martes, 11 de octubre de 2016

HACE 75 AÑOS EN TOKIO, SE DECIDE LA SUERTE DE EUROPA Y DEL MUNDO

Un espía , Richard Sorge, ha hecho llegar a Stalin la confirmación de que Japón no atacará a Rusia sino a EEUU. 

RICHARD SORGE

Esta valiosa información sí es tenida en cuenta, al contrario que pasó con la que el mismo espía le había enviado con la fecha de la Operación Barbarroja (invasión de Rusia por Alemania el 21 de junio). Estamos a mediados de octubre de 1941, con los alemanes a menos de 250 km de Moscú y los ejércitos rusos acaban de sufrir dos derrotas tremendas con grandes embolsamientos de soldados. En los cercos de Kiev y Smolensk, los rusos han perdido, prisioneros, más de medio millón de soldados a manos de los alemanes y estos consideran que el desgaste del ejército soviético está llegando al límite, pues sus bajas, desde que comenzó la Operación Barbarroja el 21 de junio, alcanzan a los dos tercios del total supuesto por el Estado Mayor Alemán; unos dos millones de hombres entre prisioneros, muertos, heridos y desertores. La guerra parece acercarse al final y cuando en menos de un mes se hayan tomado Stalingrado y Moscú, todo habrá acabado y por ello las desgastadas tropas alemanas empujan con su último aliento para volver a casa por navidad. Sus bajas también son numerosas pero la victoria, al alcance de su mano, les anima. No importa que no estén preparados para soportar los rigores del General Invierno que derrotó a Napoleón 129 años antes. Pero qué hizo que no se cumpliesen estos pronósticos; la respuesta en Tokio y en el espía Sorge.


La historia se repetía en las fechas pero con 129 años de diferencia, el 7/9 de septiembre de 1812 se produce la batalla de Borodino; al fin el ejército ruso había dejado de retroceder y plantaba cara a los invasores. Hasta ese momento el viejo mariscal Kutusov, comandante en jefe del ejército ruso, había aplicado la táctica de tierra quemada y dejado que las líneas francesas se alargasen; estrategia similar a la aplicada por el Zar Alejandro en  la campaña militar emprendida por el rey Carlos XII de Suecia contra Rusia en 1708. La batalla no fue decisiva y Kutusov siguió su retirada pero la caballería francesa había sufrido una escabechina.

Caballería en la batalla de Borodinó

En esas mismas fechas, septiembre de 1941, están terminando las ofensivas y contra ofensivas en la zona de Smolensk y los alemanes comprueban que los rusos no desisten ni se desbandan; resisten y contraatacan. Los alemanes tienen más de 50.000 muertos (expertos soldados que serán reemplazados por reclutas formados rápidamente). La gran batalla ha terminado sin desmoronar al ejército ruso. Stalin sigue enviando hombres al frente y aumentan sus fuerzas acorazadas, mientras las alemanas están llegando a su límite y en ese momento se produce un hecho que pudo cambiar la historia de la guerra y por ende la de Europa y el resto del mundo. Mientras tanto, en los primeros días de octubre, los japoneses deciden en Tokio que no van a atacar al ejército ruso, como sería lógico pensar del tercer aliado de la AntiKomintern (pacto, anti ruso, firmado en 1936 por Alemania, Italia y Japón) y el agente doble Sorge se lo hace saber a Stalin. Una semana después, Sorge es detenido por los japoneses que le fusilarían dos años después. LA HISTORIA SE DECIDIÓ EN UNA SEMANA

Tropas alemanas avanzan por la estepa rusa

Para mejor entender la situación y su transcendencia, fijemos nuestra atención en la frontera oriental de Rusia, donde comparte intereses con Japón; desde la invasión japonesa de Manchuria de 1932. Entre los ejércitos de ambos países los incidentes fronterizos eran frecuentes y presagiaban lo peor. Este enfrentamiento larvado se materializó en dos enfrentamientos importantes, uno en julio de 1938 en la zona del Lago Jasán; que terminó en tablas pero con grandes pérdidas rusas; mal dirigidas pues su jefes estaban sometidos a la gran purga de Stalin. Confiados en este resultado, los japoneses pusieron en marcha una gran ofensiva, un año más tarde, en agosto del 39; pero de forma inesperada, el 23 de agosto de 1939 se firmaba el Pacto Ribbentrop-Molotov, que Japón consideró una traición de Alemania en este momento de enfrentamiento con la Unión Soviética, lo que podría permitir a los soviéticos concentrar sus tropas en el frente siberiano contra los japoneses. El luego famoso mariscal Zhukov destrozó a los japones que pidieron el armisticio; el gobierno de Tokio cayó y fue sustituido por un nuevo gabinete que se propuso acabar con los enfrentamientos con los soviéticos a la mayor brevedad dada la incertidumbre del respaldo alemán. La batalla de Jaljin Gol pesó en la posterior decisión japonesa pues sobrevaloró la fuerza acorazada y aérea rusa y confió su expansión en sus fuerzas navales y en un ataque hacia EEUU y Extremo Oriente.

Restos de material japones tras Jaljin Gol

Volvemos pues a mediados de octubre de 1941, hace ahora 75 años, en que Stalin partiendo de la información de Sorge nombra al mariscal Zhúkov, el vencedor de Jaljin Gol, jefe de la defensa de Moscú y ordena el traslado de tropas de la frontera este para detener a los alemanes. La historia acababa de dejarnos un SI CONDICIONAL. Si Japón hubiese atacado por Manchuria, su efecto habría sido demoledor sobre un ejército ruso, pues no solo le habría abierto el siempre temido segundo frente es que podría haber bombardeado las fábricas que los rusos habían trasladado mas allá de los Urales y de donde salían sus carros T-34, aviones y demás material que hacía posible su esfuerzo bélico. 

Dos meses más tarde, ese mariscal y esas tropas frenan y después rechazan a los alemanes, a las puertas de Moscú. El final de la guerra se retrasaría tres años y medio hasta el 8/10 de mayo de 1945. Justo cinco años después del inicio de la batalla en Francia, que llevó a esta a la derrota en mes y medio

Soldados españoles de la División Azul.

Se cumplen también 75 años de la entrada en combate de la 250 división, nuestra División Azul. Tras el comienzo de la operación Barbarroja, se puso en acción un alistamiento para participar en la guerra contra Rusia y en toda España aparecieron voluntarios. Llegaron a participar unos 46.000, por los diversos relevos, de los cuales murieron unos 5.000 en el frente, 8.700 heridos, 2.137 quedaron mutilados, de los 400 prisioneros volvieron solo la mitad en 1954. La división partió desde varios puntos el 13 de julio y la conformaban unos 18.000 hombre. Recibieron instrucción militar en Alemania y salieron para el frente de Smolensk, camino de Moscú, pero una ofensiva rusa en la zona de Stalingrado hizo que fuesen redireccionados y llegaron a los alrededores de Novgorod, en el frente Norte. desplegaron en 10 de octubre y coincidiendo con la Virgen del Pilar recibieron su bautismo de fuego.
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3 comentarios:

  1. que pena que después de tantos años y tanto sufrimiento, no hemos APRENDIDO nada

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  2. Muy interesante. Un país que no aprende de sus errores está condenado a volver a cometerlos

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