Resulta evidente el desparpajo y la desfachatez con el que Pedro Sanchez desprecia al Congreso, sede teórica de la soberanía popular, digo bien, "sede teórica", porque la verdadera soberanía reside en "SU PERSONA" en Moncloa. Los calificativos se agotan y eso que cada día surge algún periodista o político clarividente que cree encontrar las palabras exactas para definir a Pedro Sanchez. En otros artículos he utilizado parte de los adjetivos que le han dedicado, Ignacio Camacho, Carlos Herrera, Pérez Reverte, Rosa Díez,...; pero sorprendentemente no alcanzan al vulgo pues las encuestas serias, no considero el actual Cis de Tezanos, no detectan caídas significativas del voto hacia el referido personaje. Entiendo que los otros líderes no despierten ilusiones y por tanto aumentase el desencanto en forma de abstención. Solo se me ocurre que igual que pasó en Andalucía con los EREs, fondos de formación y demás gabelas, durante casi 40 años, el personal esté adormecido con los fondos que esperan les lleguen sin currar. Viva la subvención esclavizante pero cómoda. Recuerdo una frase de algún funcionario que se quejaba del sueldo y decía: El salario es bajo, ¡pero es tan dulce!...
Tancredo Sanchez, más allá de la soberbia y el escapismo representado en delegar en las 17 autonomías la lucha contra el Covid, incurrió ayer en un error político demostrativo de un cesarismo que lo sitúa por encima de la soberanía nacional. Después de proclamar el domingo el estado de alarma en toda España con una autosuficiencia política nunca vista, seguida de un toque de queda de quita y pon, ayer culminó su ahí os quedáis cuando se ausentó del Hemiciclo, tras oír la exposición de ¿motivos? del ministro de Sanidad, sin esperar nada más y dejó solo al ministro Illa defendiendo una decisión tan controvertida en los términos en que se ha planteado, este Estado de Alarma de seis meses de duración; algo inaudito y de una dudosa legalidad; en otro avance del ahí os quedáis. Los españoles no nos merecemos esta falta de respeto; ¿o sí?
Coincidente con esta desfachatez y falta de respeto, la ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, presentó en el Congreso, la propuesta de los PPGGE, que han sido recibidos con múltiples reproches procedentes de verdaderos especialistas que los consideran anticuados y que obedecen a condicionantes políticos e ideológicos y no a propuestas que nos ayuden a salir de la crisis en que nos encontramos y que puede hacernos retroceder a nuestra prehistoria económica; vamos a niveles de la posguerra. la broma de los impuestos solo para los ricos es de una desvergüenza supina pues el 90% de la subida, lo soportarán las clases medias y bajas. El gasto se dispara en consonancia con el déficit, gasto que no inversión productiva, en consonancia con pan para hoy y hambre para mañana. La deuda crece y ya la pagarán los que vengan detrás que carecerán de recursos; pero que más le da a Don Tancredo que habrá sobrevivido a esta crisis a cuenta del futuro de nuestros hijos y nietos.
Termino con el encabezamiento de un artículo de Carlos Herrera:
Ahí os quedáis
En España, el más lamentable de los gestores políticos posibles se ha desentendido de todo
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