ESPAÑOLES EN FILIPINAS, IIª G.M.. UNA HISTORIA COMÚN DE 350 AÑOS.

El viernes día 17, durante el curso al que asisto sobre el largo S.XIX, me resulto nuevamente sorprendente el desconocimiento, sobre España y Filipinas, entre los más de 100 alumnos; situación anómala reconocida por el propio profesor. Es curioso lo poco que se ha estudiado esa relación; máxime en comparación con el conocimiento y relación con la América hispana, en la que hay que incluir gran parte de los propios EEUU, Florida (vendida por España), California, Texas, Nuevo México, Colorado, Arizona ... que Méjico perdió, en su lucha con los propios estados, apoyados por EEUU; que terminó incorporándolos, en su expansión imperial que nosotros sufriríamos en Cuba y Filipinas. Méjico perdió, en 1848 tras la paz de Guadalupe Hidalgo, más de un 40% de la superficie que había recibido de España tras su independencia en 1821. 

Volvamos a nuestra unión de más de 350 años con Filipinas, que ya he recordado con otros dos artículos, partiendo del descubrimiento del Archipiélago durante la Iª vuelta al mundo de Magallanes-El Cano, de la que ahora se cumplen los 500 años. Las Filipinas se descubrieron en 1521 y Manila se fundó en 1571; formando parte de la corona de España hasta que EEUU nos las arrebató, tras una breve guerra, en 1898; junto Guam, Puerto Rico y Cuba; si bien a esta última le permitió ser independiente. Este latrocinio por la fuerza de las armas siguió por el Oeste americano, y continuó con la expansión de EEUU por el Pacífico; completado con la ocupación de las Islas Hawaii en julio de 1898, convertido en el Estado nº 50 en 1959.

Cerveza San Miguel original de Filipinas y una
de sus variedades es la denominada Manila

Esta tercera entrega recoge un período concreto, la IIª G.M., que influyó drásticamente en la pérdida de la presencia e influencia española en las Filipinas actuales. Antes de ese momento de la historia, Manila era conocida como la Perla de Oriente y en concreto la zona denominada Intramuros era una joya colonial. La población española, aunque no muy numerosa pues nunca pasó de 15/25.000 personas, era influyente en aquella primera mitad del siglo XX; sobre todo gracias a la potencia de la Compañía General de Tabacos de Filipinas. Muchos de los españoles residentes en Manila ocupaban cargos directivos en la que puede considerarse, por su importancia, la primera multinacional española. Se editaban siete periódicos en español y el filipino, más rico era el español Andrés Soriano era el español, pero también que llego a tener 56 empresas; una de ellas, la cerveza San Miguel, que se fundó en Filipinas y luego pasó a España.

Manila colonial antes de la IIª G.M.

Desde que EEUU se hizo cargo del gobierno filipino en 1902, una vez terminada la sublevación filipina contra su ocupación, cuando entendieron que los americanos les habían engañado y lo que era su ayuda para su independencia se había transformado en sustituir a España. Esa sublevación ocasionó una mortandad muy superior, 50 veces, a la ocasionada por la sublevación contra España. Bien, hasta 1902 e incluso algunos años más, la historia y documentos filipinos está escrita en español. EEUU se volcaron intensamente en cambiar esa situación y 20 años después los nativos que hablaban español se había reducido notablemente y no superaban el 5% de la población; la mitad que en el siglo anterior. Esa cifra fue disminuyendo rápidamente y así a comienzos de la IIª G.M. los hispano parlantes no superaban el 2% y la mayor parte se concentraban en Manila en el barrio de Intramuros.

Los japoneses llegaron/desembarcaron a las Filipinas a los dos días del ataque a Pearl Harbour y habían expulsado a los americanos en junio de 1942; justo seis meses después. Así empezó la ocupación de las islas y por tanto la influencia nipona sobre la población española y sus familiares y allegados. Inicialmente los españoles pudieron  permanecer en sus domicilios habituales mientras que otros extranjeros fueron internados en campos vigilados. No olvidemos que España era firmante, junto con Alemania, Italia y Japón, del pacto Antikomintern, aunque oficialmente era neutral. Tampoco podía obviarse el envío de la División Azul en junio del 41 a luchar contra Rusia junto al ejército alemán.

Los japoneses entran en Manila, con sus pequeños tanques

Aunque los problemas de una guerra eran inevitables, pocos decidieron salir de Filipinas pues la situación de España era poco atractiva por su evidente destrucción tras los tres años de guerra civil. La situación empezó a cambiar tras la retirada de la división azul en octubre de 1943; debido a las fuertes presiones americanas e inglesas y a que la guerra en el Pacífico empezaba a serle contraria al Imperio Japones, representada por la pérdida de Guadalcanal en febrero del 43 y en la expulsión paulatina de las Salomón. Estas derrotas crearon en el soldado japonés un sentimiento de odio hacia los blancos y europeos; antes considerados inferiores y sin código de honor; muy bien reflejado en "la marcha de la muerte de Batán" y en la película del "Puente sobre el río Kwai".

