En el artículo anterior vimos el origen del soporte de los manuscritos y de los libros hasta bien entrada la Edad Media, papiro y luego el mas duradero y útil pergamino. Durante muchos años las mejoras fueron escasa, salvo en la generalización del papel. Una pluma de diversos materiales naturales y tintero para mojar.
Posteriormente, la revolución industrial permitió la fabricación en masa de plumines de metal y se buscó la manera de incorporar a la pluma su propio depósito de tinta para no depender constantemente del tintero. Hasta finales del siglo XIX todos los intentos dieron como resultado instrumentos con un flujo irregular de tinta, que tan pronto dejaban de escribir como soltaban demasiada tinta con los consiguientes borrones.
Aprovechando el afán innovador con que se presentan los últimos años del S.XIX, se producen los grandes avances en este medio de escritura que van a revolucionar la escritura. En 1884 Lewis Edson Waterman, un agente de seguros, patentó un sistema de alimentación que permitía un flujo controlado de tinta sobre el papel. El mecanismo equilibraba la presión dentro y fuera del depósito mediante tres fisuras en el canal alimentador, por las que el aire ascendía hasta el interior mientras la tinta salía por el plumín. Nace así la primera pluma estilográfica moderna, la Waterman’s Ideal Fountain Pen. En 1888 funda su compañía, siendo el primer fabricante en ofrecer una garantía de 5 años.
Waterman de 1900 |
iguiendo con las mejoras en el flujo de tinta, desarrollado desde 1889, en 1893 George S. Parker patentó un nuevo alimentador, curvado en su extremo y que tocaba el interior del depósito, lo que permitía que el sobrante de tinta que quedaba en el plumín después de escribir fuera atraído por capilaridad hacia dentro de la pluma, impidiendo así las típicas manchas en los dedos al desenroscar el capuchón. El sistema se denominó Lucky Curve
Después de asegurar un buen flujo de tinta, el problema que se planteó a los fabricantes de plumas fue el de encontrar un sistema automático adecuado para llenar de tinta la pluma, ya que hasta entonces la forma de hacerlo era mediante un cuentagotas. En 1897 Roy Conklin inventó el primer mecanismo práctico de autollenado, el denominado de media luna (Crescent filler). Para llenar la pluma se oprimía una pieza en forma de media luna que estaba unida a una barra metálica en el interior de la pluma, ésta presionaba un depósito de goma; al liberar la presión sobre el mecanismo se generaba un vacío que hacía subir la tinta hasta el depósito. El problema de este sistema era la antiestética pieza en forma de arco que sobresalía del cuerpo de la pluma y la debilidad del depósito de goma frente al ataque de la tinta.
Waterman incorpora en 1903 a sus plumas en nuevo sistema para recargar la tinta Pump Filler y dos años más tarde el uso del capuchón con clip grabado. las plumas anteriores se transportaban en una caja o estaban sobre la mesa, a partir de ahora ya se pueden llevar en la chaqueta, sobre todo una vez conseguia la fiabilidad en la estanqueidad.
Un sistema de autollenado más popular fue el que inventó Walter A. Sheaffer en 1907. Éste mejoró la idea de Conklin sustituyendo la pieza de media luna por una palanca que se embutía en el cuerpo de la pluma, el resto del mecanismo era muy similar, la palanca movía una barra que presionaba el depósito de goma. Este sistema fue muy utilizado, sobre todo hasta la llegada del cartucho; aún hoy se puede ver en estilográficas modernas de edición limitada.
La Gran Guerra supuso un empuje a la fabricación de estilográficas que los soldados llevaban al frente para escribir sus cartas a la familia. Igualmente los corresponsales, entre los que destaca Blasco Ibáñez.
Hasta 1920 el desarrollo de la pluma había estado centrado en buscar un modelo fiable en sus detalles técnicos; si bien en ese periodo la moda había cambiado, pasando de formas rectas a plumas con extremos cónicos, y se habían realizado bellas obras artesanas con las envolturas en metales preciosos, el aspecto general de la estilográfica no había sido un factor demasiado importante. Con la difusión masiva del nuevo instrumento de escritura y la llegada de los “locos años veinte” la forma y el color pasan a ser un motivo diferenciador para los fabricantes. Parker lanza al mercado en 1922 el modelo Duofold, una pluma de gran tamaño, en un provocador color rojo-naranja y con un precio que no estaba al alcance de la mayoría. El éxito fue arrollador
Sin embargo, las posibilidades en cuanto a color que daba la ebonita, utilizada hasta entonces en la fabricación de plumas, eran muy limitadas. Los fabricantes iniciaron la búsqueda de nuevos materiales para satisfacer esta necesidad. Tras varios intentos infructuosos, la respuesta la encontraron en los plásticos. Sheaffer introduce en el año 1924 sus primeras plumas Lifetime en celuloide, material que iba a reinar en el mundo de la estilográfica hasta la llegada del termoplástico inyectado en moldes. Los demás fabricantes se incorporarían poco a poco a esta nueva corriente, Parker lo hizo en 1926 con sus nuevas Duofold.
A finales de los años 20 la firma Parker desarrolló un mecanismo de llenado denominado Vacuum-filler (llenado por vacío) que pretendía superar la limitación de espacio para la tinta que suponían el depósito de goma y las barras metálicas de los sistemas de palanca. El nuevo mecanismo llenaba de tinta el propio cuerpo de la pluma mediante el bombeo sobre un diafragma de goma. La gama de estilográficas que comenzaron a incorporar este sistema se denominó Vacumatic y fueron muy populares en los años 30. La tinta ya se producía con menor agresión al diafragma, e incluso limpiaba la pluma mientras escribía, la Parker Quink Ink (aún hoy se utiliza).
Mientras, en Europa, Pelikan desarrollaba su primera pluma de émbolo, el modelo 100, lanzado al mercado en 1929. Este sistema “cuajó” en el viejo continente y fabricantes, sobre todo de Italia y Alemania, adoptaron para sus plumas este mecanismo que pervive hasta la actualidad.
En la década de los 30 la crisis económica sacude con fuerza el mercado de la escritura. La respuesta de los fabricantes invadiendo el mercado con nuevos modelos, sólo bastará para mantener a unos cuantos. Muchas pequeñas compañías y algunas de las grandes desaparecen o quedan tocadas: Conklin se cierra en 1938 y Chilton en 1941, Wahl Eversharp y Waterman comienzan su declive, la primera hasta su venta a Parker en 1957, la segunda hasta que su filial francesa compra la marca y la hace renacer.
A principios de los años 40 Parker presenta la joya de la corona:La revolución absoluta: la Parker 51
Parker 51 |
Uno de problemas técnicos que habían quedado pendientes de resolver era el de conseguir una tinta que secara con rapidez. Las que existían en los años treinta secaban por evaporación, por lo que era necesario muchas veces acudir a la ayuda del secante. Parker abordó el problema desde otro enfoque, desarrollando una tinta de secado rápido que actuaba penetrando más en el papel. El problema de esta tinta era su alcalinidad, que atacaba el celuloide de la pluma y degradaba el depósito de goma. La compañía tuvo que desarrollar un cuerpo de pluma en lucite, material utilizado en los aviones B-17 de la Segunda Guerra Mundial y que no se alteraba con la nueva tinta.
El diseño de la nueva pluma, encargado al famoso artista húngaro Moholy-Nagy del movimiento Bauhaus, fue revolucionario; seguía la moda aerodinámica, con la forma de un fuselaje de avión y su plumín venía carenado para evitar que la tinta se secara en el mismo. El modelo se denominó 51, seguramente porque su desarrollo se finalizó en el año 1939, 51º aniversario de Parker, además un nombre no alfabético podía identificarse fácilmente en cualquier lengua del mundo.
Inicialmente aprovechó los cuerpos Vacumatic que tenía y posteriormente desarrolló el sistema aerométrico y el de capilaridad. Tan grande fue el éxito de la 51 que se fabricaron también en Inglaterra e Italia, hasta superar los 14 millones de unidades. Sheaffer’s comercializó su exótico snorkel y Waterman popularizó el cartucho plástico de tinta, inventado en 1927 pero con poco éxito pues estaba fabricado en vidrio y su fragilidad le restó popularidad y uso.
Los años 50, 60 y siguientes la estilográfica sufrió la competencia del bolígrafo, llamado inicialmente pluma esferográfica. Ladislao Biró patenta el sistema en París en 1938 y lo mejora en Argentina en 1943, posteriormente vende la patente a Parker y en 1951 a Marcel Bich, que fabrica el famoso y económico BIC.
Por otra parte, se asiste a un renacer de la industria italiana, que ha visto el surgimiento de nuevas marcas, como Delta (fundada en 1982) y Visconti (1988), y el incremento de actividad de las más tradicionales, Omas, Aurora y Montegrappa; gracias a su diseño
Dos Montegrappa y una Omas |
Ahora resurge nuevamente el uso de la estilográfica, considerada un medio diferenciador de la forma de escribir y comunicarse, pero lejos de los años en que se escribían cartas a los padres, amigos, novias……….. y soporta con dignidad la sustitución de los medios de escritura tradicionales por la tecnología informática.
Para reforzar con imágenes el artículo, he elegido el enlace adjunto, correspondiente a una feria en N.Y., porque casualmente me encontraba allí de vacaciones y tuve el placer de visitar la feria y siempre la recordaré por lo tacaño que fui al no comprar una Parker Vacumatic preciosa que me enamoró y eso que Paco Muir, uno de los organizadores de las ferias españolas, se ofreció a ayudarme en el regateo. Luego compré en España otra más barata, pero no era igual
Muy curioso y bien trabajado
ResponderEliminarGracias por el comentario, es curioso lo poco que sabemos sobre la escritura y eso que sin ella no habría historia escrita y el conocimiento no podría haberse transmitido con intensidad y abundancia, pues la transmisión oral es muy limitada y aquellos pueblos que desaparecieron habrían quedado en el olvido sin su escritura.
ResponderEliminarTrabajado un poco, pero no en exceso pues es una afición que lleva conmigo muchos años y las fotos a veces corresponden a estilográficas propias.
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ResponderEliminarMuy bueno.Claro,interesante y de lectura rápida.Saludos.
ResponderEliminarGracias Thinair, los comentarios me ayudan a mejorar los artículos sobre todo en lo concerniente a tamaño e interés
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