martes, 5 de abril de 2016

150 AÑOS DESPUES, VERSION CUTRE DEL PACTO DE OSTENDE.

Hace 150 años, en estas fechas, se negociaba en Ostende un pacto que se firmaría en agosto y que al final llevaría a la caída del gobierno de centro derecha (liberal moderado) y a la salida de Isabel II; antesala de la Iª República. Ahora, igual que entonces, se reúnen para intentar formar gobierno, unas fuerzas políticas a las que solo les une un objetivo, la caída de Rajoy y del PP. No quiero significar que los pueblos que desconocen su historia, están condenados a repetirla, pues no es cierto por muy manida que esté la referida frase; los tiempos y las circunstancias varían notablemente, pero no por ello debemos dejar pasar las casualidades que nos llevan a asomarnos a situaciones que nos recuerdan otras ya vividas y que forman parte de nuestra historia. En enero de 1866, hace ahora 150 años, el general Prim, jefe del partido liberal progresista, había fracasado en su intento de llegar al poder y sustituir al partido liberal moderado. Este intento acaba en fracaso, como la investidura de Pedro Sánchez, pero abre la puerta a las negociaciones entre los partidos políticos opuestos y que englobaban a progresistas y posteriormente a los centristas de Unión Liberal y a los  Republicanos (con dos almas, una de ellas mas antimonárquica). Podríamos, salvando las enormes diferencias, asignar los papeles a los actuales partidos: Partido progresista sería una izda. moderada (PSOE); la Unión Liberal (UL) sería C´s; el partido Republicano de Pi i Margall sería una aproximación a Podemos e IU. En el poder estaba el partido de Narváez y  González Bravo (liberal moderado) que sería actualmente el ala más derecha del PP. Ya tenemos los actores, comencemos la función:

El quinquenio 1861 a 1866, había visto estallar la mayor crisis financiera de la historia de Europa, 1864, que hizo quebrar al 60% de la incipiente banca nacional; la Bolsa está en mínimos;   la deuda pública alcanzaba cifras estratosféricas y su coste era una pesada carga (¿nos suena?); el desarrollo de los ferrocarriles (básicamente capital francés y algo privado español) se habían trazado sin criterios económicos sino políticos (como nuestro actual AVE financiado con deuda externa y empezando por Madrid -Sevilla) y sus ingresos no cubrían ni los costes de explotación; la desamortización de Madoz dejó a los municipios sin rentas y aumentó el paro que si bien al principio fue acogido por los FFCC, en los años 65/66 se pinchó como la burbuja inmobiliaria que había crecido con el dinero extranjero y ahora llevaba la ruina a muchas familias; la industria textil catalana sufre el encarecimiento del algodón por la guerra de secesión de EEUU y el mercado se encarece...., la corrupción era insoportable y se dio el caso de que para disminuir la Deuda Pública la reina intentó vender bienes del patrimonio del Estado y quedarse con el 25%. UN DESASTRE que en la llamada noche de San Daniel, 10 de abril de 1865, llevó a una algarada estudiantil que fue creciendo hasta convertirse en una revuelta que se reprimió con dureza y  ayudó a aumentar el desprestigio del gobierno. Un grupo de prestigiosos catedráticos, ahora son simples profesores, desde la universidad y a través de la prensa comienzan a difundir la tripleta revolucionaria y religiosidad anticlerical (nuestra Rita Maestre y sus compis que reventaban charlas de Rosa Conde). Crece la protesta y la indignación popular y así con estas bases, en muchos sentidos similares a las actuales, llegamos al inicio de los acontecimientos objeto de este artículo.

 Fracasado el intento en enero de 1866, Prim se exilia y comienza las negociaciones con los partidos de la oposición , a los que inicialmente no se une la UL, tampoco los republicanos de Pi i Margall que llevan negociaciones en paralelo en París. Serian las primeras conversaciones PSOE y C's a las que ahora se une PODEMOS. El 16 de agosto,  tras el sonoro fracaso de la sublevación del Cuartel de San Gil (22 de junio del mismo año), encabezado por el general Prim, se firma el Pacto de Ostende (Bélgica), que es un compromiso político firmado  entre las filas progresistas y demócratas españolas, con la participación de 45 representantes de ambos partidos,  se llegó a una fórmula de entendimiento, más por puro oportunismo que por identidad de planteamientos, entre ambas formaciones para montar una conspiración en toda regla contra el régimen monárquico encarnado por la reina Isabel II. Ahora lo único que une a PODEMOS y C´s e incluso al PSOE, es echar a Rajoy.
 
 
El Pacto de Ostende acordó, según constaba en el acta del acuerdo "destruir todo lo existente en las altas esferas del Poder" (ahora se trata de derogar todo lo realizado por el PP en la legislatura que ha terminado: Ley de educación, Reforma laboral, Ley de seguridad ciudadana...); estaba presidido por Prim (nuestro Pedro Sánchez). Frente al centro revolucionario de Bruselas/Ostende, surgió otro en París, controlado por los demócratas republicanos de Pi i Margall y Castelar (nuestros Iglesias y Errejón), que puso en peligro y en evidencia lo pactado en Ostende y sacó a relucir las profundas diferencias, sobre todo doctrinarias y de forma de gobernar, que atenazaban a las dos facciones del partido demócrata español. Gracias a que ambas formaciones tenían como objetivo común y prioritario el compromiso contra el régimen constituido y derrocar a la reina Isabel II, a la larga ambos centros de oposición no tuvieron más remedio que unirse. Parece que estamos hablando de la reunión tripartita que comienza este jueves entre C´s, Psoe y Podemos.

