Hoy 28 de marzo de 2019 se cumplen 80 años de la firma de la rendición de Madrid, en la zona de contacto entre los dos ejércitos, en la Ciudad Universitaria; en las posiciones alcanzadas y estabilizadas a finales de noviembre del 36. Se habían consumido en la hoguera de las vanidades, 32 meses de muerte y desolación. Más de 375.000 españoles, soldados y civiles de retaguardia, habían entregado su vida y otros 20/25.000 les seguirían en las venganzas y ¿justicias por delitos de sangre? a que se entregarían los vencedores en los 5/6 años siguientes; pero esa es otra historia. Desgraciadamente los rencores no se enterraron con ellos. ¿Acaso solo era la 1ª parte y ahora nos caminamos hacia una estúpida continuación?. En aquellos trágicos y anhelados momentos, al fin terminaba la guerra, que no la pesadilla. el mapa de España presentaba esta situación territorial.
Las negociaciones habían comenzado el 7 de marzo, tras el levantamiento del coronel Segismundo Casado contra el gobierno Negrín, que solo contaba con los comunistas y unos pocos pocos socialistas. Estos pretendían continuar la defensa pues aún contaban con algo más de 400.000 hombres con 150 aviones y 250 carros de combate; la mitad de fuerza que los sublevados franquistas. Su esperanza se cifraba en aguantar hasta que estallase la guerra en Europa, que era evidente no se demoraría demasiado (cinco meses). Casado y sus apoyos querían poner fin a la sangría pues eran conscientes que tras la pérdida de Cataluña y el reconocimiento de Francia e Inglaterra del gobierno de Franco, la guerra estaba perdida; además confiaban en una repetición del abrazo de Vergara que puso punto final a la primera guerra carlista.
Las esperanzas de benevolencia tenían en su contra La ley de Responsabilidades Políticas que se aprobó en Burgos el mes anterior (el día 8). Merced a esta ley, se condenaba de antemano y con retroactividad a prácticamente todo individuo que hubiera apoyado activamente a la Segunda República Española desde el 1 de octubre de 1934, como civil o militar, sin importar su cargo, partido, o jerarquía. Con ella se juzgó y condenó a mi padre, alférez de complemento, a dos años de prisión menor, por no haberse levantado contra la República y haberle dado visos de legalidad. Juzgaron al alférez que era antes del levantamiento y no al teniente que fue el grado que alcanzó en el ejército popular. No llegó a cumplir toda la pena de prisión pues el 1º de octubre del 39, se firmó un indulto por Franco para los condenados a prisión menor. Tras los papeleos, salió en noviembre.
Las negociaciones entre los enviados de casado y de Franco, no fructificaron y tras varios escarceos con la entrega de la aviación, el 27 Franco dió orden de avanzar. Esta ofensiva en todos los frentes fue una ocupación por la descomposición de las unidades republicanas. Se confraternizó en muchos frentes, pues el hartazgo de la guerra era general. Los principales dirigentes comunistas abandonaron España pero no así varios miles de soldados y civiles con miedo a las represalias y que pensaban que podían abandonar el país por los puertos de Valencia y Alicante. Desgraciadamente ni Negrín ni sus apoyos, organizaron una evacuación escalonada y los puertos de levante se transformaron en unas ratoneras en que hubo muchos suicidios.
Placa conmemorativa, por los fallecidos del Campo de los Almendros |
No acudieron ni los barcos del partido comunista francés de la France Navigation, compañía financiada con parte del oro enviado a Francia ni los barcos de la Mid-Atlantic, compañía británica encargada del transporte de los suministros republicanos, que por problemas de incumplimientos financieros se negó, a última hora, a participar en la evacuación. Incluso algunos de sus barcos zarparon vacíos de los puertos levantinos en los últimos días de la guerra. Así entre 10/15.000 personas fueron a engrosar el mal recordado Campo de los Almendros, cercano a Alicante. Max Aub escribió un libro con las confesiones de un internado.
Comunicado emitido por el Cuartel General del Generalísimo anunciando el fin de la guerra, era el 1 de abril del 39.
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