Empezaré aclarando las curiosidades o más bien casualidades que se han dado, por la coincidencia de mi asistencia a la proyección de la Película Maria reina de Escocia, con la lectura del libro Una Columna de Fuego de Ken Follet. Lectura que había empezado hace varios meses y tenía abandonado en la pag 470. Al salir del cine, la retomé y me sorprendí al encontrarme escrito, lo que acababa de ver en la pantalla, quince páginas más adelante. Era la narración de la huida de María Estuardo del castillo escocés donde estaba recluida tras su abdicación y derrota. Consigue escapar y llegar a Inglaterra en busca del apoyo de su prima , la reina Isabel I. Intentaba conseguir su ayuda para volver a Escocia o al menos el reconocimiento de su hijo Jacobo como heredero de ambas coronas, inglesa y escocesa. Curioso que al volver al libro, me encuentre con la coincidencia de la película con el libro y otra más, las fechas separadas por 432 años de su decapitación, 8 de febrero de 1578, con el inicio del juicio del proces; cuyos acusados apelan cínicamente y con frecuencia al ejemplo de Escocia en su relación con Inglaterra, por lo que aquí vamos a descubrir lo erróneo de su apelación.
La primera diferencia es algo tan simple como que Escocia era un reino independiente y Cataluña no, pues formaba parte de la Corona de Aragón; la que se había unido con la de Castilla en 1472. En 1603 a la muerte de la reina inglesa, un escoces, Jacobo hijo de Maria Estuardo, concentró las dos coronas en su cabeza. Entonces lo que hoy es España, llevaba unida más de 130 años, o 90 si incluimos a Navarra. Durante el siglo XVII, el Reino Unido sufrió tres guerras civiles, empezando en 1640 (coincidiendo con nuestra guerra de independencia portuguesa y el paso de Cataluña a ser provincia francesa), con enfrentamientos entre el parlamento y la monarquía; pasando por una etapa republicana. Tras esta época, volvió la restauración monárquica en 1688, pero ya con un poder muy mediatizado por el Parlamento. En 1707, la firma del Acta de Unión trae consigo la desaparición del Reino de Inglaterra y del Reino de Escocia y la creación del Reino Unido de Escocia e Inglaterra; disolviéndose así los parlamentos de cada uno de estos dos reinos y estableciendo el Parlamento del Reino Unido con sede en el Palacio de Westminster. Aquí seguían vigentes y poderosos los parlamentos de Aragón/Cataluña y Castilla; conviviendo con una monarquía absolutista.
La siguiente peculiaridad se produce durante nuestra guerra de Sucesión en la que Gran Bretaña es un actor importante y letal para nuestra integridad pues ocupa Gibraltar y ahí siguen. En noviembre de 1700 el rey español Carlos II, muere sin heredero directo y nombra como sucesor al que sería Felipe V (nieto de Luis XIV); así inicia su andadura en España la casa de Borbón. Felipe V , jura en Barcelona sus Fueros y Leyes propias, en octubre de 1701 y convoca Cortes que se reúnen desde el 12 de octubre de 1701 al 14 de enero de 1702. Tanto para Felipe V como para los catalanes el balance de las Cortes fue positivo y hasta incluso un destacado austracista como Felíu de la Peña reconoció lo favorable y beneficioso de las mismas. El 14 de enero de 1702, el rey Felipe V volvió a renovar el juramento a las constituciones de Cataluña y volvió a recibir la fidelidad de sus súbditos; clausurando las Cortes.
Ese mismo año, 1702 comienza la guerra de Sucesión española, realmente una guerra europea tendente a reducir el poder de Francia y en la que actúan aliados, entre otros, Inglaterra, Holanda y Austria que pretende colocar a su pretendiente en el trono de España. Inicialmente Aragón y por tanto Cataluña, permanecen fieles a Felipe V, por lo que en 1704 se presenta una flota anglo-holandesa frente a Barcelona que es bombardeada sin resultado. Sin embargo, hay un cambio de bando con ruptura del juramento de fidelidad y el 20 de junio de 1705 se firma el tratado de Génova entre el Reino de Inglaterra y Cataluña, con el objetivo de derrocar a Felipe V y hacer rey al Archiduque Carlos; a cambio de apoyo financiero y compromiso de mantener las leyes e instituciones catalanas (compromiso que ya había aceptado Felipe V). Nuevamente la prioridad de sus más oscuros intereses frente a sus juramentos de fidelidad. El resto es conocido y el 11 de septiembre de 1714 se produce el asalto y rendición de Barcelona frente a las tropas felipistas. Fecha elegida para celebrar la Diada, con claro y partidista olvido de que lo que terminaba no era una independencia catalana, que nunca existió; si no una guerra dinástica.
