viernes, 29 de mayo de 2015

Grandes ideas transformadas en grandes fracasos. 1914 a 1945

A lo largo de las historia ha ocurrido frecuentemente que grandes ideas que llevaron inicialmente a grandes éxitos, terminaron pasando factura a sus inventores, que no evaluaron sus consecuencias o la importancia de los daños colaterales. Estamos viviendo unas fechas llenas de simbolismos por los 100 años de la Iª G.M y los 75 de la IIª y ahí me voy a centrar en algunos de los casos más sonados aunque no siempre conocidos o evaluados.


Soldados británicos ciegos por el gas
Soldados británicos ciegos por el gas
Hace 100 años, en Ypres, los alemanes emplearon, por primera vez en la historia, gases como arma ofensiva para romper el frente y efectivamente lo consiguieron pero no fueron capaces de aprovechar el terror creado en las trincheras enemigas y el avance fue escaso para haber destapado la caja de Pandora, pues luego ellos fueron receptores de los gases venenosos franceses e ingles. A los daños conocidos de las armas de fuego se unieron los daños originados por el gas mostaza y por la iperita, neurotóxicos y urticantes. Al final los alemanes se alzaron con la infamia de ser los primeros en la guerra química y sufrieron más daño del ocasionado.
Realmente ya la policía francesa había utilizado gas lacrimógeno, unos meses antes, para disolver manifestaciones pero su uso a gran escala tuvo que esperar a la batalla de Ypres. Se utilizaron depósitos para que el aire llevara la muerte silenciosa hasta las posiciones enemigas, donde los soldados carecían de protección adecuada; si bien el cambio de viento a veces hizo que lo gaseadores fuesen gaseados.

Primeros tanques de la historia
Primeros tanques de la historia
    En el Somme en septiembre de 1916 los ingleses usaron “tanques” por primera vez en la historia, pero no fueron decisivos por haber adelantado su estreno, ante la desesperación de la guerra de trincheras, y utilizarlos en número reducido y como vehículo de acompañamiento de la infantería. Esta filosofía se mantuvo el el ejército inglés y sobre todo en el francés hasta la IIª Guerra Mundial y este descubrimiento fue utilizado de forma  más eficaz por los alemanes,  que los agruparon en divisiones acorazadas y estas en cuerpos de ejército acorazados que destrozaron a los ejércitos aliados que aunque disponían de un nº similar de carros de combate, los hacían entrar en combate de forma aislada formando parte del apoyo directo a las divisiones de infantería y así fueron presa fácil para los alemanes. No aprendieron a usarlos en masa y eso que en la experiencia española funcionó cuando Paulov los empleó agrupados  frente a las tropas nacionalistas en la batalla del Jarama. El descubrimiento inglés fue mal utilizado por los aliados y en cambio los alemanes hicieron de su empleo el arma decisiva de su blizkrieg (guerra relámpago)
En abril de 1917 al “inteligente Ludendorf”, a la sazón jefe de Estado Mayor se le ocurrió la genial idea de utilizar a Lenin como arma de guerra y así facilitó su traslado por Alemania para que terminara de consolidad la Revolución rusa y apartar a esta de la guerra. No solo facilitó su traslado, sino que además le financió. Esta decisión y sus consecuencias cambiaron la historia pero Alemania no se benefició, sino muy al contrario. En Rusia la ciudadanía, harta de la guerra y sus consecuencias, había dado pie a la revolución de febrero del 17 que había hecho abdicar al zar y llevado al poder a un gobierno formado por  burgueses que lejos de oír el clamor popular a favor de la paz, estaba dispuesto a seguir luchando contra Alemania y Austria. Pero la situación siguió deteriorándose y en abril los bolcheviques reforzados por su líder, Lenin exigían un cambio al que no estaba dispuesto el jefe de gobierno y anterior ministro de defensa, Kerensky, que convenció al general Brusilov de emprender una ofensiva en