Escena de la película El puente sobre el río Kwai

Llegamos así al 20 de octubre de 1944 cuando arribaba a Leyte la flota de desembarco estadounidense. El asalto es un éxito y el progreso hacia el interior de la isla, continuo, mientras la flota estadounidense destroza a la japonesa en la decisiva batalla naval del Golfo de Leyte. Con esa base, el 9 de enero de 1945 las tropas de los EEUU desembarcan en Lingayen, poniendo pie en Luzón más soldados que los desembarcados el Día D en Normandía. El general japonés responsable, dividirá sus fuerzas en dos, un grupo de combate en la zona montañosa del norte y otro destinado a la defensa de Manila, intentando entorpecer la victoria de los aliados, estadounidenses y filipinos, y así retrasar lo máximo posible el inevitable desembarco en territorio japonés y avisar a los americanos de lo costoso en sangre que les resultaría.

Tanque americano atraviesa, sin pudor, una reliquia histórica

El 3 de febrero, de hace 75 años, comienza la Batalla de Manila, que se prolongará durante un mes en una serie de intensos combates callejeros totalmente atípicos en la guerra del Pacífico. La batalla de Manila produjo, en una población de 600.000 habitantes y en un solo mes un total de cien mil muertos, incluidos 15.000 de los 17.000 japoneses encargados de su defensa. También 267 españoles; de los 3.000 censados. 67 de los 267, fueron asesinados en el consulado. A otros españoles, los pusieron en un refugio frente al palacio del Gobernador, donde los mataron a todos, con bombas, gasolina en los túneles de ventilación y bombas de mano. Como antes decíamos, los japoneses avergonzados por la inminente derrota, se lanzaron a una orgía de sangre, matando a bayoneta y quemando casas. No existían salvoconductos ni protección oficial. Franco rompió relaciones diplomáticas con Japón e incluso ofreció un regimiento a los EEUU para combatir contra los japoneses. Un año después, Franco repatrió a lo supervivientes que lo desearon; que llegaron a Barcelona a bordo del barco 'Plus Ultra'. Ellos fueron los verdaderos últimos de Filipinas, cuyas vidas están contadas en el documental “De aliados a masacrados"

El Plus Ultra entra en Barcelona con 262 españoles, r
repatriados de Filipinas, en junio del 46

El 3 de marzo, los aliados pueden anunciar que la conquista de la ciudad es total, aunque las operaciones en el resto de Luzón, hacia el sur y norte de la isla, continuarían hasta junio. Manila quedó destrozada y especialmente Intramuros que contaba con una fuerte muralla colonial. Se dice que solo Varsovia superaba su destrucción. Los americanos, no acostumbrados a la lucha casa por casa y ante el creciente número de bajas, decidieron utilizar el efecto destructor de la artillería y la aviación con el bombardeo incesante y terrorífico en los más populosos barrios de Manila, Malate y Ermita, (cercanos a Intramuros). Este cambio de táctica afectó a la población civil y naturalmente produjo muertes de españoles, principalmente comerciantes e industriales que habitaban en estos barrios. Los españoles residentes en Filipinas también estaban divididos como en nuestra G.C. y algunos de ellos pelearon junto a los guerrilleros filipinos contra la ocupación japonesa. 

La destrucción de Manila e Intramuros.

De la Compañía General de Tabacos de Filipinas, que tanta importancia tuvo en la historia de las relaciones hispano-filipinas, quedan poco más que las cenizas de los excelentes puros que, bajo las vitolas de La Flor de la Isabela, sigue elaborando en Cavite, cerca de Manila, la empresa Tabacalera Inc., propiedad de un multimillonario filipino. Japón es en la actualidad uno de sus principales mercados.

Iglesia de San Agustín, donde reposa Legazpi (Fundador de Manila)

La influencia española disminuyó drásticamente y la situación después de nuestra guerra, facilitó esa disminución. EEUU declaró independientes a las Filipinas el 4 de julio de 1946, aunque ellos la celebran el 12 de junio, en recuerdo de su 1ª independencia el 12 de junio de 1898; independencia no reconocida por EEUU y que les llevó a la guerra como ya comentamos al principio y que terminó en abril de 1902.

                               
                                     Alumnos rehabilitando el coro de San Agustín

Para que Intramuros vuelva a lucir su esplendor de entonces, la Agencia Española para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (AECID) fundó en 2008 una escuela taller basándose en la exitosa rehabilitación del patrimonio llevada a cabo en Latinoamérica. Convertida en 2013 en una fundación privada filipina, esta escuela taller ha formado a más de 700 jóvenes de barrios deprimidos, como el propio Intramuros, en trabajos relacionados con la conservación y protección del patrimonio histórico-artístico. 

https://elcriticonhistorico.blogspot.com/2018/01/espana-y-filipinas-una-historia-comun.html