sábado, 26 de septiembre de 2015

EN ESTAS FECHAS ESPAÑA SE JUEGA SU INTEGRIDAD. HACE 600 AÑOS LO HACIA EUROPA EN SU FRONTERA HUNGARA

Desde hace 2500 años, aprovechando el verano, como las plagas de langosta, los turcos de Anatolia o su entorno intentan conquistar Europa, unas veces a pie cruzando el Helesponto o con grandes fuerzas navales por el Mediterráneo. Actualmente Hungría vuelve a establecer defensas fronterizas para detener la masa emigratoria que huye del ISI. ¿estamos con otro germen en fase de incubación al que Europa no se atreve a oponerse de forma radical?. Se habla de acoger a los desplazados y se discute de la distribución de los mismos; en lugar de enfrentarse al problema en su terreno.

Hace 2500 años, 480 A.C. Leónidas con 300 valientes espartanos, reforzados por otro millar de griegos de la alianza de Polis, se enfrentaron a ellos en el Paso de las Termopilas y pasaron a la historia inmortal, aunque no consiguieron frenarles hasta Salamina y Platea. Un  26/28 de septiembre de 1396, hace 620 años, se repetía la situación, un gran ejército húngaro-europeo (realmente la última Cruzada) era derrotado junto a la ciudad de Nicópolis y se habría el acceso a Hungría y el corazón de Europa


 Hoy leyendo el ABC, con referencia al referendum húngaro, he recordado este artículo que escribí hace un año, coincidiendo con la efeméride que comento y en el que aproveché para recuperar parte del artículo que escribí el 23 de junio pasado en que se conmemoraron los 450 años de la defensa de San Elmo, con una importante presencia española. No solo de política e independentismo catalán vive el hombre. Entonces con las autonómicas, falsamente, plebiscitarias y ahora con la declaración de Puigdemont sobre el referendum para el verano de 2017.

Efectivamente como si de una plaga que periódicamente se reproduce, los pueblos de la península anatólica, intentaron expandirse hacia Europa y norte de África y así lo hicieron hasta la caída del Enfermo de Europa con su derrota el la Iª G.M.. Podemos remontarnos a los Hititas y sus luchas con los faraones egipcios, pero nos vamos a centrar en nuestra más cercana Europa; nunca ocupada a pesar de los varios intentos. Su mayor actividad y empuje se produjo durante los siglos XIV al XVII, si bien su presencia en el Norte de África se prolongó hasta el final de la Iª G.M.
Mapa de Anatolia
En las Termopilas, en agosto/septiembre del año 408 A.C., Leónidas y sus compañeros resistieron unos días ante la brutal masa de persas de Jerjes I que habían cruzado el Helesponto. Mientras se libraba la batalla naval de Artemisio. Entre ambos combates retrasaron y debilitaron las fuerzas invasoras que aunque entraron en Atenas, terminaron siendo derrotadas en la Batalla naval de Salamina (los augures decían que los persas serían derrotados por un muro de madera que los interpretes posteriores lo aplicarían a los barcos atenienses) y posteriormente en la batalla terrestre de Platea.

Alejandro Magno entendió el problema y fue a resolverlo a su origen. En Gaugamelas, 331 A.C. acabó con el imperio persa y Europa no sufrió invasiones desde Anatolia hasta 1600 años después.


La actualidad en la frontera húngara con su pretendido freno, mediante concertinas, a la inmigración de Siria y demás expulsados por las guerras de religión y fanatismo radical; vuelve a presentar a Hungría, junto con los países balcánicos como la principal frontera entre el islam y el Cristianismo. De hecho vuelve a exigirse la fe cristiana como aval para permitir su entrada.


Durante su actuación, en la Edad Media, como baluarte frente al avance turco; Hungría desarrollo uno de los ejércitos mas poderosos de la época (el ejército negro), que terminaría derrotado en Nicópolis, preludio del desastre de Mohacs en 1526 en que perdieron a su rey junto con 50.000 hombres. Pero analicemos que acontecimientos anteriores se habían producido para llegar a este final.

En los albores del Imperio otomano, el Papa Urbano V pidió a los soberanos de Hungría, Serbia, Bosnia y Valaquia que hicieran frente de forma conjunta a los turcos. La coalición, sin embargo, fue derrotada en la batalla de Maritza (1363), lo que permitió a los musulmanes ocupar Sofía, Nis y Salónica en los siguientes años. En 1389, búlgaros y serbios sufrieron una derrota aún mayor en Kosovo, donde el Rey serbio fue humillado y ejecutado junto a su séquito al completo. El resultado de la contienda marcó el inicio del dominio turco en los Balcanes durante cinco siglos. Asediado por todos, Hungría quedó como el último superviviente. El sultán Bayaceto, no en vano, se puso como objetivo medir hasta sus últimas consecuencias los límites de la resistencia húngara.

A la vista de la situación, el Rey de Hungría consiguió del Papa Bonifacio IX la promulgación de una cruzada, en 1394, a la que acude Venecia que veía peligrar su posición en el Adriático, Inglaterra y Francia; tras pactar una tregua en su  Guerra de los Cien Años.  Ricardo II (hijo del Príncipe Negro) y Carlos VI financiaron la empresa.

A comienzos de 1396 Juan I de Borgoña tomó la iniciativa con aproximadamente 10.000 borgoñones, la mayoría caballería, junto con un contingente inglés de alrededor de 1.000 hombres. A estos también se unieron unos 6.000 soldados llegados desde el Palatinado, Baviera y Núremberg. Mientras, Segismundo (rey de Hungría) había reunido un ejército de 60.000 húngaros que eran conducidos por el conde Armando II de Celje.  Las fuerzas francesas salieron de Montbéliard en abril de 1396, llegando a Viena en mayo y junio, y reuniéndose con el rey Segismundo en Buda, la capital del reino húngaro, hacia principios de julio.

 El sultán, turco, Bayaceto, que estaba preparando el asedio de Constantinopla, marchó con un gran ejército hacia Nicópolis. Su aliado, Stefan Lazarević de Serbia, se reunió con el sultán el 24 de septiembre, consiguiendo un contingente muy similar al de los cruzados.

El día 26 o 27 de septiembre de 1396 , a los pies de la ciudad de Nicópolis (Bulgaria), comenzó el enfrentamiento en el que empezaron llevando la mejor parte los caballeros franceses, fuertemente armados, pero  la acción combinada de arco y arcabuz de la infantería otomana situada tras estacas de madera (táctica ya empleada en Crecy por el Príncipe Negro) detuvo y diezmó su carga. Rodeados terminaron los cruzados sufriendo una tremenda derrota. Los franceses e ingleses volvieron a su Guerra de los cien años y los caballeros del oeste de Europa perdieron su entusiasmo por las cruzadas. La lucha seguiría en España y en el Mediterráneo.



Inicio batalla de Nicópolis

El riesgo inminente para Hungría y Centroeuropa se conjugó, afortunadamente, fuera del territorio europeo y gracias a que los mongoles de Tamerlán aplastaron a los otomanos de Bayaceto en el verano de 1402 en la batalla de Angora, cerca de Ankara (Anatolia turca) Esta derrota dio paso a un período de debilidad en el Imperio otomano, que se cerró 25 años después, gracias a la muerte de Tamerlán en su lucha con China. Terminaron la conquista de Constantinopla en 1453 y después de un cierto relajo volvieron a las andadas.


Con la llegada de Solimán el Magnífico al poder , la expansión del imperio otomano llegó a su máximo esplendor y en su camino de expansión entró en lucha con Las Dos Naciones, unión de Polonia y el Gran Ducado de Lituania y con el Imperio Húngaro
En la batalla de Mohacs,  acaecida el 29 de agosto de 1526 el ejército húngaro, a las órdenes de su rey Luis II, cuñado de nuestro Emperador, fue derrotado y muerto junto con 50.000 de sus soldados, por los turcos de Solimán el Magnífico. Así se acercaba al corazón de Europa representado por Viena. Carlos I se sintió implicado por considerar territorio del Sacro Imperio Romano Germánico. El choque de los dos monarcas más poderosos del momento parecía inminente.

Solimán el Magnífico

Viena en 1529, entre septiembre y octubre, sufrió el primer asedio de las tropas otomanas comandadas por el sultán Solimán I El Magnífico, rechazadas por la actuación de los arcabuceros españoles.  Luego vendrían 2 intentos más. Solimán había proclamado la Yihad (la Guerra Santa), pretendía conquistar Viena la frontera de Occidente y más tarde Europa. Reclutó un inmenso ejército en Estambul y después de recorrer 2.000 kilómetros en cuatro meses se plantó delante de las murallas de Viena
El Sultán disponía de una importante fuerza de choque , unos 120.000 soldados bien entrenados y aguerridos. Viena contaba con sus poderosas murallas y unos 20.000 hombres, entre los que se encontraban 700 arcabuceros españoles y 17.000 lansquenetes enviados por Carlos I. Después de poco más de un mes de infructuosos asaltos, Solimán volvió sobre sus pasos a Constantinopla, perdiendo muchos soldados por el duro invierno.


Miniatura del asedio de Viena pintado durante el mismo

Tres años más tarde los otomanos volvieron a intentarlo, en el verano de 1532, pero esta vez el Emperador Carlos I estaba esperando a los pies de la ciudad con un magnífico ejercito de 90.000 infantes y 30.000 caballos. Los turcos rehusaron el enfrentamiento y Carlos I escribía a su esposa, Isabel de Portugal  que habían tenido miedo de enfrentarse con él.

Los otomano volvieron a expandirse por el mediterráneo y para ello se propusieron eliminar a los caballeros de Malta que les inquietaban en el Mediterráneo central y oriental y pensando en una base avanzada para posteriores avances hacia el corazón de Europa, organizaron una gran armada en la que embarcaron un poderosísimo ejército terrestre para invadir Malta.

Pero en lugar de ir a su corazón, empezaron por el islote fortificado de San Elmo. En mayo iniciaron el asalto y los defensores resistieron heroicamente hasta su toma sin prisioneros el 23 de junio de hace 450 años. La fortaleza reponía, cada noche, sus soldados muertos por otros que cruzaban a nado hasta que esto se hizo imposible y lentamente los 600 defensores fueron muriendo por los cañonazos de la flota otomano o en la defensa cuerpo a cuerpo en las brechas de la muralla. La conquista le costó, al Turco, más de seis mil bajas y debilitó de forma notable la moral de los asaltantes que poco después tuvieron que levantar el asedio a la Valeta ante la llegada de 8000 soldados enviados por Felipe II en septiembreSeis años más tarde Felipe II remataría la faena en Lepanto.

Fuerte de San Elmo, Malta

Así pues los turcos en el intervalo de  1529 a 1683, avanzaron por Europa continental, tomando a Viena como el principal objetivo del enfrentamiento entre dos culturas el Islam contra el Cristianismo; el Imperio Otomano  contra el Sacro Imperio Romano del  Emperador Carlos V y al final contra alemanes, polacos y austríacos. 

 Polonia y en Gran Ducado de Lituania. Unión de Lublin en 1569

El último intento, por ahora, se realizó en torno a mediados de julio de 1683. los otomanos se presentaron con un ejército de 150.000 hombres a los pies de la muralla y fueron estrepitosamente derrotados, a mediados de septiembre, por el inesperado ataque conjunto de polacos y alemanes que les sorprendieron sin preparación. Ante el peligro otomano, el Papa llamó a la cruzada y acudieron príncipes italianos, dinero del rey de España y soldados centroeuropeos decisivos. Francia de Luis XIV se mostró favorable a los turcos.
Poco a poco, Austria, Hungría, Rusia y Polonia irían recuperando sus territorios perdidos. El ocaso del viejo enfermo había comenzado.

 







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