domingo, 31 de mayo de 2015

El centenario barco, Graf von Goetzen, al rescate de refugiados. Renace la épica de von Lettow

Ojeando la prensa de hoy 30 de agosto me he encontrado un artículo en El País, que incorporo al final, sobre la batalla de Tanga en la que Von Lettow con 250 alemanes y mil áscaris negros impide el desembarco de 8000 ingleses. Aprovecho la circunstancia para reeditar el que escribí el 31 junio, a colación de una noticia del momento, comentando como un viejo barco de aquella época y localización, , ayuda a los refugiados; desde hace más de 100 años.

En el periódico me había encontrado con la noticia de que un barco alemán de la Gran Guerra salva a 60.000 refugiados de la violencia en Burundi. Se trata del Graf von Goetzen, un navío de guerra botado en 1913 en Hamburgo, que participó en la 1ªG.M. en el lago Tanganica como apoyo a las tropas de Von Lettow; hundido por los propios alemanes y reflotado y rebautizado como Liemba, en 1926 por los ingleses. La historia, inspiró la novela La Reina de África de C.S. Forester, pero con final trucado.



El viejo héroe al rescate
El viejo barco, más que centenario, reina en el Lago Tanganica y lleva rescatadas 60.000 personas de la violencia durante el último mes, mayo,  a razón de varios viajes al día, con trayectos de 10 horas y embarques de sol a sol en los que es un milagro que las barcazas atestadas de refugiados no acaben volcando al subir sus refugiados al navío. Y todo eso coordinado y sufragado por ACNUR:

Esta historia de salvamento se repite ,pues en 1997, cuando cayó la dictadura del sangriento cleptómano Mobutu Sese Seko en el antiguo Zaire, decenas de miles de personas se agolparon de la orilla izquierda del lago. Y ahí estaba el Liemba para acudir al rescate.
También en esa orilla, en Kigoma, se produjo una de las exclusivas periodísticas más importantes de la historia en el New York Herald: el encuentro entre el explorador Henry Stanley y el antiesclavista David Livingston en 1871, desaparecido años antes buscando de las fuentes del Nilo. "Doctor Livingston, supongo", es la frase de aquel apretón de manos para la posteridad.

