Cada vez que actúa, en un Aló Presidente, Pedro Sánchez, parece darle la razón a Rosa Diez cuando le define con la Trilogía Oscura e incluso llega a proponer su destitución mediante un certificado médico que declare su peligro como Presidente; porque el primer requisito para gobernar es estar cuerdo. ¿Lo está quien piensa que la negociación con Cataluña dure dos años?
Repite fantasmada como cuando en junio de 2020, sacó pecho para decir que el virus estaba vencido y un año después vuelve a hacerlo y nos mete en la 5ª ola del Covid, con su precipitación con la eliminación de la mascarilla en exteriores; seguramente para tapar los indultos a los secesionistas del Procés, como el año pasado hizo para farolear en las campañas electorales de Galicia y el País Vasco. Como cada vez que algo no le sale bien, vuelve a remover a los muertos en el Valle de los Caidos.
Con el dinero que viene de la UE pretende atraerse el voto de ERC ayudando a que las empresas que huyeron de Cataluña en 2017y 2018 por el Procés, vuelvan sin que los Puigdemont y Junqueras hayan dado muestras de cordura o arrepentimiento; sino todo lo contrario, especialmente por parte del fugado. Ahora Vacuneitor se cuelga la medalla de que nos ha vacunado sin diferencia de sexo, provincia, religión o inclinación política; definiendo su actuación como de un patriotismo sin parangón, mientras se hisopea; olvidando que los policías nacionales destacados en Cataluña, se vacunaron cuando un juez intervino y acumulaban un retraso de dos meses en comparación con los Mossos. Esta última aparición/entrevista de Pedro Vacuneitor se ha completado con su declaración confirmando su presencia en Barcelona en la Mesa de Diálogo o de la Traición; según quien lo defina. Esperemos que no le de aire a un separatismo en horas bajas y peleado entre sí; como quedó confirmado en la pasada Díada; con una asistencia menor que a un partido del Barsa.
Efectivamente, en sicología existe un concepto llamado "la tríada oscura". El factor D que define los "rasgos oscuros" de la personalidad como el egoísmo, el rencor o la psicopatía. Este infame trío lo conforman los rasgos de la personalidad que definen lo que comúnmente llamaríamos una "mala persona". El primero de estos chicos malos es el narcisismo. Las personas narcisistas tienden a centrarse en sí mismas, a fantasear con un poder ilimitado y a necesitar la admiración de los demás.
Luego está la psicopatía, es decir, la falta de empatía. Este rasgo convierte a la persona en alguien manipulador, poco confiable y desinteresado por los sentimientos de otras personas. El ejemplo, cuando visita la reproducción del zulo en que Ortega Lara pasó año y medio y simultáneamente acerca a más de 150 asesinos etarras a cárceles en el País Vasco o próximas a él. Luego organiza en el Congreso el recuerdo a las víctimas que estas rechazan mayoritariamente para no blanquear a Bildu. Ahora, tras trasladar 150 etarras a prisiones del entorno vasco y ceder el control de las cárceles al gobierno vasco, no impide el homenaje, el próximo 18, a Henrí Parot, que asesinó a decenas de personas; incluyendo varios niños. Vergonzoso, es poco.
El clan malévolo lo completa el maquiavelismo. Las personas que tienen este comportamiento muy marcado se caracterizan por tener actitudes cínicas y adoptar estrategias cuyo único fin es beneficiar sus propios intereses. En conjunto, estos tres rasgos engloban una frialdad emocional. Algunos estudios han demostrado que los altos niveles de la tríada oscura están asociados con bajos niveles en rasgos como la simpatía, la honestidad y la humildad.
Para rematar su falta de humildad, se presentó en Torrejón para recibir a los huidos de Afganistán y se largó un "Misión Cumplida" que avergonzó a quienes le escuchaban. Desfachatez que ya es crónica como acaba de demostrar con su vacunación patriótica; incluso a los que le silban cuando aparece en público y en cualquier lugar.
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