En pleno éxtasis por la futura Ley de Desmemoria Democrática me he encontrado con que hoy, 23 de octubre, es el 80 aniversario de la reunión de Hitler y Franco en Hendaya. Simultáneamente el nigromántico (nigromancia: Conjunto de conocimientos y prácticas que intentan conjurar y someter los malos espíritus y las fuerzas maléficas ocultas para causar daño a los demás) Himmler, uno de los hombres más influyentes del III Reich se encontraba en España, en visita a varias ciudades relacionadas con historias del Santo Grial, de los Templarios y las leyendas germánicas; además para presionar/convencer a Franco antes de la reunión de este con Hitler. Durante la primavera de ese año, el ejército alemán había derrotado al ejército francés en menos de mes y medio y obligado al maltrecho cuerpo expedicionario inglés a retirarse sin su equipo pesado desde Dunkerque. Hitler saboreaba las mieles del triunfo y parecía que nada se oponía a su victoria final. Así creyó verlo Mussolini que declaró la guerra a franceses e ingleses a mediado de junio para participar en el reparto del botín. Franco tampoco dudó en felicitar al Führer y ofrecerle cooperación. Era evidente que la situación económica española ofrecía pocas ventajas a Hitler, salvo por su posición estratégica para controlar el Mediterráneo y el Atlántico sur.
|
Hitler y Franco pasan revista a la guardia de honor, en la estación francesa de Hendaya. |
En julio , Inglaterra demostró que estaba dispuesta a luchar sola hasta el final, con el ataque lanzado contra su anterior aliada, Francia, a la base de la flota de esta en Mers el Kebir, el 3 de julio, solo dos semanas desde la firma del armisticio francés. Les ocasionó 1300 muertos y la destrucción de varios buques. Durante el verano se desarrollo la batalla de Inglaterra en la que la RAF derrotó a la fuerza aérea alemana, la Luftwaffe, frenando el intento de Hitler de invadir Inglaterra. EEUU, aunque oficialmente neutral, prestó ayuda económica con la ley conocida como Cash and Carry, y tras la derrota de Francia, firmó un acuerdo de destructores por bases, el 2 de septiembre con Gran Bretaña según el cual la Armada de Estados Unidos transfería a la Marina Real británica y a la Marina Real Canadiense cincuenta destructores «sobrantes» a cambio de la instalación de bases norteamericanas en Terranova, Nueva Escocia, las islas Bermudas y en distintos puntos del Caribe; todos ellos territorios bajo dominio británico.
Este sutil cambio en el panorama, hizo que Franco dudara y pensó que si entraba en guerra con Alemania, perdería los suministros de combustible y trigo que le venían de EEUU; por lo que empezó a recular. Para convencerle se realizaron varias reuniones, preparatorias, que llevaron al encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya. Entre esas reuniones preparatorias debemos incluir la visita de Himmler a España; además de las reuniones de Serrano Suñer y Ribbentrop, ministros de asuntos exteriores respectivos. Franco pidió como contraprestación a la segura pérdida de suministros americanos, que fuesen sustituidos por Alemania; además de la cesión de Gibraltar y las colonias norte africanas francesas; para crear un imperio al colonial, al unirlo con el Marruecos español. Después de siete horas de negociaciones, Hitler no convenció a Franco y prefirió, erróneamente, no cabrear a la Francia de Vichy.
Hitler se equivocó y años después el propio Churchill lo reconoció pues sin Gibraltar, el Mediterráneo habría sido italo-alemán y con la segura caída de Malta, sin suministros, la guerra del Norte de África habría tenido otro final. El desembarco americano en Marruecos habría sido imposible con las tropas españolas en su proximidad. La invasión de Sicilia e Italia, no habrían sido realizables. Con bases aéreas y de submarinos en Canarias, los convoyes aliados hacia el Índico se habrían complicado, además de imposibilitar el antes referido desembarco americano en Marruecos. Pero nuevamente, "el si condicional" es ciencia ficción. Para contentar y agradecer la ayuda recibida durante la guerra civil, Franco envió la División Azul, justo un año más tarde.
Para intentar neutralizar el riesgo para Inglaterra, El 8 de octubre el primer ministro Winston Churchill manifestaba en la Cámara de los Comunes que Gran Bretaña deseaba «ver a España ocupando al puesto a que tiene derecho como gran potencia mediterránea y como guía y miembro de la familia de Europa y de la Cristiandad», y que entendía la necesidad que tenía de mantenerse neutral «para reedificar su vida nacional con dignidad, clemencia y honor». Simultáneamente empleó una decena de millones de pesetas para sobornar a varios generales e incluso a Nicolás, hermano de Franco, para compensar las veleidades germanófilas de Serrano Suñer y otros personaje importante que eran partidarios de la entrada en guerra.
|
Franco, Himmler y Serrano Súñer |
Vinculó este interés con su filosofía racista, buscando pruebas de la superioridad racial aria y de los países nórdicos desde la antigüedad. Viendo a las SS como una "orden" al estilo de los Caballeros Teutónicos de la época medieval, con runas en sus uniformes y una mística excluyente como que los SS solo podían casarse con mujeres arias 100%,... Fue el responsable de los campos de concentración y exterminio, que acabaron con la vida de millones de judíos y otras razas consideradas inferiores. Se celebraban aquelarres coincidiendo con los solsticios y la música y textos fueron recogidos por Wagner, Goethe y Schiller; pero esa es otra historia. Volvamos a su visita a España entre el 19y el 24 de octubre de 1940. Fue invitado por su homólogo Jose Finat, Conde de Mayalde, a la sazón director general de seguridad que había negociado con Himmler, entonces ministro de interior alemán, la entrega de Lluís Companys. Finat, muy germanófilo, fue más tarde embajador en Alemania y alcalde de Madrid entre 1952 y 1965.
|
Himmler en Montserrat |
Una de sus visitas fue a la catedral de Burgos y en Madrid se reunió con Franco antes de que este asistiera a su cita con Hitler en Hendaya; para ir preparándole para la petición de que España participara en la guerra al lado de Alemania e Italia. Desde Madrid, visitó a la antigua capital visigoda, Toledo, donde recorrió las ruinas del destruido Alcázar. Algunos autores relacionan esta visita con su búsqueda del Santo Grial al haber sido Toledo una importante sede templaria, alquimista y nigromante. El arqueólogo español Julio Martínez Santa-Olalla, un ardiente simpatizante nazi, fue asignado al cortejo y acompañó a Himmler durante estas visitas. Tras su estancia en la capital, la comitiva alemana se dirigió en avión hacia Barcelona desde donde se trasladó hasta el monasterio de Montserrat, lugar que era bien conocido por la tradición del Santo Grial. De hecho, Himmler creía firmemente que Montserrat era en realidad el «Monsalvat» que aparece narrado en la ópera Parsifal de Richard Wagner. Al día siguiente tomó un avión y volvió a Alemania.
|
Himmler en el Alcázar de Toledo |
Esta obsesión de Himmler, compartida en parte por el propio Führer, tuvo su importancia en la Alemania de los años 30 y 40 del siglo XX. Así durante el Tercer Reich, se emprenden con grandes esfuerzos misiones para encontrar y rescatar algunos objetos míticos como el arca de la alianza, el santo grial, el martillo de Thor, la espada de Turingia o la lanza de Longinos; como hemos visto actualizados en películas de Indiana Jones (La última cruzada) y similares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario