La desvergüenza del personaje y sus adláteres, no tiene límite. Empezó con su doctorado fake y ahora nos sorprende diciendo que este año pagaremos por la electricidad, tanto como en 2018; por aquello de que fue cuando llegaron al gobierno y el precio estaba muy alto, el más alto en la última década. No se si para ello utilizará un informe entregado en abril al aún gobierno del PP y que justificaba cómo llegar a un ahorro entre el 25 y el 30%. Se dice que tras el próximo congreso socialista, con grandes novedades, Sánchez se dedicará a intentar recuperar votos y dejará el día a día de la gobernación, en manos de sus ministros. Esto nos hace afirma en los movimientos del más diestro torero del mundo político, que ahora coloca a sus ex-peones como tertulianos para enfangar el terreno político con dos expertos como Ábalos y Carmen Calvo. Todo el mundo se extrañaba de la caída de sus dos mozos de espadas más importantes y esperaban su recolocación, compatible con ser diputados. Todos recordamos frases y comentarios de ambos sobre no pactar con Bildu, ni Podemos, ni independentistas y ello sin que se les cayese la cara de vergüenza; demostración fehaciente de que carecen de ella, de vergüenza, porque cara tienen casi tanta como su jefe. Este movimiento, muy inteligente y rápido, viene también a neutralizar al peligroso tertuliano Pablo Iglesias que podría revitalizar, desde las ondas, la decaída UP; decaimiento que beneficiaba a Sánchez que veía ahí una vía de recuperación de votos que por el centro tiene muy complicado. Una jugada doblemente maestra que siempre pilla descolocados a los Casado, Egea y compañía. Sánchez, es el maestro del engaño, tanto con la capa como con la muleta, donde maneja el engaño por naturales, como nadie.
Curiosamente, parte del gobierno habla de retirar tasas y peajes viejunos, que pasarían a ser abonadas en los Presupuestos Generales y por tanto dificultarían cuadrar las cuentas. También pueden abordar es desfase con parte del dinero de los Fondos Europeos. En cualquier caso, pan para hoy y hambre para mañana pues no se afrontan soluciones que abaraten el coste de producción; solo sobrecostes ajenos. Naturalmente Sánchez puede cumplir su ¿promesa? de controlar la factura, engañando al personal, técnica en la que es insuperable. Este año, los primeros meses después de la nevada, el MW estuvo barato y podría compensar los récords actuales y hacer que la media del año roce los 80€ por MW/h y eso es lo que compararía con 2018. Jugadas sanchistas.
Aproximadamente hay instalada una capacidad de generar energía de 110.000 MW/hora, cuando en la punta máxima el consumo no supera los 35.000 MW/h. A simple vista parece fácil pues se podría prescindir del ciclo combinado que puede aportar 28.000 MW, con la eólica y fotovoltaica 43.000 MW, la nuclear 8.000 MW y la hidráulica 18.000 MW, otros 12.000 MW/h corresponden a diésel y otras no renovables. Sumando las limpias, tendríamos 70.000 MW/h que son el doble del consumo, punta, máximo pero como este puede coincidir con poco viento y nublado y entonces solo tendríamos la nuclear y la hidráulica que no son suficientes y hay que acudir al ciclo combinado que es la que marca el precio; máxime con el castigo de tener que pagar por la emisión de CO2 (las compañías compran al Estado los derechos de emisión que ayudan a hacienda a forrarse con el dinero de los paganinis; este semestre más de 1.000 millones de euros que el Estado podría abaratar el recibo pero a costa de su bolsillo). Según su porcentaje, participan en los MW/h, a 45,5€ el gas a 8€ la hidroeléctrica, a 12€ la fotovoltaica y a 14€ la nuclear. Un ejemplo, si aportan un 30%, cada uno, tendríamos los 35.000 MW/h máximos y un precio de coste de 0,3*35.000(45,5+8+14+12)/35.000= de 28,2 €/h; pero el precio de venta sería el del máximo, 45,5 y con los impuestos y demás inventos, el consumidor pagará por encima de 120. Es decir que las de ciclo combinado empatan y las otras ganan (45,5-14), (45,5-12), y (45,5-8), multiplicado por su aportación a los 35.000 MW/h. Como son variables a cada hora, las producciones y aportaciones, el precio varía continuamente y por eso fijan el máximo. Por la noche es más barata porque la mayor parte la aporta la nuclear. Cuanto mayor es el consumo, horas puntas, mayor es el coste si fallan las eólicas y fotovoltaicas, pero es impredecible el mix y por supuesto manipulable.
 |
| Plataforma Castor. |
Por tanto solo hay opciones a futuro con más centrales nucleares y más hidráulica y sobredimensionar mucho las eólicas y solares, que son las que menos garantías tienen de producción. También se puede apostar por la técnica de gasificar vetas de carbón a profundidades en torno a los 500 m y opciones como la fallida Castor, con el gobierno de Zapatero, que intentó almacenar gas cuando estaba muy barato (el contrato de gas con Argelia se consiguió a un precio magnífico pero había que consumir un determinado volumen o pagarlo en cualquier caso), aprovechando como almacén, el agotado campo petrolífero de Tarragona. Florentino Pérez tuvo la visión, pero se canceló por riesgo de micro movimientos sísmicos. Tenía previsto almacenar un máximo de 1900 millones de metros cúbicos de gas natural, suficiente para suministrar el equivalente a 50 días de consumo en España en ese momento. Tenía la ventaja, añadida, de que los barcos metaneros podían acceder divinamente. Es decir, aumentar lo existente y buscar complementos mediante investigación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario