Rescato este artículo que escribí hace 4 años. Entonces el Ayuntamiento de Madrid acababa de aprobar un gasto de casi un millón de euros para colocar placas recordatorias y organizar cursos y conferencias sobre nuestra Incivil Guerra, dado que los de Ahora Madrid e IUPodemos, no cejan de revisar en base a la malhadada Ley de Desmemoria Histórica. Naturalmente es una visión partidista y nuevamente vuelven a salir las 114.000 personas enterradas en fosas en las cunetas; esta vez en boca del presidente Pedro Sánchez que en el Congreso durante su Debate del Estado de la Nación, hace suyo aquello de que somos los 2º, detrás de Camboya, en cuanto al número de muertos en las cunetas o fosas sin identificar. Nuevamente indignado con el personaje, voy a intentar aportar un granito de arena que procuraré sea objetivo. Empezaré aprovechando unas palabras de José Mª Carrascal de un artículo, del 2 de agosto, en la 3ª de ABC, sobre la historia de España :
Reconozco de antemano la dificultad del intento. Más en un pueblo como el nuestro, que tiende a los extremos, y en un momento en el que la ideología, contra lo que creíamos, vuelve a infectarlo todo, empezando por la historia. Que no sea una ciencia exacta, como son las matemáticas, la física o la informática, con verdades universales en el tiempo y el espacio, sino que contenga un alto ingrediente de mitos y subjetividad, hace casi imposible cumplir la condición que Ranke, su gran teórico, la exigía: «Contar los hechos tal como ocurrieron». Si ni siquiera somos capaces de conocer determinados hechos del presente, ¿cómo vamos a conocer los del pasado? Lo que no impide que lo intentemos. Es más: tenemos la obligación de intentarlo si no queremos vivir eternamente enzarzados y no saber de dónde venimos ni a dónde vamos.
Son varias las ocasiones, a Tania Sanchez, luego a Pablo Iglesias, últimamente a Martu Garrote (abogada y tertuliana expedientada del PSOE Madrid), amén de diversos tuiteros, en que he escuchado/leído lo de los muertos en fosas en las cunetas, que nos colocan el el 2º lugar del mundo tras Camboya y en todas no he podido evitar alzarme contra esta mentira "más grande que la copa de un pino". El genocidio, aunque solo sea en fosas comunes, al que nos compara, cometido con Pol Pot con su pueblo, se estima en unos 2.500.000 asesinados y desaparecidos, para una población de 7.500.000. Tania Sánchez, Pablo Iglesias y demás, pretenden comparar a los muertos ilocalizados/ilocalizables, de un lado/bando de nuestra guerra y posterior ajuste de cuentas, con lo acaecido en Camboya; como si en España hubiesen muerto 9 millones y por tanto parece razonable que el número e importancia de los enterrados ilocalizables sea incomparable. La comparación no solo es desproporcionada es una afrenta al sentido común. Olvidan los judíos del holocausto, las fosas de Katyn, genocidios...
En mi blog: elcriticonhistorico.blogspot.com.es, tengo numerosos artículos sobre acontecimientos relacionados con el origen y final de la República y los pasos que nos llevaron a la confrontación. También batallas y héroes anónimos como Platofino (marido de la "tia" Irene, fallecido en el Jarama) que nuevamente traigo a colación pues fué herido y murió en el hospital, siendo enterrado en una fosa común en el cementerio de la Almudena. Hago esta indicación porque muchos de los fallecidos en combate fueron enterrados en el frente o en la propia trinchera, por amigos o enemigos y por tanto difícilmente localizables y desde luego no están en cunetas ni son víctimas de la represión franquista, como pretenden hacernos creer con los famosos 114.000 de los represaliados enterrados en cunetas. Otros como Platofino que fallecen de sus heridas en los hospitales sí son enterrados en fosas localizadas pues raramente se devuelven a su lugar de origen para hacer un enterramiento personalizado. Lo que si puedo afirmar que Platofino siempre ha estado en el recuerdo y el corazón de sus familiares y amigos, incluyéndome aunque no llegué a conocerle por cuestión de edad. Murió defendiendo sus ideas comunistas en lugar de quedarse en la retaguardia como habría podido hacer por tener 38 años y dos hijos menores.
Soldados franquistas, 17, muertos enterrados en el cementerio de Figuerola dÓrcau seguramente provenientes del hospital de campaña de la localidad |
La siguiente fuente de información procede del expediente militar de mi padre que al terminar la guerra fue sometido a juicio sumarísimo como oficial que había colaborado con la República y el ejército popular. En febrero de 1939 se promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas, según la cual, no solo aquellos que habían colaborado con el gobierno legal de la República podían ser condenados, sino también aquellos que supuestamente hubieran mostrado una “pasividad grave”. Durante el año 1932 había hecho la mili en artillería en Valladolid y alcanzó el grado de alférez con el que se licenció. Iniciado el levantamiento del 18 de julio, tuvo que esconderse porque en su pueblo, La Villa de Don Fadrique (Toledo), peligraba su vida y así permaneció hasta mediados de septiembre en que aprovechando la noche se dirigió andando, 13 km, a Villacañas para coger el tren que le llevaría a Enguera (Valencia) donde su hermano ejercía de veterinario. Allí conoció a mi madre y despues de dar escusas sobre su situación, marchó a Valencia hasta que se incorporó al Ejército Popular a principios del 38. Realizó un curso para ascender a teniente y se incorporó al mando, por ascenso de su anterior jefe, de una batería de obuses de 155 mm (la de mayor calibre disponible). Participo en la batalla que partió en dos la zona republicana y quedó asignado al ejército de Levante con el que llevó a cabo combates en retirada hasta que en abril del 39 fue hecho prisionero en Valencia e internado en la cárcel de Monteolivete. Jugado sumarísimamente fué condenado a dos años y dos meses de prisión; siendo indultado el 1º de octubre del 39, en conmemoración de la exaltación de Franco al caudillaje. En este primer indulto salieron todos los juzgados y condenados con prisión menor (menos de seis años y un día), completado en enero del 40. En 1941, en el segundo aniversario de la terminación de la guerra se promulgó una amnistía que alcanzó a los condenados a sentencias inferiores a doce años y el 17 de diciembre de 1943 otra amnistía dejó también en libertad provisional a aquellos cuyas condenas eran inferiores a los veinte años. Indulto porque se perdonaba la pena de prisión pero no las complementarias (in habilitaciones, destierro...), cosa distinta de una amnistía en que se perdona todo.
Mapa de España en agosto/sep, momento de las mayores represalias sobre civiles. |
Muchos oficiales, no digamos simples soldados de quintas, fueron juzgados y sus condenas reducidas y conmutadas. De 270.000 prisioneros al terminar la guerra, se pasa en 1940 a 233.000; en 1943 ya se reducen a 74.000 y tras el cambio de política del verano del 42 y el cambio de orientación de la IIª G.M., se llega a que en 1945 el nº se redujera a menos de 44.000; casi 20.000 menos que en 2015. Uno de mis libros de cabecera es "Madrid 1939", escrito en 2014 por el Catedrático de Historia contemporánea, Don Ángel Bahamonde. Analiza la conjura del coronel Casado que acelera el fin de la guerra y revisa minuciosamente las sentencias de 90 jefes y oficiales que son juzgados y cuyo resumen ocupa los cuadros 1,2 y 3 en las pag. 242 a 275 a.i. de estos, 50 ya eran militares al empezar la guerra y permanecieron "por obediencia debida" con el Frente Popular; de ellos "solo" tres fueron fusilados si bien el resto terminó expulsado del ejército y con condenas conmutadas. Los otros 40 eran mayores de milicias y oficiales que provenían de voluntarios, mecánicos, etc., afines al PCE y recibieron una menor conmutación de penas y 18 de ellos fueron fusilados entre 1939 y 1942. Naturalmente estos fusilados si tienen tumbas no cuneteras.