Superviviente de la guerra ruso-japonesa, sus cañones iniciaron la revolución
Crucero Aurora, superviviente de la guerra ruso-japonesa, sus cañones iniciaron la revolución
 junio/julio para aliviar la presión de los alemanes sobre los aliados en Francia y este aceptó en la idea de que era mejor movilizar a las tropas que dejarlas ociosas en las trincheras al alcance de las ideas subversivas de los soviets. La ofensiva paso del éxito inicial a una retirada generalizada con motines de la tropa que precipitó la caída del gobierno de Kerensky y la toma del poder por los Soviets bolcheviques el 24 de octubre, en el calendario gregoriano. Lenin comenzó las negociaciones para la paz con Alemania que terminó con la firma, en marzo de 1918, en Brest-Litovsk y la salida de Rusia de la guerra. Esto permitió a Ludendorf compensar la entrada de EEUU en la guerra a favor de los aliados y con las tropas retiradas del frente ruso, llevar a cabo tres ofensivas que estuvieron a punto de hacerle ganar la guerra antes de sentir el peso de los ejércitos americanos. Al final Alemania no ganó la guerra y en cambio abrió la caja de Pandora de la revolución proletaria y el comunismo que a partir de Rusia les alcanzó a ellos mismos, les llevó a una corta pero violenta guerra civil que estuvo a punto de producir su desarticulación como país con proclamaciones como la República Independiente de Baviera. Como daño colateral trajo a Stalin y los millones de muertos por las purgas, hambrunas en Ucrania y a la postre una situación que favoreció el nacimiento del nazismo y origen de los partidos comunistas; bueno o malo según las ideologías de cada uno.

También en esas fechas y de forma un tanto peregrina al Ministro de Exteriores alemán, Zimmermann, se le ocurrió una idea para neutralizar una eventual participación de EEUU en la guerra, al lado de los aliados. Consistía en invitar al Presidente de Méjico a atacar a los americanos para recuperar los territorios de Texas, Nuevo Méjico y Arizona y para ello le ofrecían su ayuda incondicional y la posibilidad de añadir la colaboración de Japón, a la sazón en el bando de la Triple Alianza. Creía Zimmermann que Méjico podía acoger satisfactoriamente la propuesta pues unos meses antes el ejército americano había estado persiguiendo, en territorio mejicano, a Villa y algunos otros revolucionarios y se habían producido enfrentamientos con el ejército regular mejicano. Hasta tal punto le pareció una idea genial que cursaron un telegrama al embajador alemán en N. Y. para que este se lo hiciera llegar al embajador ante el gobierno de Méjico. necesariamente el telegrama tenía que pasar por territorio inglés y fue localizado y a pesar de ir cifrado pudo ser transcrito, pero como no querían los ingleses descubrir que conocían los códigos alemanes, en la IIª G.M. volvieron a hacerlo, buscaron la forma de localizar y lo consiguieron, el que se enviaba desde la embajada alemana en Washington a la de Méjico.
Mientras tanto, el 1 de febrero de 1917, como se había decidido semanas antes, el gobierno del Káiser anunció el inicio de la guerra submarina sin restricciones. El mundo se quedó esperando la respuesta estadounidense. El 3 de febrero el presidente Wilson anunció ante el Congreso la ruptura de relaciones diplomáticas con Alemania, pero añadiendo que su gobierno había decidido permanecer neutral y que su política seguiría siendo la de buscar pacíficamente el fin de la guerra en Europa. La decisión no era la esperada por los británicos, que decidieron entonces que había llegado el momento de echar mano del telegrama Zimmermann para convencer a los estadounidenses de las verdaderas intenciones alemanas. El Presidente Wilson, el de los 10 puntos para la paz,  se ofendió por la maniobra alemana , máxime utilizando su propio territorio para enviarlo y lo publicó para caldear la opinión pública, aunque hubo quien se planteó que todo podía ser un montaje de los ingleses para hacer entrar a los americanos en la guerra. Pero sorprendentemente Zimmermann no salió a negarlo sino que intentó justificarlo diciendo que era solo un sondeo para el caso de que EEUU iniciase primero las hostilidades. El 6 de abril el Congreso autorizó la entrada de EEUU en la guerra. Esto está estupendamente novelado por  la ganadora del Premio Pulitzer Barbara Tuchman que  desvela en un apasionante libro cómo un telegrama cambió el curso de la historia…., aunque seguramente también los EEUU habrían terminado entrando sin necesidad del referido telegrama.
La creación de la Sociedad de Naciones, al término de la guerra, como organismo de encuentro y control para evitar futuros recursos a la fuerza para resolver los conflictos entre países, fue una gran idea pero los mismos creadores fueron los que ayudaron a su fracaso. Se constituyó el 28 de junio de 1919 y su 1ª Asamblea tuvo lugar en Ginebra el 15 de noviembre de 1920. EEUU, su precursor, no entro a formar parte de ella y erróneamente por la ceguera y el odio de Clemenceau hacia Alemania, no admitieron hasta algunos años después a Rusia y Alemania. Mientras se constituía la S.N., rusos y polacos estaban en guerra por ensanchar su frontera común en Ucrania; desde mediados del 19 a abril del 20 los polacos ocuparon la mayor parte de Ucrania pero un contraataque ruso llevó la guerra ante Varsovia en el verano del 20 y en ese momento el líder polaco, Pilsudski consiguió rechazarlos y firmar una paz bastante ventajosa a finales de año, coincidiendo con la Asamblea de la S.N. Esta inesperada victoria polaco hizo que ellos mismos sobrevaloraran sus fuerzas cuando 19 años después Alemania les presiono para buscar una solución al pasillo de Danzig. la S.N. fue más un foro de discusión que de acuerdos y para remate, en los primeros años 30, Japón e Italia se la saltaron alegremente,  agrediendo e invadiendo a Chinos y abisinios;  y que decir de su política de neutralidad en la Guerra Civil española o de su negligencia frente al militarismo hitleriano. El resultado  más evidente de su fracaso fue la IIª Guerra Mundial y que no pudo evitar los magnicidios efectuados por el Estalinismo en Ucrania y Rusia durante la segunda mitad de los años 30. Tampoco ayudó a minorar la crisis económica del 29.

