Acabamos de superar el 7 de diciembre de 1941, fecha en que Japón atacó la flota del Pacífico con base en Pearl Harbour (Harbor para EEUU), provocando la entrada del gigante dormido en la IIª Guerra Mundial; entrada que Hitler había intentado evitar como conocedor de la potencia que podía arrojar al conflicto. Ese mismo día acaba la última ofensiva alemana que en su intento por entrar en Moscú ha conseguido situar a sus fuerzas acorazadas a tan solo 30 km de la ciudad; pero el frío, el fango y la sorprendente y feroz resistencia rusa han terminado por agotar las últimas reservas alemanas y tras un ligero paréntesis comienza la contraofensiva ordenada por Stalin,en los días 12 y 15, que terminarán alejando una media de 250 km a las avanzadillas alemanas ,que ya no volverán a acercarse, cuando en marzo del 42 se agoten también. En el Pacífico, Japón no solo asesta un duro golpe a los acorazados americanos, hundiendo cinco de los que tres no podrán reflotarse; sino que de forma simultánea comienza las invasiones de las Filipinas y las Indias holandesas. Un gran despliegue victorioso, pero Japón ha dado un golpe al vacío pues pudiendo haber decidido la guerra en Rusia, ha equivocado el objetivo y en lugar de ayudar a su aliado Alemania, ha enfurecido a la poderosa EEUU.
El Arizona como símbolo y memorial |
En varios artículos he comentado como Hitler soportó, sin tomar medidas que pudiesen animar a los americanos a entrar como beligerantes, las ayudas económicas y materiales de EEUU a los Chinos, tras su invasión por Japón en 1937; a los ingleses tras la victoria alemana sobre Francia en junio del 40 y a los rusos después del inicio de la Operación Barbarroja, su invasión por los alemanes, 21 de junio del 41. Los dos aliados de los alemanes, firmantes el 27 de septiembre de 1940 del Pacto Tripartito, les habían resultado una nefasta compañía.
Kurusu, Ciano e Hitler |
Los italianos por embarcarles en una indeseada guerra en el Norte de África; frente secundario y generador de quebraderos de cabeza y pérdida de fuerzas tan necesarias en el frente decisivo; además de retrasarles la invasión de Rusia por un período superior a las cinco semanas, que perdieron sacando, nuevamente, las castañas del fuego a los italianos en el frente griego y yugoslavo; tiempo que habría sido vital al llegar a las puertas de Moscú no a primeros de diciembre sino a finales de octubre. Mejor favor habría hecho Mussolini a Hitler, permaneciendo neutral y así haberle cubierto las espaldas y facilitado ayuda alimenticia y material.
Los japoneses podrían haber elegido atacar a Rusia desde Manchuria, motivos tenían como era desquitarse de las derrotas que Zukov les infringió en agosto del 39 y de esta manera Stalin no habría podido retirar las tropas que primero detuvieron el avance alemán sobre Moscú y después lanzaron la 1ª ofensiva de que hablábamos en la introducción. El ataque a los EEUU podría en ese caso haber sido innecesario o haberse pospuesto unos meses. Lo cierto es que tras Pearl Harbor, los americanos entraron en la guerra y a partir del año siguiente hicieron sentir todo su poderío industrial.
Dejaremos de lado el SI CONDICIONAL y volveremos a utilizar los mapas con el fin de mejor evaluar las posiciones y movimientos que se producirían en el nuevo foco del conflicto; el Pacífico.
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