SANCHEZ LE TIENDE UNA TRAMPA SADUCEA A FEIJÓO.

Hemos dejado atrás una semana plagada de ignominias, es la esencia de Sánchez, la última la entrega del ayuntamiento de Pamplona a EH Bildu. Previamente se ha permitido llamar nazi al presidente del PPE. Pero como su mente diabólica no cesa y aunque ya le conocen está preparando una trampa saduecea con la propuesta de una reunión con Feijóo en Moncloa. Pero pocos hablan de que se trata de "una trampa saducea" (Una trampa saducea es una serie de preguntas o actuaciones capciosas que se plantean con ánimo de comprometer al interlocutor, ya que cualquier respuesta que dé puede ser malinterpretada o considerada inconveniente). Esta es una conclusión evidente pues el presidente tiene acreditada fama de no decir la verdad ni a su médico y su especialidad es usar cualquier medio,sin respetar líneas rojas, para humillar al contrario. Es un killer. Si Feijóo acepta pues la foto le servirá a Sánchez para decir que se reune y ofrece pactos a todos menos al belicoso VOX; en caso contrario si Feijóo rechaza la reunión, le acusará de desentenderse de los verdaderos problemas que aquejan a España. Olvida que continuamente acusa e insulta a Feijóo y hasta en su libro Tierra Trágame, como lo denomina Susana Díaz, saca a relucir la famosa foto de Feijóo, de hace 30 años, con el narco Dorado; cuya actividad delictiva era desconocida en aquellos momentos. 

Nos encontramos ante el perfecto narcisista, Pedro Sánchez, reflejado en la historia del guapo Dorian Grey que no envejece pues sus maldades no le afectan pero se reflejan en el rostro del cuadro que le han pintado. A partir de entonces, la edad y los pecados que Dorian cometa se verán marcados en el retrato mientras que él mismo conservará su aspecto exterior sin ningún cambio. Años después y tras infinidad de mentiras y promesas incumplidas, Dorian Gray entra a la habitación donde ha mantenido su retrato escondido, pero descubre que su apariencia es aún peor de lo que esperaba. En un arranque de furia, ataca la pintura con un cuchillo y la destroza. Los criados escuchan un grito desde la habitación clausurada. La policía y los criados entran  para encontrar el retrato de su amo con la frescura y la lucidez de la adolescencia. Al lado suyo, sin embargo, encuentran tirado en el piso el cuerpo muerto de un hombre mayor consumido y decrépito, apuñalado en el corazón, con un rostro repulsivo lleno de arrugas; solo por medio de los anillos de su mano son capaces de reconocerle como Dorian Gray. Lo malo para él, es que ya se le ha caido la careta.

                                          

Sus cinco años de gobierno han visto como se cumplía su deseo de venganza y su narcisismo excluyente. Es un exterminador, un Armagedón, como pueden afirmar sus otrora opositores: Ribera, Iglesias y Casado. Su primera obsesión fue desenterrar a Franco y abrir las heridas de la Guerra Civil, cuya puerta dejó entreabierta su predecesor, J.L. Rodriguez Zapatero. Sus múltiples principios, más que Groucho Marx, se vieron reflejados en el miedo a no poder dormir si pactaba con Podemos, pero se le pasó en menos de 24 horas para volver a Moncloa. Se enfrentó, en solitario, al COVID como Supervacuneitor y durante demasiadas semanas encabezamos el ranking mundial de muertos e infectados por 100.000 habitantes. A Ayuso como se le opone, la odia y persigue con patadas en el culo de los madrileños. Las cesiones a los nacionalistas vascos y catalanes estan a la orden del día, como si quisiera vengarse de los desplante de los españoles que no le votan masivamente y sigue siendo el presidente con menos diputados de la democracia. Cuando salga del gobierno, nos dejará destrozadas las instituciones con sus miserables manipulaciones y cambios de opinión.

Para terminar, el narcisismo forma parte de la tríada oscura. La tríada oscura la padecen –o disfrutan– aquellos poderosos que reúnen en su misma persona tres patologías. El maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía. Los tres rasgos, según los psiquiatras, que definen lo que calificamos en común como una mala persona. Personas que, para mantener su poder, no dudan en manipular, traicionar, mentir, y saltarse cualquier principio ético con el único fin de conseguir sus más claros o nublados objetivos. Me parece evidente que adivinarán en quien estoy pensando