LA FALSA LIBERTAD DE LOS PICAPIEDRA

Comenzaré este artículo, sobre la falsa libertad que nos ofrecen Pedro Sanchez y Pablo Iglesias, parafraseando a Milton Friedman en el prólogo del libro "Libre para Elegir"; escrito junto a Rose Friedman en 1977:  “La experiencia debería enseñarnos a estar en guardia para proteger la libertad cuando los propósitos del gobierno son benéficos. Los hombres nacidos en libertad están naturalmente alerta para repeler la invasión de su libertad por malvados gobernantes. Los mayores peligros a la libertad acechan en la perniciosa usurpación llevada a cabo por hombres de intenciones buenas y entusiastas, pero sin entendimiento”. Justice Louis Brandeis, Olmstead v. United Status 277 U.S. 479 (1928). 

Esta frase, que hacen suya, los autores y padres del neo liberalismo de la escuela de Chicago, viene a poner el contrapunto de la agotada socialdemocracia keynesiana; Teoría general del empleo, el interés y el dinero, basada en el gasto y la demanda; complementada con la teoría de los tipos de interés a corto plazo y la necesidad de que el Estado intervenga para mantener equilibrada la economía. Teoría de enorme éxito en los años 30 y soporte de la posterior Sociedad del Bienestar que nace con el final de la IIª G.M.

Esta teoría, basada en la redistribución y las interferencias protectoras del Estado, nos trajo el Estado de Bienestar, frente a la situación de malestar previo, pero actualmente está en fase de agotamiento, al haber alcanzado sus objetivos; como la socialdemocracia europea. Frente a esta situación de agotamiento, aparecen los viejunos Pablo y Pedro, con sus propuestas al límite; basadas en aumentar los impuestos a los "ricos", renta básica para los que no trabajen, clientelismo por dependencia económica de Papá Estado y control de la economía; en línea con el fracasado Gosplan de la URSS de los 50, mejorado por Libermann, judío ruso, encargado de desarrollar el leninismo económico que Gorbachov quiso contraponer a los occidentales de Reagan y Thatcher (escuela de Chicago). Esta "Democracia Dirigida" fracasó en su confrontación económica con la Europa liberal, pero es a donde quieren llevarnos nuestros "no progres sino viejunos  y prehistóricos Picapiedra"

Friedman añadió una teoría de los precios y de la inflación basada en la idea de que existe una tasa natural de desempleo y en los límites de la política oficial para estabilizar la economía en torno a su tendencia de crecimiento a largo plazo, límites más allá de los cuales la intervención provocaría inflación. Las partes de un intercambio pueden lograr un beneficio, siempre que la colaboración sea estrictamente voluntaria. Ningún intercambio se producirá a menos que ambas partes logren ese beneficio. Ninguna fuerza externa, ni coerción, ni violación de la libertad son necesarias para lograr la colaboración de individuos que pueden beneficiarse. Liberalismo frente a dirigismo.

Los ultra neoliberales alcanzan su cenit con Reagan y Margaret Thatcher  que llega a expresar esta idea con una frase definitiva: "Pocos llegarán a ricos pero yo puedo ser uno de ellos". En esa ola se encuentra actualmente el mundo económicamente avanzado y quien se pare se quedará fuera.

                                          
                                                      
Esto es así porque, como Adam Smith afirmó, el individuo que “persigue únicamente su propia ganancia” es “dirigido por una mano invisible para producir un resultado que no formaba parte de su intención”. Tampoco es siempre malo que no sea parte de su intención. Persiguiendo su propio interés, consigue frecuentemente que beneficie a la sociedad más que cuando realmente persigue ese objetivo. Nunca he sabido de muchas cosas buenas que hayan sido logradas por aquellos que se dedicaban al comercio por el bien público”. Es el enfrentar a Pablo Iglesias y/o Pedro Sanchez con Amancio Ortega. ¿alguien duda quien crea más puestos de trabajo y quien hace crecer a la economía?

