de agosto, tras las dos bombas atómicas, se producía la rendición de Japón y el 2 de septiembre la firmaba . Entre ambas explosiones, Rusia atacó, sin previo aviso, a Japón en su frontera de Manchuria. Japón no había querido atacar a Rusia en diciembre del 41 con los alemanes a las puertas de Moscú y ahora Stalin le pagaba el favor.






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