Cuando la Gran Guerra se desencadena, en agosto de 1914, las colonias alemanas en África y China (Puerto de Tsing Tao) están aisladas y sin posibilidades de recibir apoyo de la metrópoli, pues los aliados controlan el mar de forma absoluta. Alemania había llegado tarde al reparto de África por las potencias europeas y por tanto los territorios bajo su dominio son poco fértiles, pantanosos y  no están totalmente consolidados, eso hace que sus poblaciones sean mayoritariamente nativas.
De los dominios africanos, el áfrica Sudoccidental, actual Camerún, es rápidamente ocupado por anglo-franceses y belgas. También cae Togo y por tanto en septiembre, dos meses después de iniciada la guerra,  solo quedaba la presencia alemana en África Oriental (actual Tanzania) cuya única importancia residía en sus puertos.
 Encargado de su defensa esta el coronel Paul Von Lettow-Vorbeck, al mando de 250 oficiales y suboficiales alemanes y 2500 Áscaris, guerreros nativos encuadrados por oficiales y suboficiales alemanes. Su armamento son viejos fusiles de finales del siglo XIX que cargaban pólvora negra, pocos máuser modernos, algunas ametralladoras Maxim operadas por alemanes y nada de artillería moderna.
Frente a ellos se alineaban, inicialmente unos 8.000 soldados indios, fuertemente armados, enviados desde la India. El primer objetivo de estas tropas era capturar el puerto de Tanga, el más importante de la colonia, ubicado al norte de la misma, a los pies del famoso monte Kilimanjaro y cercano a la frontera con las colonias británicas del norte. La conquista de Tanga era vital para que los británicos pudieran desembarcar nuevas tropas y suministros con los cuales avanzar fácilmente hacia el sur y conquistar así el resto de la colonia alemana. 
Los soldados hindúes, sufrieron del clima insano además de continuas emboscadas de los Áscaris que les causaron enormes bajas. Von Lettow contó con la ayuda inapreciable de enjambres de abejas que se abalanzaron sobre los soldados hindúes facilitando su derrota (Por ello los ingleses denominan esta batalla como “Battle of the Bees” o “Batalla de las Abejas”)
Tras varios intentos infructuosos de conquistar Tanga, los británicos decidieron hacer una pausa en su ofensiva para recomponer sus tropas y reorganizarse, esta pausa fue aprovechada por Von Lettow-Vorbeck para lanzar un agresivo contraataque que obligó a los británicos a reembarcarse y abandonar la zona. Ésta victoria de Von Lettow, estando superadas sus tropas por una diferencia de 8 a 1, añadió prestigio a su leyenda de buen estratega . También se granjeó el respeto de sus enemigos al ayudar a curar a los herido ingleses con sus propios médicos.
Nuevas columnas inglesas atacaron y fueron derrotadas a los pies del Kilimanjaro. En respuesta a las ofensivas británicas, Von Lettow decidió lanzar  rápidos ataques sorpresa sobre las principales vías de ferrocarril del África del Este Británica. Esta guerra de guerrillas y ataques sorpresa continuó durante todo el resto del conflicto y no se rindió hasta el 25 de noviembre de 1918, cuando recibió un telegrama desde Alemania en el que le notificaban el fin de las hostilidades. 
 Los ingleses llegaron a destacar más de 45.000 soldados, tan necesarios en otros escenarios bélicos en que realmente se jugaba el futuro de la guerra. También sus vecinos belgas sufrieron sus ataques y derrotas, alguna por ignorar que no se podían utilizar tropas de caballería por la mosca Tse-Tsé.
El éxito de Von Lettow a la hora de reclutar indígenas se debía al gran respeto que estos le tenían y que le demostraron cuando 40 años más tarde volvió a visitar el país, invitado por Jan Smuts, general enemigo en la guerra pero amigo antes de ella,  Presidente sudafricano en esa fecha. Von Lettow era capaz de hablar fluidamente el swahili, y sobre todo les trataba con un gran respeto e igualdad, para él, todos sus soldados blancos o negros eran “africanos” y luchaban por una patria común.
Otra curiosidad fue el envío de un zepelín para abastecerle. Llegó a mitad de camino pero los ingleses que conocían las claves alemanas le hicieron llegar un mensaje falso en el que le indicaban que se había desplazado y no podía ser abastecido y el dirigible dio la vuelta y regresó a Europa.
Cuando Von Lettow llegó a Alemania fue recibido como un héroe y condecorado con los máximos honores y ascendido a general. Durante el nazismo se negó a colaborar con Hitler y fue relegado a puestos administrativos, llegando a pasar privaciones. Perdió su vivienda durante los bombardeos y a sus dos hijos varones en el frente. Sobrevivió gracias a la ayuda de sus oponentes, agradecidos por el trato que les había dispensado; especialmente del sudafricano Jan Smuts (que cuando fue Presidente le invitó a volver)
Simultáneamente, a lo largo de los años 1915y16 , se disputaron varias batallas navales en el lago Tanganica, entre barcos ingleses y alemanes; entre estos estaba nuestro viejo amigo el Graf von Goetzen, que una vez construido en Hamburgo, se desmontó en 22.000 piezas que se transportaron desmontados en 5000 cajas al puerto de Dar es Salam y desde allí en tren y a hombro de porteadores hasta Kigali, en el lago Tanganica, para ser  montado nuevamente a orillas del lago.


Graf von Goetzen en 1915
Se transporta a hombros porque la caballería y el transporte equino era inviable por la endémica mosca tse-tsé. Tras varias escaramuzas el Graf Von Goetzen quedó como rey del lago pero en tierra las cosas iban mal, momento en que los alemanes  lo hundieron (protegiendo su maquinaria) al tener que abandonar su base ante el avance de tropas terrestres. Su último servicio fue ceder su artillería (un cañón de 88 mm y otro de 37mm) a las tropas de Von Lettow.
Seis años después y dado su buen estado y que descansaba a 10m de profundidad,  fue  reflotado y bautizado con el nombre de Liemba para transporte de viajeros.
Estas historias sirvieron para el guión de la película La reina de África, pero versión americana en que sale victorioso Humphrey Bogart, que naturalmente no lo hundió (en la película el María Luisa) y donde las tropas del caballeroso Von Lettow no salen bien paradas.

Javier Reverte en el Liemba
Javier Reverte, escritor de viajes como Vagabundo en África, uno de los libros de aventuras que más me han gustado y que recomiendo para un conocimiento de la historia de la zona, y Los Caminos perdidos de África; lo utilizó como pasajero.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/08/29/actualidad/1440871380_322908.html

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