Para celebrar el 145 aniversario de la fundación del PSOE, por Pablo Iglesias Posse, Pedro Sánchez le ha escrito una carta de 3 páginas a sus afiliados y en ella agradecer «el cariño» de «los miles de personas que el sábado se concentraron en Ferraz para expresarle su apoyo; escasamente 6.000 (el 1% de sus votantes de Madrid). También reconoce que «estos días hemos comprendido que defender la democracia no consiste únicamente en acudir a votar cada cuatro años», frase calcada de la utilizada por Largo Caballero.
Desde su retiro espiritual de cinco días, no para de amenazar a la prensa díscola y a los jueces irrespetuosos con Su Sanchidad y familia. Ahora los que no piensan como él, son generadores de barro que no hacen más que ensuciar la plácida y limpida política anterior. La derecha y extremaderecha no asumen que han perdido las elecciones del 23 J e insisten en que por siete votos tiene el culo roto. Para enfrentarse a la fachosfera se nombra adalid de la verdad y para conseguir su fín, prepara la entrada en vigor, de una actualización de la Ley de la Defensa de la República; también conocida como Ley Azaña. Entonces indignó tanto a los españoles como hoy se sorprenden de los intentos de Pedro Sánchez por utilizar la crisis forzada por la admisión a trámite de las dos demandas contra su mujer, Begoña Gómez, para amenazar con la suspensión de derechos, el recorte de la libertad de información, la filtración de las preguntas de los periodistas y el control de los medios de comunicación. Sin olvidarnos del intento, ya veremos cómo, de controlar al CGPJ, que le facilitaría el nombramiento de los jueces, incluidos los del Tribunal Supremo.
La olvidada ley «dictatorial» con la que Azaña quiso erradicar todas las críticas a la Segunda República. La Ley de Prensa.
Esta medida tan impropia de un régimen democrático como aquel, entró en vigor el 22 de octubre de 1931, con el objetivo de establecer la censura y el control sobre los medios de comunicación. Se cerraron cientos de periódicos y se pusieron multas millonarias. ABC fue una de sus principales víctimas. Su artículo primero decía: «Son actos de agresión a la República (ahora al gobierno de Sánchez) y queda sometidos a la presente ley la difusión de noticias que puedan quebrantar el crédito del gobierno o perturbar la paz o el orden público».
Pedro Sánchez se ha enorgullecido, repetidamente, de seguir al Largo Caballero de los años 30: En 1933, Largo Caballero, anunció sus planes: «Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución –y se refería a la Constitución Republicana– tendremos que conquistarlo de otra manera». Buen ejemplo para el esposo de Begoña Gómez. En 1934, el delincuente, actualmente, inmortalizado en un monumento en el Paseo de la Castellana se mostró con elevada sinceridad: «No creemos en la democracia como valor absoluto. Y tampoco creemos en la libertad». Lo demostró con creces. Tampoco creía en una República burguesa el propio Largo Caballero que en el verano del 33, en un curso a las juventides socialists, sin disimulos dijo: «Hoy estoy convencido de que realizar obra socialista dentro de una democracia burguesa es imposible; después de la República ya no puede venir más que nuestro régimen».
Su penúltima visión de la República, la tenemos en febrero de 1936, Largo Caballero se regodea en advertencias que, en otro caso, se interpretarían como sangrientas y violentas amenazas. «Si los socialistas son derrotados en las urnas, irán a la violencia, pues ante el fascismo, preferimos la anarquía y el caos». Aquí se destaca la gran mentira socialista. Todo aquel que no lo sea, es un fascista. Y hoy siguen con la murga, en boca de muchos de los escasos asistentes del sábado en Ferraz. Escasos pues 6.000 asistentes no alcanza ni al 1% de sus votantes en Madrid. Oimos cantar la Internacional y a algun ministro/a vocear la vieja consigna de "No pasarán".
La no tan maravillosa República que nos quieren vender con la ley de la Memoria Democrática, quedó reflejada por nadie más autorizado que uno de sus padres, José Ortega y Gasset que antes de un año ya hizo famosa la frase de "no es esto, no es esto". No había transcurrido un año, octubre de 1932, de la Ley de Defensa de la República, cuando desilusionado de un régimen al que acusaba de sectario y extremista, disolvió su Agrupación al Servicio de la República y se retiró de la primera fila política, no sin antes reiterar por escrito su desafección por una "Constitución lamentable, sin pies ni cabeza ni el resto de materia orgánica que suele haber entre los pies y la cabeza". Tras las quemas indiscriminadas de iglesias y conventos, lamentó que "gentes con almas no mayores que las usadas por los coleópteros han conseguido en menos de dos meses encanijarnos esta República niña y hacerle perder el garbo con que nació".
Confundida como estoy por la serenidad que nos rodea después de que el presidente nos amenazó con quedarse y con ese punto y a parte . Parte de verdad lo que quedaba del cuerpo español democrático .
ResponderEliminarPero tranquilos estamos porque no se oye nada ni se revuelve nada ni nadie .
Oye ,pues es posible que sea la solución .: la indiferencia .
Si a otros no les molesta , por que a mi , me va a molestar …si yo ya tengo garantizado hasta mi muerte , el arreglo económico .
Los que vengan detrás que arreen . Mis hijos los primeros ,porque no mueven un dedo , y creen que yo soy una discordia . Pues eso .
Fdo : chusa García Ojosnegros
Efectivamente nuestros hijos estan adormecidos porque nosotros, sus padres, nos hemos encargado de darles una vida bastante cómoda y placentera. No han pasado necesidades, afortunadamente, pero les hemos hecho blandos y acostumbrado a que se lo den hecho y a ser posible con el menor esfuerzo posible.
ResponderEliminarGran artículo Pedro. Cada vez está mas claro que la historia se repite.
ResponderEliminarGracias por el comentario. No me alegro de acertar.
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