jueves, 23 de noviembre de 2017

SI JUNTOS NOS VA MEJOR. ¿QUIEN SE BENEFICIA DE LA SEPARACIÓN?

Hace dos años, en septiembre, escribía un artículo titulado "¿por qué separarnos si juntos nos va mejor?", intentando explicar qué aceleraba el intento secesionista que amenazaba nuestra unidad y ahora vuelvo al tema con un enfoque y un título complementario en un intento de entender cómo nos perjudicamos sin que alguien se beneficie. Barcelona y con ella, España, acaba de perder la Agencia Europea del Medicamento que habría generado unos ingresos directos de 340 millones de euros otros tantos indirectos por los miles de visitantes que atraería para consultas y negocios directos de investigación farmacológica. Esa pérdida por beneficio no producido se complementa con pérdidas reales que se cifran en un 0,5-1% de posible caída del PIB nacional que equivalen a la pérdida de unos 100.000 puestos de trabajo y todo esto puede ir a peor si la inestabilidad perdura en el tiempo. La bolsa está de ala caída desde el 1º O, con un alivio momentáneo con la aplicación del 155. A la pregunta ¿pero entonces quien se beneficia de la independencia?, hay diversas respuestas, una bastante justificada la aporta, en un libro, Jesús Laínz.
otra el historiador Álvarez Junco, en su artículo "Nacionalismo y dinero" (agosto de 2014): el empresariado no siente ningún entusiasmo, sino mucha alarma, ante el actual clima independentista, que podría aislarles del mercado con el que negocian. Que dos años después le dan la razón con el la salida de sedes y fiscales de 2600 empresas.

https://elpais.com/elpais/2014/08/28/opinion/1409238952_878803.html 
En el primero se analiza la historia desde la caída de Barcelona en septiembre de 1714, banderín de la falsa independencia de Cataluña y que tras 160 años de silencio, pasó a ser celebrada como la fiesta del nacionalismo, La Diada. Del análisis se llega a indicar que la clave del problema separatista catalán es esa burguesía que, desde la llegada del primer Borbón, se ha enriquecido precisamente por la pertenencia de Cataluña a España y por el privilegiado trato que ha recibido gracias a las políticas proteccionistas de todos los gobiernos españoles desde Felipe V hasta Franco. Esa burguesía se enriqueció en buena medida a costa de otras provincias españolas y fue la más patriótica e imperialista cuando el negocio estuvo en Cuba y Filipinas, pero también la primera en apuntarse al separatismo cuando aquel negocio desapareció (si los españoles no valían para defender su negocio, para que los querían). La misma que, ante el terrorismo anarquista de los años 20 se echó en brazos de Primo de Rivera y posteriormente aprovechó el soporte y agradecimiento de Franco a los que financiaron su levantamiento como los March y Cambó y la Lliga. Ochenta años después, la tragicomedia está repitiéndose. 

Posteriormente esa burguesía empresarial, no el gran empresariado, complementada con los pequeños propietarios y productores que piensan en la economía de proximidad es el futuro de su pequeña república soñada han derivado a la independencia declarada; juntándose con las élites político-culturales, a las que trocear el mercado les reporta beneficios inmediatos. Tienen intereses en el proyecto nacional, aunque no económicos, sino políticos. Lo que buscan es monopolizar una parcela de poder y así ascender a la cumbre del escalafón, aunque este domine un territorio más reducido. Y el empobrecimiento cultural les importa poco, es el egoísmo provinciano.


Desgraciadamente a esto ha ayudado la baja satisfacción de sentirse español , desde la transferencia de educación a las Autonomías, en una parte importante de vascos , catalanes y un número creciente de valencianos. Está en nuestro ADN una tendencia clara a pelearnos entre nosotros y así lo demuestran las últimas cinco guerras civiles del siglo XIX y XX. Ningún otro país europeo se ha matado tanto entre sí como nosotros. Esperemos no reincidir. 
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En una conferencia y en varias tertulias, he oído a Bieito Rubido, con mucha razón y manejando datos contundentes, que somos el 3º país europeo con más baja tasa de criminalidad como recoge este cuadro. Nos superan países tenidos por ejemplo de ciudadanía como Suecia, Dinamarca y Alemania. En América ya ni hablamos pues EEUU nos supera en cinco veces y Venezuela en 40 veces. Luego tenemos unas fuerzas de seguridad al máximo nivel de eficacia. ¿por qué dividirlas?. Hemos comprobado, desgraciadamente, que los atentados de Barcelona se podrían haber evitado con una mejor coordinación de las fuerzas de seguridad.

Ocupamos el 3º puesto, con un 3,3/mil, de tasa de mortandad infantil detrás de Suecia e igualados con Finlandia e Italia, unas decimas debajo de Francia y casi uno por debajo de Alemania. Es decir tenemos una sanidad pública al nivel de los mejores y más desarrollados países del mundo. Hace 30 años teníamos un 8,9 y Alemania un 9,1. Es decir que en los últimos 30 años hemos avanzado como el que más. ¿Quién piensa que divididos lo haremos mejor? Como colofón de la calidad de nuestra sanidad, indicar que nuestra esperanza de vida es la 2ª a nivel mundial, solo tras Japón.

Tenemos la 2ª mayor red ferroviaria de Alta Velocidad, tras China que tiene una población 30 veces mayor y una superficie 20 veces la nuestras. Más aeropuertos, algunos innecesarios salvo para satisfacer egos provincianos, que Alemania para la mitad de población, si bien en superficie somos un 50% mayor.


Con tanto a favor, conseguido desde la unidad, ¿Qué nos avergüenza?: la corrupción y qué nos separa: la insolidaridad. Pues no puede entenderse de otra manera que una parte importante quiera separarse del resto y provocar un daño difícilmente reparable y asumible.

El nacionalismo, ya lo hemos visto, se ha estado nutriendo de grandes palabras con perfiles esquivos como el España nos roba, aunque luego resulta que quien robaba era el 3% de sus dirigentes y la familia del Molt Honorable. La última, el clavo ardiendo, fue lo de “mandato democrático”, significase lo que significase, pues solo el 47,2% votó por partidos independentistas el 27S de 2015 (Antonio Baños, líder de la CUP dijo ese mismo día que con esos resultados era impensable una DUI).


Llegados a este punto, si juntos no estaba yendo muy bien y mejorando hasta el punto de ir saliendo con fuerza de la última y grave crisis, ¿entonces quien se beneficia si la inmensa mayoría pierde?: Empezamos analizando la demografía y nos encontramos que mientras los cinco apellidos más frecuentes en Cataluña son, por este orden: García, Martínez, López, Sánchez y Rodríguez; el 82% de los consejeros nombrados hasta hoy en los Gobiernos de Cataluña tenía como primer apellido uno catalán. ¿Nos vamos enterando de quien se beneficiará?. Sólo 32 de los 135 diputados del Parlament llevan algún apellido de los más frecuentes de Catalunya”. Ninguno de los 25 más comunes asomaba en el último Govern. En Galicia, por comparar, el 54%. Lo de la Presidencia del Parlament es aún más sangrante: todos han tenido los dos apellidos autóctonos. Hoy mismo, el 80% de los miembros de la mesa del Parlamento catalán tiene los dos apellidos catalanes-catalanes. 

Por una u otra vía llegamos siempre a las 400 familias, la burguesía económica y su cortijo particular. Mientras han pastoreado al resto de España todo ha ido satisfactoriamente pero cuando no es así:..han virado hacia posiciones secesionistas. Este cambio no es de ahora, lleva fraguándose muchos años, si bien con el traspaso de competencias de educación y la inmersión lingüística se ha acelerado en los últimos 30 años. Aquí radica el gran éxito del nacionalismo.

El racismo, identitario en ciertas zonas de Cataluña, se plasmó sobre todo en los años de posguerra, en un recibimiento injuriosos y despreciativo que transformó su integración en "una aventura penosa". A ellos se les imputará, particularmente en las primeras oleadas, toda suerte de tachas, desde la ignorancia a la delincuencia. En una carta pastoral de 1950 de Gregorio Modrego, arzobispo de Barcelona, decía lo siguiente: "Lo que más nos duele (...) es que el número excesivo de esos inmigrados da lugar, en gran parte, a la inmoralidad en nuestras urbes". Proliferaron las pintadas como "Xarnegos fora!" y el "Aquí termina Cataluña", que se podía ver a la entrada de algunos barrios. Un caso extremo es el uso del calificativo "trogloditas" para referirse a las personas que vivían en las cuevas próximas a Barcelona, como publicó el periódico Solidaridad Nacional el 7 de septiembre de 1949. "Nos referimos a auténticos trogloditas, o sea gentes que provienen de los poblados subterráneos que abundan en las provincias de Jaén, Murcia y Granada".
Por tanto, la acogida de los emigrantes "no fue precisamente una luna de miel", anota el profesor Marín Corbera. Las autoridades les acogieron con recelo, los alojaron en infraviviendas e, incluso, llegaron a poner en marcha una política organizada de expulsiones (unos 15.000, entre 1952 y 1957). Los empresarios los acogieron satisfechos de poder pagarles poco. Y los obreros catalanes desconfiaban de la dura competencia, en tiempos de bajos salarios y malas condiciones de trabajo.

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/27/andalucia/1361981291.html

Con la gran expansión industrial y comercial el panorama cambió, pues en los años 60/80, Cataluña que, como la mayoría de regiones económicamente avanzadas, tiene una tasa de natalidad baja, necesitó a esos inmigrantes que proporcionaran esa mano de obra barata que supliese su falta de población. A Cataluña llegaron de forma masiva unos 850.000 andaluces, que en los años 70/80 representaban una población de más de un millón. Estos emigrantes fueron trabajados por el nacionalismo integrador a través de la inmersión lingüística excluyente, es decir la que señalaba al que no pasaba por el aro y así estos inmigrantes vieron que para que sus hijos pudiesen dejar de ser ciudadanos de 2ª, tenían que ser más papistas que el papa, catalanizar sus apellidos, militar en partidos extremistas como ARA, la CUP o ERC (Rufián). Los padres y/o abuelos de los Rufián,Gabriel, Baños, Colau..., tienen esa procedencia.

Eso explica el éxito de los actuales dirigentes que han conseguido movilizar a dos millones de ciudadanos, que olvidando sus orígenes y el de sus padres, se han envuelto en la bandera separatista; indudablemente favorecido por la cesión de competencia de educación y la ausencia del Estado que ha consentido que se manipulen las ilusiones de jóvenes que se encuentran en una situación de crisis económica y moral que les ha llevado a tener como alcaldesa de Barcelona a una antisistema como Ada Colau y condicionando el gobierno de la Generalitat a los herederos del POUM.



La otra salida, para los que se han dejado manipular y entrar en esa deriva, es marcharse y abandonar su pasado. Últimamente hemos visto muchos casos en los medios de comunicación, pero el caso que más me ha impresionado es el de un matrimonio andaluz que en su vida de trabajo había tenido que emigrar dos/tres veces; la 1ª a Cataluña para huir del hambre y allí dejarse parte de la juventud hasta que una riada les devuelve a su Andalucía de origen, pero nuevamente la falta de trabajo les lleva a su 2ª emigración, nuevamente a Cataluña, y allí se afincan ¿definitivamente?, entregando el resto de su juventud y madurez, su trabajo e ilusión al crecimiento de Cataluña. Él hasta su muerte y ahora, ella con 81 años, inicia su 3ª emigración, esta vez a Madrid, para no dejar de ser española. Es un resumen inmejorable para entender y aventurar lo que nos espera en lo que Ortega y Gasset llamaba el problema catalán: "la conllevanza" y ahora es el Brexit o nuestro Catalexit.

Apátridas, por Mari Pau Domínguez


http://www.abc.es/opinion/abci-apatridas-cataluna-201606081726_noticia.HTML


Superada la prematura y mal organizada DUI, estamos viviendo los momentos más difíciles para la unidad de España desde que la Transición comenzó su andadura en 1977. El ex-primer ministro francés Manuel Valls, nacido en Barcelona, los considera mucho más peligrosos que los vividos con el Golpe del 23 F de 1981. Insisto en que estamos viviendo , porque las consecuencias de la situación levantisca catalana, aún no se han terminado y seguramente resurgirán a partir de las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre, en que las encuestas vaticinan otra victoria del voto independentista; aunque seguramente no se verá acompañado con la mayoría social.


El esperpento lo refleja muy bien la revista Charlie Hebdo en un contundente editorial titulado «¡Memez o muerte!», en el que se hace varias preguntas y disquisiciones:

«¿De qué destino trágico quieren hoy liberarse los catalanes?», cuestiona «Charlie Hebdo». Con la muerte de Franco, señalan, se restauró la Generalitat y se dotó a la región de un Parlamento y un Gobierno autonómicos. Según la publicación francesa, detrás de la palabra «independencia» se ocultan otras preocupaciones menos nobles: «Cataluña quiere la independencia porque ya no quiere soltar dinero a las otras regiones españolas menos ricas que ella. [...] La lengua, la cultura, las tradiciones están muy bien para las postales, pero la pasta está mucho mejor».

En las listas independentistas para las autonómicas del próximo 21 D, “¡He encontrado dos Sánchez y un Martínez!” exclamaba irónicamente el sociólogo Pau Marí-Klose en su Twitter por ese hallazgo ¡entre 170 apellidos! Y en efecto con motivo al compararlo con un partido bien catalán como el PSC, con 6 López, 5 Martínez, 4 Pérez, 3 García o 2 Moreno.

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