Felipe V derogó algunos de los fueros medievales de Cataluña pero abrió las puertas a un crecimiento económico espectacular y a ciento cincuenta años sin veleidades separatistas. Esta actuación del rey español, contrasta con la actuación de la corona inglesa con los sublevados escoceses tras la batalla de Culloden (16 de abril de 1746), que fueros aniquilados o desterrados y despojados de sus propiedades a favor de la corona. Se promulgaron leyes para erradicar el sistema feudal de clanes en Escocia, e incluso las gaitas y la vestimenta tradicional de la zona fueron declaradas ilegales.!! Los independentistas catalanes siempre olvidan esta parte de su admirada escocia !!
Esta batalla de Culloden que nadie parece querer recordar, fue la última combatida por el ejército inglés en su territorio. En dicha batalla se enfrentaron escoceses jacobitas con ingleses, apoyados por algunos escoceses, hannoverianos. No fue una batalla de escoceses contra ingleses, luchando por su independencia, sino una batalla para imponer un rey (una guerra de sucesión y no de secesión). Culloden fue una batalla dinástica, que enfrentó a Carlos Eduardo Estuardo con Jorge II Brunswick-Luneburgo (último rey inglés nacido fuera de las islas). En Culloden perecieron lo más selecto de los clanes de las tierras altas. Fue una batalla planteada y dirigida de forma penosa e irresponsable por sus líderes (como las tropas austracistas en España)
Se enfrentaron unos 6000 escoceses contra unos 8000 realistas y al final de la batalla se contaron 300 bajas entre los hombres de Cumberland y más de 2.000 en el lado de los clanes, además 500 prisioneros. Cumberland había dado orden de no tomar prisioneros y así se realizó durante la batalla y en los días posteriores en que se persiguió a los supervivientes; reflejado en varias películas entre las cuales están "El Señor de Ballantry". Se incautó el ganado de los levantiscos, para despoblar Escocia, de hecho emigraron más de 40.000 escoceses. Incluso en el Parlamento londinense se debatió la posibilidad de esterilizar a las mujeres de las Highlands.
Escocia nunca más volvería a levantarse en armas contra Inglaterra. Sus jefes y familias dirigentes habían sido exterminados. Por contra en Cataluña, después de 1714 en que cae Barcelona ante el ejército de Felipe V, en el cual también combatían catalanes se dio cuartel a los sublevados hasta el punto de que el jefe de la defensa, Conseller en Cap, Rafael Casanova, no solo no muere heroicamente sino que es herido y huye disfrazado; muriendo en su casa bastantes años, 29, después y tras recibir el perdón real. España no es Inglaterra y no persiguió sanguinariamente a los sublevados contra aquél a quien habían jurado fidelidad. Escocia quedó dominada por Inglaterra, mientras que Cataluña creció como nunca a partir de mediados del siglo XVIII; siendo la cabeza y locomotora de la economía nacional. Los escoceses formaron y forman parte escogida del ejército británico y solo en la Iª G.M. murieron más de 100.000 defendiendo la Unión Jack; en Cataluña, mientras tanto se pide que el ejército sea invisible y hasta la alcaldesa de Barcelona se lo escupe en la cara. Sin olvidar que ya ha habido juicios por rebelión tras el 6/7 de octubre del 34 y definición de los partícipes:
Las relaciones entre España y Cataluña, vino a decir Ortega, serán siempre conflictivas: estaríamos ante un problema sin solución, o, mejor dicho, cuya única solución sería, en términos de Ortega, la «conllevanza», es decir, su apaciguamiento, siempre temporal, mediante pactos y fórmulas de compromiso que, sin contentar por completo a nadie, dieran un mínimo de satisfacción a todos
"Mientras, a efectos prácticos, obviando los seis primeros meses de la Iª República (presididos por Figueras y Pi i Margall), en la historia moderna de España no ha habido ningún presidente catalán, en Gran Bretaña desde 1850 nueve escoceses han sido primer ministro. Los últimos los recordamos todos: Tony Blair y Georges Brown, que tuvo mucha influencia en el referéndum sobre la independencia escocesa del 2014". Eso si, aquí han intentado la secesión en varias ocasiones, la última la que ahora se juzga y presumiendo de pacifismo cuando hoy 21 de febrero se cortan carreteras y se queman contenedores; amén de la salida de empresas, según amenazaba el pacífico y amante de España: Oriol Junqueras
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