HACE 75 AÑOS LA CASUALIDAD Y LOS TIBURONES VENGARON A LOS JAPONESES DE HIROSIMA.

Siguiendo con la razón de mi blog, hoy descansamos de política y me ocupo de otra curiosidad/casualidad histórica. Mañana nos recordarán los 75 años del lanzamiento de la 1ª bomba atómica y el inicio de la era atómica, pero pocos hablarán del crucero pesado Indianápolis, que había sido utilizado para transportar el material radiactivo hasta Tinian para ser utilizado en el montaje de la 1ª bomba atómica que sería lanzada el 6 de agosto sobre Hiroshima, resultó hundido, el 30/31 de julio de 1945, por un submarino japonés; los tiburones anticiparon una curiosa venganza, que si se hubiese producido dos semanas antes, habría evitado el horror atómico.

En el momento de culminar, con éxito, las pruebas de Alamogordo en Nuevo Méjico el 12 de julio, el crucero Indianápolis estaba terminando las reparaciones de los daños causados por un kamikaze unos meses antes, marzo de 1945, en la batalla de Okinawa; también estaba reforzando su defensa antiaérea para participar en la temida invasión de Japón y la defensa suicida que se esperaba de sus pilotos para evitarla. Su proximidad al lugar, estaba anclado en San Francisco, fue la razón de la elección para el transporte del material radiactivo hasta la base de los B-29 en Tinian. Allí se montarían las bombas que serían lanzadas sobre Japón los días 6 y 9 de agosto.

 

Crucero pesado Indianápolis

El Indianápolis no era un crucero moderno, había sido botado en 1931 como nuestro Canarias y carecía de detector de submarinos; pero no se le dio importancia pues el Alto mando de la Marina EEUU consideraba que las aguas por las que iba a navegar eran seguras, tan es así y tal vez para no despertar sospechas, el crucero realizó su travesía de 5000 millas en solitario, es decir sin destructores de escolta.

  

Nadie en la tripulación conocía la carga, ni tan siquiera su capitán, y había orden de fusilar a quien intentase entrar en las bodegas de carga. El capitán del barco, contralmirante McVay, realizó la travesía en 10 días y sus únicas instrucciones para el caso de hundimiento era que si se producía en agua enemigas se arrojase la carga por la borda y si era en agua propias o amigas, se mantuviese la carga en el barco y se llevase este a las aguas menos profundas posibles. En cualquier caso se debería dar prioridad a la carga frente al salvamento de la propia tripulación.

  

La travesía se realizó sin contratiempos y una vez depositada la carga en tierra, el contralmirante recibió ordenes de incorporarse a la flota en el golfo de Leyte para practicas navales tendentes al desembarco en Japón. La superfortaleza B-29, nombrada Enola Gay por su capitán, en recuerdo de su madre, llegaba también a Tinian. A partir de ahí se suceden una serie de errores como el seguir manteniendo en secreto su existencia, cuando ya solo era un crucero. Confiado en la seguridad de las aguas, no navegaba en zig-zag ni llevaba escolta de destructores.

 

Bombardero B-"9 Enola Gay que lanzó la bomba sobre Hiroshima

El Indianápolis pertenecía a la flota del Pacífico y el día del ataque sorpresa a Pearl Harbour estaba de patrulla con los portaaviones y por tanto se había librado del ataque. Era un barco tocado por la fortuna pues participó en numerosas acciones bélicas y hasta marzo había sufrido pocos daños, pero su suerte cambió en la noche del 30 al 31 de julio cuando navegando a su nuevo destino se cruzó con un submarino japonés que le lanzó varios torpedos, dos de los cuales le alcanzaron. Uno de ellos anuló los sistemas de comunicación y las señales de SOS fueron de escasa potencia y no las oyeron en ningún lugar. El barco que con los últimos montajes en la superestructura para los radares y aumento de defensa antiaérea se había vuelto más propenso al vuelco, tardó pocos minutos en hundirse.

 

Submarino japonés  I-58 de 1ª clase que hundió al Indianápolis

 

El submarino japonés radió su exitoso hundimiento pero las escuchas americanas no le dieron credibilidad pues se ignoraba la presencia en esas aguas de un crucero propio, 1er error general. Aunque el barco se hundió rápidamente solo 350 hombres de los 1200 de tripulación se fueron con él, al fondo del mar. Los otros 850, incluyendo al contralmirante, se lanzaron al mar con chalecos y las pocas balsas que pudieron lanzar al escorarse tan rápido el Indianápolis.

  

La falta de auxilio por carecer de destructores de escolta y seguir siendo un secreto su existencia, les mantuvo en zona de tiburones blancos durante los tres días que transcurrieron hasta que fueron localizados casualmente por un hidroavión. Cuando el rescate llegó a la zona, 12 horas mas tarde, se pudieron salvar menos de 400 náufragos, algunos murieron de sed, fatiga y heridas  pero otros 400 habían sido devorados por los tiburones; transformándose en la mayor pérdida de vidas en un barco de guerra de EEUU, de los 300 hundidos en la guerra.

 

 

 

Mientras tanto Japón rechazó la propuesta de rendición que se le envió desde la Conferencia de Potsdam, el montaje de la bomba de uranio estaba en marcha y el 6 de agosto arrasaría Hiroshima. También el ejército ruso había terminado su traslado desde el frente occidental y se desplegaba en la frontera de Manchuria para atacar a los japoneses, de acuerdo con lo previsto en la Conferencia de Yalta y confirmado en la de Potsdam.

El contralmirante fue juzgado y declarado culpable por no tomar las adecuadas medidas de protección y navegar en zig-zag y degradado a capitán. El capitán del submarino japonés, ya prisionero, declaró a su favor diciendo que el resultado habría sido el mismo dadas las trayectorias de ambos buques. Años después se revisó el juicio y se le exoneró, había aguantado la presión de la gente y la suya propia, pero no la muerte de su mujer tras la que se suicidó de un disparo. El Alto Mando no reconoció su error por no avisar de su llegada a los otros barcos de la zona, incluido el portaaviones que iba a escoltar ni de su retraso en iniciar el rescate y que llevó a una muerte especialmente horrenda a centenares de tripulantes.