Los firmantes del Pacto de Múnich, sept.1938
Los firmantes del Pacto de Múnich, sept.1938
    El 30 de septiembre de 1938 se firma el Pacto de Múnich entre Inglaterra (Chamberlain), Francia (Daladier), Italia (Mussolini) y Alemania (Hitler), por el que se rectifica, parcialmente, el Tratado de Versalles y Alemania recupera la región de los Sudetes, de mayoría alemana, que habían formado parte de la recién creada Checoeslovaquia, desde el final de la Iª Guerra Mundial; en línea con uno de los 10 puntos del Presidente Wilson de EEUU y que pretendía que cada nacionalidad dispusiera de estado propio. Este tratado con el que se pretendía contentar a Hitler, el mismo año había sido nombrado hombre del año por la revista Time, se consideró por todos, menos por el resto de checos y rusos, como una magnífica idea y de ahí la frase de Chamberlain al pie de su avión al volver a Inglaterra en que dijo que se había firmado una paz para los siguientes 100 años. Solo un año después el mundo pudo observar con horror que habían ayudado a un fanático a desencadenar la mayor catástrofe conocida en la historia de la humanidad. En ese año que media entre este tratado y la invasión de Polonia, Alemania había reforzado su ejército en mayor medida que Inglaterra y Francia, Checoeslovaquia había sido totalmente ocupada al haber perdido sus defensas en los Sudetes, Rusia le cubría las espaldas y alejaba de Estado Mayor Alemán el terror a repetir una guerra con dos frentes abiertos como en el 14. Un sinfín de consecuencias a cual más negativa para la paz.
   El 23 de agosto de 1939, Stalin tras abandonar un mes antes su plan de alianza con Francia e Inglaterra, sorprende al mundo con la firma del Tratado Molotov-Ribbentrop; con la idea de garantizarse unos años de tranquilidad para reorganizar su ejercito,  que había visto desaparecer, por las purgas internas, al 66 % de sus mariscales, jefes de cuerpos de ejercito y generales de división y brigada.  El Tratado fue un error que se volvió contra Rusia pues en 1939 Alemania era menos fuerte que en 1941 cuando inicia la operación Barbarroja (la invasión de Rusia). Stalin pensó en el verano de 1939  que en la guerra que se aproximaba entre alemanes, ingleses y franceses, los primeros quedarían debilitados, si es que ganaban, y por tanto su peligro potencial disminuiría y  por tanto el riesgo de invasión alemán. Su plan se vino abajo cuando vió como los alemanes eliminaba a Francia en mes y medio y propinaban una derrota al cuerpo expedicionario inglés que tuvo que salir como pudo por Dunkerque y que necesitaría tiempo para estar en condiciones de devolver el golpe.  En el ataque alemán en el oeste, contra los anglo-franceses, el 10 de mayo  de 1940 participaron diez divisiones acorazadas y en el inicio de la operación Barbarroja, los alemanes, ya desplegaron 24. El nº de carros de combate, de franceses e ingleses, era similar al de los alemanes pero las tácticas eran totalmente distintas pues los usaron formando grandes masas.