 
Encabezo el artículo diciendo que la reunión y negociaciones actuales son la versión cutre del de hace 150 años porque la experiencia de gobierno de Juan Prim es incomparable a la de Pedro Sánchez y no digamos de la diferencia intelectual de Pi i Margall (un federalista de prestigio internacional) con Iglesia o al orador Castelar con Errejón. Espero que no se remuevan en sus tumbas por tamaña comparación. Sea todo en función del esperpento de la situación actual y que ya reflejé en otro artículo, con mas de 2000 visitas, cuyo enlace adjunto.

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Dos años después de Ostende, una vez desaparecidos los dos valedores de Isabel II, Narváez y O´ Donnell, se produce el "amable" levantamiento en Cádiz que lleva a Isabel II al exilio y al poder a Juan Prim, jefe de gobierno, y a Serrano, regente. El 28 de septiembre de 1868, comienza el llamado sexenio democrático.  Curiosamente han cambiado al jefe de gobierno (González Bravo) pero sigue manteniéndose la monarquía (esta vez parlamentaria y pocos poderes). Sorprendentemente se dedican durante año y medio a buscar un rey en el extranjero, que ofende a los carlistas que terminan desencadenando la 3ª Guerra Civil del siglo (1872/76). Toma ya. Nos rechazan los portugueses, los prusianos (aunque Bismarck embarca a los alemanes en una guerra con Francia que pierden estos y les lleva a su IIIª república) y al fin nos acepta el italiano Amadeo de Saboya. Elegido democráticamente rey  por el parlamento, única vez en nuestra historia. Su mentor, Prim, es asesinado cuando Amadeo pisa suelo español y éste solo nos aguanta dos años y ya solo queda la opción optar por la Iª República; que fracasa estrepitosamente después de pasar por las guerras cantonales. El federalismo propugnado por Pi i Margall no se consolida. Por cierto, el mismo día que se proclama la Iª república, en Cataluña se declaran república independiente; igual que el 14 de abril del 31. La historia se repite, ¿o no?



Primer gobierno del sexenio democrático.

 Tal como hemos indicado, los acuerdos políticos concretados en el Pacto de Ostende en 1866 culminaron dos años después con la salida de Isabel IICuriosamente, 64 años después, los partidos de la oposición se reúnen en San Sebastian  en agosto de 1930 y alcanzan un acuerdo para derrocar al gobierno Berenguer y al rey Alfonso XIII, nieto de Isabel II.; naturalmente en ese pacto están excluidos los monárquicos y partidos de derecha (lo de los pactos del Tinell ya estaba inventado); solo socialistas, republicanos y nacionalistas. En diciembre de 1935, Niceto Alcalá Zamora aprovecha los escándalos de corrupción para convocar elecciones, aunque aún el gobierno radica-cedista dispone de dos años de legislatura. Para las elecciones de febrero del 36 se crea la coalición denominada Frente Popular con la sola idea de echar a la CEDA ; ¿nos va sonando?, no les une mucho mas y así desembocamos en descontrol callejero, anticlericalismo...;

Problemas de tener visiones contrapuestas, una vez echado al gobernante


Después de transcurridos 80 años, dictadura y transición, nuevamente nos encontramos, tras los resultados del 20 D, que están negociando el partido socialista, con afán federalista y en parte republicano; un partido de centro como C´s que no se sabe bien a qué juega y Podemos que es claramente federalista, favorable al derecho a decidir y anti monárquico; que llaman al rey: ciudadano Felipe y el poco respeto que le muestran acudiendo a las recepciones, reales, en mangas de camisa. ¿Qué les une? La obsesión por echar a Rajoy y al PP. Si el acuerdo de gobierno lo alcanzan Podemos, PSOE e independentistas, intentaran cambiar la Constitución (si el PP se desintegra) y  en un par de años podríamos estar asistiendo a la caída del nieto de Alfonso XIII (ya nombrado persona non grata en Cervera y con su busto retirado en Barcelona, Cádiz..., su nombre eliminado de un polideportivo en Zaragoza..., con el nombre España fuera del himno regional de Valencia...La España federal y Cataluña y País Vasco por su cuenta..., como paso previo al nacimiento de la IIIª República. Se habría cumplido un ciclo con la caída de Isabel II, su nieto y su tataranieto.

La situación está complicada pues Pedro Sánchez y el PSOE se niegan a la gran coalición, la que gobierna en el 70% de los países de nuestro entorno y muchos ya se inclinan por la repetición de los comicios. Mala salida, que ni siquiera va a cambiar mucho los resultados. Pero ofrece a los españoles la oportunidad de rectificar. Y si no quieren y se revelan pertinaces con tanta información, pues allá ellos. No cabrá reprochar engaño a los políticos. Ni siquiera a Sánchez, que había prometido no pactar con el populismo, porque eso nos llevaría a la Venezuela chavista. Hombre no hay que ponerse cenizo, Pedro. Igual tenemos suerte y nos quedamos en la Grecia de Syriza.


 
 

 
 
 

 

 

 

 





 
 
 

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