El único propósito con el que el poder puede ser ejercido conforme a derecho sobre cualquier miembro de una comunidad civilizada, contra su voluntad, es el de impedir el daño a otros. Su propio bien, tanto físico como moral, no es una justificación suficiente. La combinación de los poderes político y económico en las mismas manos es una receta segura para la tiranía.

La experiencia de los últimos años –crecimiento reducido y productividad decreciente– hacen surgir la duda de si el ingenio privado puede seguir contrarrestando los mortales efectos del control del gobierno cuando seguimos concediendo a éste poderes cada vez más amplios, autorizando a una “nueva clase” de funcionarios que gastan, supuestamente en nuestro nombre, una parte cada vez mayor de nuestros ingresos. Tarde o temprano un gobierno, más grande que nunca, destruirá tanto la prosperidad de la que disfrutamos gracias al libre mercado y como la libertad humana proclamada tan elocuentemente en la Declaración de Derechos Humanos.

Para concluir, un botón de muestra: acabamos de sufrir un brote de frivolidad irresponsable en el PSOE de Pedro Sánchez, a costa del CETA, acuerdo comercial de la UE con Canadá. Es la demostración evidente de la idoicia mental ( la persona tiene un desarrollo físico normal y una edad mental que no sobrepasa los tres años.) del renacido Secretario General del podemizado partido socialista, podemizado pues ahora el mandato proviene exclusivamente de las bases y no de sus votantes; una mezcla entre Lenín y el Rey Sol. Botón de muestra que sirve de vara de medir de lo que nos espera dentro del gran plan urdido por el Nuevo Líder para reconquistar, primero la izquierda en España, y luego, el Palacio de la Moncloa. Decía Churchill que la obligación de un político es ganar las elecciones para alcanzar el poder y gobernar, aquí aderezado con unas gotas de egoísmo supremo y anteposición del objetivo, al bien de los gobernados. 

La extrema izquierda y los nacionalistas europeos, de toda condición, han estado haciendo campaña en contra del CETA, llegando a que un país como Holanda votase en contra. Demasiado liberalizador, demasiado proempresarial, protestaban. Ya en febrero lo aprobó ampliamente el Parlamento Europeo, incluida una clara mayoría de los socialistas y de ahí la sorpresa de estos, "Pero si hasta esta mañana hemos estado a favor...".,  cuando sin que acabasen de enfriarse los focos del XXIX Congreso, entró en escena Cristina Narbona, esa portavoz y símbolo del giro a la izquierda pura y dura en el que Sánchez ve la salvación del PSOE: "Nos opondremos al tratado CETA". A socialistas solventes como Jordi Sevilla o Javier Solana se les caían los palos del sombrajo.

Las ideas, tipo Groucho Marx, de Sanchez quedan al descubierto cuando después del circo: el flamante líder, se reúne con el comisario europeo Pierre Moscovici y anuncia que no, que lo que harán es abstenerse (y eso que Moscovici insiste en que «no es una opción»); y luego salta de nuevo Narbona y corrige a su jefe: se decidirá cuando opinen los sindicatos. Narbona que se cargó el Plan Hidrológico Nacional a cambio de unas ruinosas y ¿corruptas? desaladoras que han sido incapaces de ver como se muere de sed el levante español; eso sí dejando los excedente del Ebro se vayan al mar esperando futuras decisiones sobre ellos por parte del gobierno separatista catalán.

 Aquí viene al pelo la frase con que Víctor de la Serna termina su artículo, de hoy 24, en El Mundo: Pero a Sánchez, ese superficial, incapaz de la visión de un hombre de Estado, le da igual torpedear -inútilmente, además- un tratado esencial en el relanzamiento de la UE. Le importan los gestos, los puños con o sin rosas, y, si es posible, ir más allá que Pablo Iglesias. "Somos la izquierda".