Llegados a este punto, pasaré a resumir lo magníficamente documentado de la represión gubernamental y posterior de los vencedores, en mi pueblo: La Villa de D. Fadrique (Toledo). Este es un caso extremo que puede arrojar luz a lo documentado por otros estudiosos más genéricos. Aquí el PCE obtuvo su primer alcalde de toda España en las elecciones del 31. En el verano del 32 y con la incorporación del médico Cayetano Bolívar (malagueño), rebotado de su ciudad natal por comunista y que posteriormente, en las elecciones de diciembre del 33, obtuvo su nombramiento como el primer diputado nacional del PSOE (para sacarle de prisión), se produce un levantamiento campesino con varios muertos y la intervención del general de la Guardia Civil, el general Cabanellas. Mi pueblo es conocido como La Pequeña Rusia y Villa Lenín. Naturalmente con la democracia su primer alcalde, que lo ha sido muchos años, también militaba el el PCE. En este pueblo se llevó a cabo el asesinato de 61 personas en el 36 y uno más en enero del 37; no fueron más porque alguno escapó como mi padre. Aquí si hubo algo de cuneta y desaparecidos (una ex-novia de mi padre con 22 años). Terminada la guerra fueron juzgados 176 y fusilados el 35%, entre 1939 y 1941, (tras juicios, todo lo parciales que se quiera) 54 con otros 4 muertos en la cárcel, a pesar de 18 condenas a muerte conmutadas por prisión. En el frente fallecieron 146, para una población de 5.000 habitantes. Huyeron a Francia 27. La mayor parte de fusilados lo fueron en las cárceles de Ocaña y Quintanar de la Orden y por tanto enterrados en fosas localizadas y no en las cunetas. Es un pueblo tan extremo que su porcentaje de muertos al compararlo con la población de España hubieran elevado el total "solo" del ejército popular a 700.000 y las víctimas civiles conjuntas a 600.000; pero quiero resaltar un dato y es que tras una matanza de 62 personas, la revancha/represión no superó el referido número. Bien es cierto que de los 27 que huyeron, alguno tendría delitos de sangre, otros simplemente estaban con el ejército que se retiraba desde la ruptura de España en la primavera del 38.
Otra consideración es que los muertos, entre el 36 y el 39, en Cataluña (8000/3500), Madrid (9000/3500) y Valencia (/3000 (fueron más del doble que los posteriores del franquismo. Naturalmente hubo una zona que solo soportó violencia de los sublevados y eso puede desnivelar un poco la balanza. En Valencia Salas Larrazabal habla de menos de 4000 y en cambio Garzón recopiló 26.000 (evidentemente desproporcionado aunque recoge a desaparecidos; idéntica desproporción se encuentra en Andalucía. Si consideramos una 300 brigadas en el ejército republicano, con 120 jefes y suboficiales tendríamos 36.000 posibles juicios sumarísimo y si el 60% fueron por ascensos de guerra, no profesionales, y les aplicáramos los coeficientes antes descritos, llegaríamos a porcentajes del 35% de media para condenas a muerte; es decir menos de 8.000 y con parte de los profesionales no conmutados y comisarios políticos, se podría llegar a unos 10.000 que junto con los represaliados civiles se acercarían a los 20/30.000 fusilados en zona franquista.
Al contrario de lo ocurrido con las víctimas en la zona nacional, puede considerarse que las víctimas en la zona republicana están bien identificadas y sobre su número existen menos controversias. Al concluir la Guerra Civil, el franquismo acometió un exhaustivo estudio que quedó reflejado en la llamada Causa General. El estudio recoge las consecuencias del denominado "terror rojo" desde febrero de 1936 hasta el fin de la contienda. Se trata de un minucioso estudio realizado municipio por municipio y que ocupa más de 1.500 legajos, hoy conservados en el Archivo Histórico Nacional. Según la conclusión de la Causa General, el número de víctimas de la represión republicana sería de 85.940; que Salas Larrazabal rebaja a 72.300 e incluso hoy se piensa que puede ser algo inferior: 65.000. Por lo antes comentado parece razonable considerar que los muertos a manos milicianas fueron 65.000 y a manos nacionales/sublevados/franquistas, otros tanto (como en Villa) aunque desaparecidos pueden ser algunos más, junto a los de la zona que quedó fuera de la República. En total unos 85.000 republicanos, incluidos los fusilados.
Fosa con represaliados en el cementerio de Paterna |
Enrique Moradiellos, en el libro 1936 escrito en 2004 en la pag 13 habla de 150.000 soldados muertos y otros tantos civiles. Coincide con Stanley G. Payne (pag 248 y 249 del libro Franquismo el juicio de la historia. En el mismo libro Edward Malefakis habla de fusilados (28.000) y Santos Juliá de más de 50.000 en la pag. 78. Es decir rondan los 65.000 nacionales y un máximo de 85.000 republicanos muertos en la retaguardia y si consideramos una media de los fusilados (30.000) que deben tener fosa conocida y no en cunetas pues ya estamos en 55.000 republicanos represaliados sin juicio y que mayoritariamente fueron paseados como en la otra zona. La mayoría de los paseos terminaban en las tapias del cementerio (así se está demostrando en las inhumaciones recientes) o lugares similares y los asesinos normalmente no se tomaban la molestia de enterrarlos; en ambas zonas. Otros fueron arrojados a pozos o minas y su localización y evaluación se complica como en la mina de Camuñas donde les arrojaban granadas y cal. Resumiendo, creo que con lo anterior puedo concluir que el número de enterrados en fosas cuneteras o no localizables, no será superior a 25.000; en cualquier caso una barbaridad como la propia guerra.
El militar franquista e investigador Ramón Salas Larrazábal, en diciembre de 1977, en el libro Pérdidas de la Guerra, presentó tablas de fallecidos en la Guerra Civil Española basándose en investigaciones propias de los Registros Civiles.
Actualmente, historiadores dedicados al estudio de esa etapa de la historia de España, entre ellos Julián Casanova y Francisco Espinosa Maestre, cuestionan este trabajo. porque entienden que numerosos crímenes y fusilamientos del bando sublevado no se encuentran reflejados ni en el Instituto Nacional de Estadística ni en los Registros Civiles (principales fuentes de Ramón Salas), apareciendo sólo una mitad o una tercera parte. Difícil y mientras tanto se utiliza como arma arrojadiza. Además de que se puede confundir a los paseados con los más numerosos como fueron los soldados muertos en el frente y enterrados en cualquier lugar. Tampoco a los que recuperados de cunetas y cementerios y fosas de los frentes del Ebro y Belchite, se utilizaron para llenar el Valle de los Caídos, donde de los casi 34.000 nombres, hay 12.410 cuyo registro sigue siendo 'desconocido'.
Valle de los Caídos |
En 2008, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón solicitó a Ayuntamientos y otros organismos un listado de desaparecidos durante la Guerra y la posguerra. El listado, que se reunió el 22 de septiembre de 2008 incluía 143.353 nombres, aunque sus propios autores avisan que faltan muchos nombres y, al mismo tiempo, que muchos de los nombres podrían estar duplicados e incluso triplicados (lo que hicieron en el momento de hacer entrega del material para evitar suspicacias). Este es el informe que se traslada, corregido ligeramente, a una comisión de la ONU y de ahí la famosa cifra de 114.000 víctimas de desapariciones forzadas cuyos restos no han sido recuperados o identificados, que manejan los de la Mala Memoria Histórica. Estos 114.000 estarán integrados por desaparecidos: por paseos menos de 25.000 y el resto por soldados de uno y otro bando (no paseados); como en cualquier guerra pues tras el asalto no se pueden enviar los fallecidos a sus lugares de origen y los enterramientos no se localizan bien y menos si son de enemigos.
Localizan una fosa común con 46 soldados republicanos en Rubielos de Mora Fueron fusilados en 1938 por no obedecer las órdenes de sus mandos.
http://www.20minutos.es/noticia/550672/0/fosa/republicanos/rubielos/
http://www.20minutos.es/noticia/550672/0/fosa/republicanos/rubielos/
Hallan restos de soldados que combatieron en la Batalla del Levante durante la Guerra Civil
http://www.20minutos.es/noticia/1386378/0/fosa-el-toro/muertos-combate/guerra-civil/
http://www.20minutos.es/noticia/1386378/0/fosa-el-toro/muertos-combate/guerra-civil/
Me parece sumamente interesante toda esta informacion.
ResponderEliminarGracias
Muy bueno...puntualizar a la Portentosa equivale a rectificarlo que ladran en su totalidad; su problema por mentir a sabiendas.
ResponderEliminarPor desgracia en nuestro pueblo se cometieron muchas tropelías, personas que estaban en el lugar y momento equivocado, una pena volver y revolver tanto sufrimiento. De un lado y de otro descansen en paz
ResponderEliminarDar a conocer la desgracia de lo que pasó en aquel entonces es necesario y debemos aprender a no repetir tal tragedia.
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