El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha fijado hoy, 30 de agosto, la fecha de 2030 como el horizonte máximo en el que los catalanes podrán votar en un referéndum de autodeterminación. Esa fecha, que coincide con la hipotética celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Barcelona, sería, según el republicano, la ocasión para que Cataluña usara por vez primera su bandera en un acontecimiento mundial. Otra boutade más, esta vez protagonizada por el actual President; en línea con una frase que ha pasado desapercibida de Junqueras, "cifrando en 20 años los necesarios para alcanzar una demografía tal que facilite la visibilidad del independentismo, internacionalmente". Todo endulzado con el interés del débil y egoísta Pedro Sánchez que busca al menos dos años de tranquilidad para su propio beneficio. A Oriol y a su acólito, Aragonés, tampoco le vienen mal y mientras en las Mesas de Diálogo, seguirán cobrando su apoyo con más fondos europeos, eliminar peajes en sus autovías, control marítimo con los Mossos, ampliación del aeropuerto del Prat,...Aragonès estará presente en la primera reunión de la mesa de diálogo, prevista para mediados de septiembre, después de la Diada y quiere que Sánchez también acuda como gesto de implicación en la negociación.
Sirve esta entrada para actualizar este artículo que escribí aprovechando el pasado 1º de octubre, con Quim Torra inhabilitado y el último acto en el Parlament con un vengativo ex-presidente que ponía en entredicho la situación catalana con sus tres últimos presidentes inhabilitados; uno de ellos huido cobardemente. Previamente el independentismo, en Perpiñan, tan solo tres días después de la cacareada mesa de Diálogo para el reencuentro, vimos a Torra aprovechando la pandemia, hay que ser miserable, como ponía en marcha el ventilador de la difamación sobre la ineptitud, en parte con razón, del gobierno central en su actuación frente al COVID 19. Protestó por la llegada de la UME y hasta escribió cartas a líderes europeos, además de ser entrevistado en la BBC, con más mentiras y victimismo. Con España, entonces, en el 3er puesto de muertes, propagaba una mala imagen del gobierno, con una Cataluña que no salía mejor parada cuando se le dió libertad de acción. Podemos, pués, asegurar que la famosa conllevanza de Ortega y Gasset ha concluido; no nos soportamos. La solución de la relación con Cataluña, no pasa solo por ceder pues el nacionalismo siempre aprovecha los momentos de debilidad del Estado para afianzarse en su camino hacia Ítaca y no duda en utilizar los medios más innobles. Voluntariamente, nunca cede ni da un paso atrás como no se cansan de repetir los actuales actores: Puigdemont, Torra, Junqueras, Aragonés,..., que incluso se alegraban, en boca de la ex-consejera Ponsatí, de los fallecidos en Madrid. Es asombrosa la persistencia de que hace gala el independentismo catalán. Llevan cien años con la misma matraca, tropiezan y caen, pero se vuelven a levantar, como modernos Sísifos.
Sísifo, dentro de la mitología griega, hizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y a empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerlo y empujarlo nuevamente hasta la cumbre y así indefinidamente. Sísifo fue promotor de la navegación y el comercio; avaro y mentiroso que recurría a métodos astutos para robar a los viajantes y así aumentar sus riqueza; pero por desvelar cierto secreto, fue castigado por Zeus a subir la roca indefinidamente y de ahí la comparación con el actual independentismo que intenta infructuosamente subir la roca, en su caso la República catalana, por la ladera de la realidad histórica de la España actual. Vano intento.
Es evidente que la burguesía nacionalista ha intentado engañar astutamente a los diversos gobiernos centrales y se ha vanagloriado de ello, despreciando a los demás españoles, a los que tenía por compradores esclavizados. Comenzaron con las Bases de Manresa y los agravios presentados a un moribundo Alfonso XII; siguieron con la Mancomunidad de Cataluña que fue una institución promovida por el dirigente de la catalanista Liga Regionalista, Enric Prat de la Riba, creada por un Real Decreto del gobierno español de marzo de 1914 . Fue disuelta en 1925 por la Dictadura de Primo de Rivera ante el temor de que pudiera convertirse en el embrión de «un pequeño Estado», «capaz de dañar a España». Primo había sido apoyado, en los primeros años 20, por la burguesía catalana para frenar el pistolerismo y anarquía del bienio bolchevique.
Simultáneamente, en 1919, Francesc Cambó como presidente de la Lliga, muerto Prat de la Riba, preparó un Estatuto que ni se admitió a trámite en las Cortes. Mientras tanto los independentistas intentaron conseguir el apoyo de la Francia republicana y laica; alistándose como voluntarios para luchar contra la monarquía germánica a la que veían similar a la odiosa Corona española. Ya en la primavera de 1915 entraron en combate, formando parte de la Legión Extranjera y encuadrados en un Regimiento de Marcha. Aunque se ha intentado elevar su número a 10.000 (la manía independentista de exagerar sus números) los voluntarios no superaron los 1.000. Terminada la guerra, en la que murieron sus dos principales líderes, fueron a ver al Presidente francés que les despachó amablemente.
