SÁNCHEZ FAGOCITA A SU IZDA Y DEBILITA A SUS OTROS SOCIOS.

Sánchez necesita fagocitar a sus socios de extrema izda para mantener un nivel aceptable de votos en las próximas votaciones y estos se defienden tumbándole dos proyectos ley, uno fisicamente y el otro provocando su retirada. Si fuéramos una democracia medianamente normal eso junto con la retirada de los Presupuestos Generales, habría llevado a convocar elecciones adelantadas; esto es estar pero no es gobernar. No hay Gobierno en el mundo que sobreviva a eso. Pero también en esto Sánchez es una excepción. Y sus agitadores, rápidamente, tuvieron la ocurrencia de echar la culpa de las derrotas ¡a Feijóo!. Los partidos de la extrema izquierda que sostienen este Gobierno, desde dentro y desde su entorno, se han dado cuenta de que se han quedado sin discurso, porque Sánchez es hoy el caudillo de la extrema izquierda.

Y es que todos los partidos políticos que han contribuido a que el poder de Pedro Sánchez sea casi absoluto –sólo le quedan por batir los tribunales de Justicia y la Jefatura del Estado- han sufrido en sus carnes las consecuencias. Ha utilizado a Sumar para liquidar a Podemos; y está a punto de liquidar a Sumar pasándoles por la extrema izquierda; ha hundido a Esquerra Republicana reviviendo a su oponente más claro, el prófugo Puigdemont; ha liquidado la supremacía del PNV en el País Vasco blanqueando a Bildu; y, de paso, ha anulado la pretensión y capacidad del PNV de liderar el voto separatista vasco en Navarra. O sea, quien con él se acuesta, escaldado se levanta. Salvo Begoña Gómez y no lo tengo muy claro, nadie se libra de la influencia maligna que conlleva la compañía de Pedro Sánchez.

En un abrir y cerrar de ojos se cargó a los que dormían tranquilos creyendo ser sus escuderos más apreciados. De un plumazo liquidó a Ábalos, que era ministro y secretario de Organización del PSOE; al que engañó hasta el momento final, pues le confió la tarea de comunicar el cese al resto de los damnificados; a Iván Redondo, quien había organizado con goebbeliana precisión la oficina de propaganda del Gobierno y quien apenas dos meses antes de ser despedido, el 27 de mayo de 2021, había afirmado en el Congreso de los Diputados: «Yo me tiro a un barranco por Sánchez. Estaré con él hasta el final»; y a la entonces vicepresidenta primera Carmen Calvo, la mujer que blanqueaba con total desfachatez las mentiras de Sánchez, ya fueran sobre los delitos del golpe perpetrado desde Cataluña: «El presidente nunca ha dicho que viera delito de rebelión en Cataluña; quien lo dijo no era el presidente, era Pedro Sánchez, que no es lo mismo». Ha engañado constantemente, ya sea sobre su compromiso de no pactar con Bildu –»Los socialistas somos gente de fiar jamás, pactaremos con Bildu»–; los indultos, las reformas del Código Penal para abaratar las penas de sus socios delincuentes;… o cualquier otra mentira de las que pueblan la biografía del farsante.

Otra habilidad es recolocar a los defenestrados, después de pasarlos por el frio que hace fuera de la moqueta: Susana Díaz a la que engañó cuando obtuvo su apoyo frente a Madina y ahora sestea en el Senado; a Antonio Hernando...Ni qué decir de antiguos compañeros que se opusieron como Elena Valenciano, Soraya Rodriguez...o de sus oponentes como Casado y Rivera a los que expulsó de la política. Sólo los propagandistas a sueldo de Moncloa y del PSOE pueden sostener que el PNV, Junts, o Coalición Canaria son progresistas «de izquierdas». Y no les cuento lo «progresistas» que son los de Bildu, esa banda que sigue justificando los crímenes que ETA perpetraba para que progresara su proyecto totalitario. Descartado el utilitarismo en este grupo frankenstein, ¿qué les mantiene unidos al escorpión que les va a hundir, sí o sí, en medio de la charca?

En la vergonzosa puesta en escena de la retirada de los cinco días, se comprobó como 6.000 fieles, altos cargos incluidos, iban a suplicarse que no se retirase; cifra humillante aunque la engordaron hasta 12,000. Es el puto amo y se le teme y obedece. Lo de su esposa, Koldo, Ábalos, las mascarillas, el fiscal general, la amnistía, lo de Marruecos, lo del aplauso de Hamás y los talibanes, lo de su antología asombrosa de mentiras, lo de Milei, los okupas, etcétera, no es otra cosa que el desnorte amoral de un individuo que nunca debió llegar a donde está. Espero, aunque lo dudo, que las elecciones europeas lo sepulten en el fango de la historia.

        

Y para rematar, les ha quitado la referencia palestina al presentarse como munidor de la paz y reconocer hoy mismo al ¿Estado de Palestina?, junto con otras 140 naciones. Ungido con la gracia divina y  sin encomendarse a nadie, ubica Palestina en Gaza y Cisjordania, enlazadas con un pasillo que divida a Israel. Memez que cabreará a los socios europeos que apostaban por esperar y por supuesto a los judios que perderían o compartirían Jerusalen y su muro de las lamentaciones. Los estados árabes y los palestinos ya rechazaron esta partición, ampliada, propuesta por la ONU y llevo a la guerra de 1948. Faltan 10 dias para las elecciones europeas y Sánchez tiene tiempo de sacar nuevos conejos de su chistera de ideas y ocurrencias varias. La primera: utiliza la visita de Zelenski para anunciar una ayuda que aprobó el Consejo de Ministros hace mes y medio, pero justificó como reservas necesarias para defensa; engañando a sus socios y al ejército. O no engañó a nadie y se le ocurrió ayer.