EL PROCÉS NO ESTÁ VENCIDO, SANCHEZ INTENTA ENGAÑARNOS.

Empezaremos reconociendo que el partido ganador ha sido la abstención con un 42% del censo electoral, que viene a ser el doble que los votos cosechados por el aparente ganador, Salvador Illa. Aparente ganador porque efectivamente es el más votado dejando fuera la abstención pero ya veremos si puede formar gobierno, pues la misma noche de las elecciones, Puigdemont lanzó una advertencia evidente: «La distancia que saca el PSC a Junts es la misma que saca el PP al PSOE en Madrid». Más claro, el agua. O Gobierna él, o Sánchez tendrá problemas en Madrid. Rescatar a Puigdemont no fue buena idea y en política es mal negocio dejar cabos sueltos; como demostró el propio Pedro Sanchez tras su defenestración; le dejaron herido y se recuperó para vengarse de sus "casi" ejecutores políticos. 

La portavoz del PSOE en Madrid dice que el gobierno de Cataluña se resolverá en Cataluña, miente. Se resolverá como mejor convenga a Sánchez. Se demuestra simplemente porque  el gobierno de España se dilucida en Suiza. Como primer resultado de las elecciones, nos encontramos con que Pere Aragonés ha renunciado a recoger su acta y podría complicar el tripartito de izdas pues en la situación actual, no parace razonable que ERC se suicide apoyando a Illa, salvo que Illa y Sánchez demuestren que son más independentistas que Junts y Puigdemont. Cosa tampoco inaudita pues el Procés empezó con un tripartito que hizo presidente a Maragall y posteriormente a Montilla con el apoyo, desde Madrid, de Zapatero.

Zapatero, Montilla y Maragall.

Todo empezó con ese Estatut ofrecido por un Zapatero en la oposición a un Maragall aspirante al Govern. Parecía una oferta incumplible pues Zapatero era claro perdedor en las elecciones de marzo de 2004, pero un tremendo y sangriento atentado junto con un penoso manejo por parte del gobierno del PP, en los días previos a las elecciones, un montaje perfecto por Rubalcaba y su frase "los españoles no merecemos a un presidente que nos mienta". Y ahora tenemos al más cínico en Moncloa; a lo que hemos llegado. Así se presentó en 2005 un Estatut infumable, que nadie anhelaba y buena prueba es que en los anteriores 21 años de gobierno de Jordi Pujol permaneció sin modificaciones. El Estatut fue limado por Alfonso Guerra y perdió 14 artículos, que suponían un duro varapalo para las pretensiones catalanas de declarar "preferente" la lengua catalana, tener un Poder Judicial autónomo y ampliar sus competencias fiscales. de más de 220, al pasar por el Constitucional. Posteriormente Zapatero engañó a Artur Mas con un plato de lentejas, dejarle gobernar si era el más votado, por aprobar el recortado Estatut. Mas fue el más votado pero otro tripartito le dejó con la miel en los labios y el Presidente fue Montilla. (despreciado por la esposa de Jordi Pujol)

Acuerdo, en 2006, para el Estatut entre Zapatero, Mas y Durán.
Les engañó como a chinos y ahora le toca a su heredero P. Sánchez.

Igual que ahora Pedro Sánchez saca pecho de haber suavizado el independentismo catalán gracias a su bondad con los indultos y ley de amnistía, en el año 2006 era Zapatero el que se vanagloriaba de haber domesticado al independentismo irredento. Lo que realmente hizo fue reirse de ellos y dejarle el caballo encabritado al siguiente presidente, Mariano Rajoy que tuvo que recibir al encolerizado Artur Mas, que para salir del Palacio de la Generalitat necesitó un helicóptero, que pedía un cupo como el vasco. Rajoy se lo negó y Mas le dijo "te vas a enterar" y montó la primera Diada secesionista y el libro  que marca el camino a seguir hacia la independencia. Todo comenzó con un tripartito en Cataluña, presidido por un socialista, con otro socialista en Moncloa.

Septiembre de 2014.

Llegamos así el 1º de octubre de 2017 con el referéndum ilegal de independencia. 26 días después, las consecuencias de la República de los 8 segundos. Mariano Rajao, con mayoría absoluta y el apoyo de un Sanchez en la oposición, aplicaron un débil 155 que se retiró apresuradamente, pero que acabó con los cabecillas en prisión y el máximo responsable, huido en Waterloo. Ese paso por prisión es lo que hundió al independentismo como puede verse en la disminución de asistentes a las Diadas y la pérdida de escaños independentistas que acabamos de visualizar y eso que un nefando Sánchez ha revivido al prófugo que era una sombra doliente el verano pasado y que ahora puede devolvernos a septiembre de 2017. Vamos que confiar en el PSC de Illa para contener al independentismo, con Sánchez en Moncloa, preso de los 7 votos de Puchi, está más que por ver. 

Zapatero no fue muy visionario y así opinaba, en 2006, de su gestión en Cataluña a favor del Estatut. Cumplidos esos diez años, 2016 estábamos en puertas de la secesión. Ahora es Sánchez quien saca pecho con la ley de amnistía.

En el comienzo del Procés, los restos de Convergencia i Unió y de ERC, lograron juntos 62 escaños, nueve menos de los que por separado habían conseguido en las anteriores elecciones. La CUP se negó a hacer President a Artur Mas y se decantó por el extremista Puigdemont. Gracias al 155, ahora entre los mismos dos partidos han conseguido 55 escaños. Los números son los que son. Para terminar, el tripartito de indepes que en junio de 2021 sumaban 79 escaños, ahora solo alcanzan los 59; por la huida de votos al PSC; votos constitucionalistas o supremacistas?

        Sin Junqueras, ERC, Illa no puede ser President.

Ahora, tras las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo, nos toca estudiar qué ha sucedido y hacia donde se decantan los ciudadanos. Como hay europeas el próximo 9 de junio, no es fácil que los partidos pongan sus cartas sobre la mesa hasta después de esos comicios. Las europeas, con circunscripción única, son un reflejo de lo que piensan los ciudadanos españoles sin las distorsiones provocados por la Ley D´Hont y los repartos favorecedores a circunscripciones pequeñas. 

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