Voluntarios catalanes en la Iª G.M. |
Después del golpe de Estado de Primo de Rivera, en septiembre de 1923, Francesc Macià, fundador de Estat Català se exilió a Francia, instalándose cerca de París. Tras el fallo del intento de asesinar a Alfonso XIII a finales de mayo de 1925, por el grupo Bandera Negra, asociado a Estat Catalá, Maciá planificó una acción armada para invadir Catalunya, pues creía que era la única forma de lograr la independencia. Lo intentó el 2 de noviembre de 1926 a través de Prats de Molló con la ayuda de otros exiliados y mercenarios italianos. Terminó en un rotundo fracaso y su marcha como refugiado a Bélgica, como Puchi, desde donde siguió confabulando. Tras su paso por Sudamérica, volvió a España en febrero de 1931, dos meses antes de la elecciones municipales. Otros intentos fallidos de llevar la República catalana a la cima.
Llegamos así al 14 abril de 1931, cuando en media España se celebraba y proclamaba la República, Maciá proclamaba la República Catalana dentro de la Federación Ibérica, ¿¿??.Esta proclamación pilla por sorpresa al Gobierno Provisional que envía tres ministros que convencen a Maciá para que de marcha atrás a cambio de recuperar la Generalitat y la aceptación de un Estatuto.(Como Zapatero con Maragall). Dicho y hecho, tras dos meses de deliberaciones surge el Estatuto de Nuria (por el Monasterio donde se redactó), que es enviado a las Cortes, donde produce un gran estupor pues nuevamente es una asimilación a las Bases de Manresa, engordadas de competencias: único idioma oficial el catalán no solo interiormente sino también para relacionarse con el Estado Central; posibilidad de independizarse a su sola voluntad....Naturalmente es cepillado por Prieto y Largo Caballero, como en 2006 por Alfonso Guerra. Tras más de un años de discusiones, se acelera su aprobación por el ambiente creado por el golpe fallido de Sanjurjo. Cuando en septiembre de 1932 es aprobado, hay manifestaciones en Cataluña contra esa minoración, ¿nos suena? y no estaban Rajoy y el PP recogiendo firmas para llevarlo al Constitucional. Maciá y su sustituto Companys suben penosamente la roca/República hacia la cúspide pero el castigo es no alcanzar su objetivo.
Companys que tras ser Ministro de Marina unos meses, ha sustituido en la Generalitat al fallecido Maciás, piensa aprovechar la huelga general que Largo Caballero está montando con la escusa de que entraron tres ministros de la CEDA en el gobierno de Lerroux, y procede a la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) el 6/7 de octubre del 34 que tras medio centenar de muertos es anulada por el general Batet y otra vez la piedra a rodar para el valle. Durante la guerra civil, nuevo intento subiendo la roca que consistía en conseguir de Francia el apoyo para ser un protectorado independiente del resto de España; intento similar al sondeado por el Lendakari en Inglaterra. Demasiado peso para Companys y roca para abajo. Terminada la guerra, Franco compensó económicamente a la burguesía catalana esperando acabar con las veleidades secesionistas pero Sísifo seguía trabajando en la sombra.
Muerto el Dictador, volvieron los intentos autonomistas y que se considerase a Cataluña como nación pero solo consiguieron parte. Nuevamente Sísifo siguió con su trabajo, esta vez en la figura de Jordi Pujol que avanzó muchos escalones y acercó la roca a la cima pero su sustituto Artur Mas se precipitó y le pasó la piedra en un escorzo a Puigdemont que viendo en cielo cercano, se trastabilló y dudó en octubre de 2017. Junqueras que pretendía sustituirle, le zancadilleó y otra vez la roca para abajo. Así hasta Perpiñan donde Puigdemont anima a la lucha y se fotografía con sus compañeros de fatigas; uno de los cuales, Torra, ha dado positivo en el coronavirus y está en fase de subir la roca a base de desprestigiar al gobierno central, en la vana esperanza de que desde fuera le echen una mano, pero lo único que ha conseguido es su inhabilitación. De victoria en victoria hasta la derrota final. No hay secesión posible sin repartir el Ebro, la N-II, pensiones, deuda del FLA, conexiones eléctricas, ferroviarias y gas con Francia,..
Ignorando que es un castigo ad aeternum
Me gusta la metáfora del mito de Sísifo. Pero mas me gustaría saber la opinión sobre ella de algún independentista "con estudios".
ResponderEliminarEl artículo se lo envío a varios pero raramente suelen contestar.
EliminarDeben quedar atónitos ante tal carga de necedad.
EliminarVeremos si esta actualización merece algún comentario, documentado, sobre aquello que no le guste
ResponderEliminarA la tercera falta de ortografía en un texto tan pretencioso ya he dejado de leer.
ResponderEliminarNo entiendo lo de pretencioso, opinión subjetiva, pero no voy a insistirle pues veo que no aprenderé de su conocimiento.
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