Desde finales de junio de 1940 hasta la noche del 21/22 de junio del año siguiente, en que comenzó la Operación Barbarroja, el ejército alemán se modernizó en mayor medida que el ruso, aprovechó las grandes cantidades de material de guerra requisado a franceses e ingleses para con los cascos de los carros preparar cañones autopropulsados que necesitaba para acompañar a sus divisiones acorazadas y puso a la industria pesada Checa a fabricar uno de los mejores carros ligeros. También el saliente polaco favoreció los planes de embolsamiento de los ejércitos rusos desplegados en la frontera. En los primeros cuatro meses, los rusos perdieron el 7o% de las tropas y medios acorazados de que disponían al empezar la invasión alemana, si bien es cierto que los repusieron en un muy breve margen de tiempo, entre otras causas gracias  a trasladar fuerzas desde las fronteras del este (Manchuria) y Siberia. Este traslado fue posible y vital en la defensa de Moscú en diciembre de 1941, gracias a que se menospreció el posible ataque simultáneo japonés que no se coordinó con el alemán. Desde la mala experiencia de agosto del 39 los japoneses pensaron más en su flota y en dedicar sus esfuerzos al Pacífico que en atacar a Rusia. Cuando Japón atacó Perl Harbour el 7 de diciembre de 1941, Stalin tuvo claro que no iba a sufrir  ninguna acción por parte japonesa y esa certeza permitió retirar y el envío de las numerosas divisiones de ese teatro de operaciones a frenar a los alemanes.
En el verano de 1944, el Gobierno polaco en el exilio en coordinación con el llamado Ejército Territorial, aprovechando el avance de las tropas rusas en dirección a Varsovia y la debilidad creciente del ejército alemán de ocupación, procedieron al levantamiento para liberar ellos la Capital y así ganarse un futuro independiente. Coincidiendo con el levantamiento de Varsovia, que duró desde el 2 agosto y al 2/3 de septiembre de 1944, los rusos estaban en plena ofensiva que les llevó a las puertas de la ciudad a primeros de septiembre y ahí se pararon y se quedaron viendo, sin hacer nada, desde el otro lado del Vístula como los alemanes acababan con la resistencia del llamado Ejercito Territorial polaco. Avanzadillas del 1º ejercito polaco, integrado en las tropas rusas que avanzaban, llegó a contactar con los defensores del ejército territorial pero al no ser apoyado por el resto de las fuerzas rusas tuvieron que retroceder. Simultáneamente en G. Bretaña se estaba planificando la operación Market Garden para alcanzar y conservar el puente de Arnhem sobre el Rhin, en esa operación iba a participar la brigada  polaca, aerotransportada, al mando del general Sosabowski, el cual solicito ser transportado hasta Varsovia para apoyar el levantamiento y así conseguir que no se transformara en una masacre y consolidar la liberación de la ciudad. Sosabowski justificaba su petición en base a que su presencia en Market Garden no era decisiva y si podía serlo en la liberación de Varsovia; su petición fue ignorada por su dificultad, que no lo fue para que se sacrificaran por un puente lejano (título de la película que narra esta operación fallida) y nuevamente el egoísmo aliado llevó a los polacos a dos sacrificios inútiles, en Arnhem por su mal empleo y a la masacre de los sublevados de Varsovia. Los únicos beneficiados fueron los rusos pues los alemanes retiraron tropas de su frente para acabar con la sublevación y al ser ellos los liberadores de la ciudad, arrasada y con sus dirigentes muertos, les facilitó su transformación en estado títere. La causa origen de la guerra, la garantía ofrecida a Polonia, quedó nuevamente en agua de borrajas.

Naturalmente el mayor error es pensar que una guerra puede resolver problemas, pero la humanidad sigue cayendo en el mismo error una y otra vez
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario