Es una peculiaridad sorprendente la afición de los dirigentes e historiadores independentistas por utilizar como fetiches las derrotas que sufren en sus supuestos intentos separatistas. Llevamos años viendo como celebran la derrota en la Guerra de Sucesión, no de secesión, con la entrada de las tropas del rey Felipe V en Barcelona el 11 de septiembre de 1714. Ensalzan al defensor, Conceller en Cap, Rafael Casanova que no solo no muere heroicamente sino que es herido y huye disfrazado; muriendo en su casa bastantes años, 29, después y tras recibir el perdón real (aceptación de la legalidad). Ahora justo cuando se conmemoran los 77 años de la entrada de las tropas franquistas en Cataluña, el nuevo President revive la experiencia de derrota, con una frase atribuida al periodista, escritor e historiador Carles Rahola: “los invasores serán expulsados de Catalunya”.
El recién elegido President 130 de la Generalitat, Carles Puigdemont, utilizó la referida frase para la clausura de una reunión de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en 2013. Este domingo, en su discurso de investidura, la justificó por cumplirse en la referida clausura 69 años del fusilamiento en Gerona del referido Carles Rahola en marzo de 1939. Primer error inexplicable, que no sepa restar: 2013- 1939 = 74 años, no el erótico 69 (¿le falló el subconsciente?).
Lamentable fusilamiento, el único de un escritor catalán. No se justifica, aunque el Tribunal pudo ser influenciado porque un mes antes los republicanos habían fusilado, en su retirada y con la guerra perdida, a 150 prisioneros franquistas, sacerdotes, al coronel Rey D´Harcourt, al obispo de Teruel y muchos paisanos, que simplemente tenían edad de estar en el ejército y no en sus domicilios, además del fallido del falangista Rafael Sánchez Mazas, relatado en la película y libro Soldados de Salamina.
La frase, que formaba parte de una serie de artículos, trataba de animar a los catalanes a resistir el arrollador avance de las fuerzas franquistas que tras la batalla del Ebro, terminada el 15 de noviembre con las tropas republicanas en la orilla izda. del rio, habían iniciado a finales del diciembre del 38 la batalla de Cataluña. Pero ahora que significa, a quien quiere expulsar, quienes son los invasores. Cuando alguien dice una frase sin explicitar el autor, es que la hace suya y la saca de su contexto original. La verdad es que el discurso, en la parte que oí en directo, me pareció excluyente para el 52 % que no votó independentista el 27 S, además de una serie de entelequias que no documentó. Me sorprendió que repitiese varias veces la palabra confrontación. También se celebró como un éxito la derrota de los partidos independentistas en las elecciones del 20 D, que aumentó el pánico a repetir las autonómicas y así llegamos al esperpento que refleja este comentario gráfico.
Las fuerzas con que contaba el ejército republicano para defender Cataluña tenían una envergadura similar al Ejército del Centro, unos 250.000 hombres, pero peor armados y con una moral muy baja después de las pérdidas sufridas en el Ebro y antes en el corte tras la ofensiva de Aragón. Eran restos del otrora poderoso Cuerpo de Ejercito de Maniobra con los Ejércitos V y XV, mandados por Lister, Modesto, El Campesino...., habían sido completados con las recientes quintas que no estaban ni bien encuadradas ni instruidas por la falta de tiempo así como por la escasez de material.
Curiosamente, Rusia había atendido el mayor pedido de material que enviado a mediados de noviembre del 38 estaba llegando a Francia; pero el Gobierno de Daladier no permitía pasar. A pesar de ello, consiguieron pasar de forma ilegal varios aviones, 2000 ametralladoras, cañones y 35.000 fusiles. Períodos intermitentes de apertura de frontera aumentaron las entregas pero a pesar de ello la inferioridad de material era manifiesta frente a los 300.000 soldados desplegados en cinco ejércitos, incluida una agrupación italiana, mandados por Yagüe, García Valiño, Alonso Vega, Dávila y Gastone Gambara.
En tanques la diferencia era pequeña pero en cañones y aviones la desproporción era de tres a uno. Ahora bien la diferencia en formación y moral de combate, era aún mayor. Un ejército victorioso avanzaba por un territorio mal defendido y que como tenía la frontera a su espalda, pues huía en cuanto temía ser rodeado y embolsado. Mucho de los recién incorporados se marchaban a la primera ocasión pues sabían que por su edad lo peor que les esperaba era hacer la mili, nada comparado con la posibilidad de morir en el frente. Comparativamente Madrid resistió casi tres años, entre los cuales estaban los ataques de noviembre del 36 y las batallas del Jarama y Guadalajara del primer tercio del 37. Cataluña cayó en mes y medio
El 15 de enero del 39 cae Tarragona, apenas defendida ante las tropas de Yagüe, el 26 le toca el turno a Barcelona que tampoco decide hacer valer el lema madrileño del No Pasaran. El 1 de febrero se celebra en Figueras la última reunión de las Cortes en territorio español y tras la caída de Gerona el 5 de febrero, que no pudieron evitar los 4000 brigadistas que aún luchaban en las filas republicanas; los ministros, Companys, Aguirre, Azaña y Negrín pasan la frontera. Negrín vuelve a la zona republicana pero no lo hace el Presidente de la República, Azaña, que además hace tiempo no se habla con el jefe de Gobierno, Negrín.
El 15 de febrero las tropas nacionales ocupan toda la frontera y capturan a unos 50.000 soldados. El éxodo ha terminado, han cruzado la frontera francesa unos 220.000 soldados, 160.000 catalanes y 120.000 civiles de otras regiones españolas. Les espera una dura acogida en una Francia que no lo había previsto. Antes de un año el 60% han vuelto a España, unos 100.000 emigran a países hispano americanos y en Francia permanecen otros tantos. Parte de estos tendrán ocasión de volver a combatir, contra los alemanes e italianos, enrolados en la 13ª demibrigad (semi-brigada) de la legión extranjera. Participaron en abril de 1940 en Narvik, Noruega, en junio del 42 en Bir Hakeim, Libia, en la liberación del sur francés con la Resistencia y en la de parís con la División Leclerc. Otros pasaron por los campos de concentración alemanes como Jorge Semprún, que sería ministro de cultura con Felipe González o fueron entregados a las autoridades franquistas como el propio Companys.
Españoles de la División Leclerc entran en París |
La batalla de Cataluña fue poco disputada a pesar de disponer de buenas defensas naturales como el Ebro, el Segre, zonas montañosas..., pero vuelve a utilizarse de mala manera la llamada Memoria Histórica, por el recién investido Carles Puigdemont. Una frase poco idónea, salvo para confrontar. En esas fechas había un tremendo hartazgo de guerra y de pasar necesidades. Durante ese tiempo, 20 de julio del 36 al 15 de febrero del 39, fueron asesinadas unas 8500 personas por parte republicana y la Generalitat. La represión posterior se llevó por delante a otros 3500, el 95% antes de 1943.
Qué triste es todo ésto... perro así es la historia, es una repetición de errores contínua...
ResponderEliminarLo malo es cuando el rencor y el odio se reflejan en las palabras y de ahí a los hechos solo media un paso.
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