Esta semana se celebra en el Museo del Prado, un Congreso para conmemorar el 80 aniversario del retorno de las obras que se habían evacuado del Museo del Prado, en noviembre de 1936, cuando las tropas franquistas estaban a las puertas de Madrid. Pero también tratará aspectos menos conocidos, como el expolio de obras pertenecientes a particulares. Se manejaron varias opciones sobre como salvaguardar el tesoro del Museo, entre las que destacaban las que proponían bajar las obras de arte a los sótanos y las que consideraban el traslado lejos del frente de guerra. Esta última opción, en versión republicana, además las alejaban de caer en las manos de los sublevados que podrían utilizarlas para conseguir dinero para sus necesidades militares;¿escusa o argumento en beneficio propio, pues cómo explicar el 2º traslado, de Valencia a Barcelona, más cercano a la frontera?. Esta valoración fue paralela a la que se utilizó para justificar la salida de las reservas de oro del Banco de España. Tenemos otra muestra de la Desmemoria Histórica del PSOE y en concreto de su Secretario Pedro Sanchez, que insiste en su lucha contra la momia de Franco, lo que demuestra su coraje, pero pasa de puntillas por el 80 aniversario de la llegada del tesoro del VITA a Méjico, con alguna de las obras que no han retornado a sus propietarios particulares o al Museo del Prado. retiradas de sus ubicaciones para iniciar unos periplos improvisados que los pusieron en riesgo.
Uno de los primeros traslados, a la intemperie y sujeto con cuerdas. |
En un artículo, de esta semana, en El País, Colorado dice que “La evacuación y salida al extranjero era la única posibilidad”, que desmiente que la República se planteara alguna vez la venta del tesoro artístico. Sin embargo, fue una medida que contó con la oposición de los restauradores del Prado, al frente de los cuales estaba Francisco Javier Sánchez Cantón, subdirector del museo, que en agosto de 1936 dio la orden de cerrar las puertas, desmontar las salas y trasladar todas las pinturas a las plantas bajas. En la decisión, influyó la caída de una bomba de aviación que impactó cerca del edificio e incendió el techo. Otro soporte se refleja en la frase de Manuel Azaña cuando dijo que "El Museo del Prado es más importante para España que la Monarquía y la República juntas."
Se reflejó este traslado en la película "la Hora de los Valientes", de Mercero; una fábula sobre un autorretrato de Goya que se extravía en manos de un trabajador del Museo, que mantiene la obra en su casa durante la guerra y sus avatares. Terminada la guerra y al intentar devolverla, muere a manos de un falangista que antes fue un colaboracionista y vividor con la República.
Otras valoraciones consideran como egoísmos y actuaciones estúpidas/alocadas, los traslados de los cuadros del Museo del Prado; que fueron sacados de los sótanos para arriesgarlos en varios traslados. Empezó con el traslado a Valencia, tras el gobierno que huye de Madrid el 6 de noviembre de 1936. Traslado por malas carreteras, en plena guerra, con riesgos atmosféricos y de robos por partidas descontroladas. Las Meninas hubo que bajarlas del camión y cruzar con ellas, el puente de Arganda, a mano pues chocaba con la estructura superior. Riesgo que se materializó en varias roturas y deterioros que se recuperaron gracias a la profesionalidad de los restauradores que siguieron a los cuadros en sus traslados. Pero aquellos camiones que bajo la dirección de Timoteo Pérez Rubio transportaron Riberas y Goyas por media España -y luego por media Europa- son solo una parte de una historia mucho más amplia: la de los azares de nuestro patrimonio artístico durante la guerra y la posguerra.
Puente de Arganda que hubo que cruzar, a mano, con las Meninas |
Posteriormente, cuando el gobierno salió para Cataluña el 31 de noviembre del 37, los cuadros les siguieron y se guardaron en polvorines que sí eran objetivos militares. ¿Por qué ese seguimiento al gobierno?, ¿acaso pensaban en venderlos para continuar la guerra o financiar su exilio?. En valencia estaban más lejos del frente que en Cataluña. Cuando en febrero del 39, el ejército cruza la frontera francesa, los cuadros se trasladaron a Ginebra; bajo la custodia de la Sociedad de Naciones que los devolvió al gobierno franquista, una vez terminada la guerra; nuevo traslado que se realizó por ferrocarril en septiembre del 39, con riesgo de ser bombardeado por los alemanes, en guerra ya con Francia. En resumen, cuatro traslados que algún cuadro sufrió gravemente. Es considerada como la mayor evacuación de arte de la Historia de la Humanidad. El escritor José Calvo Poyato, autor de ensayos y novelas históricas (y hermano, de la actual vicepresidenta del gobierno) ha publicado recientemente un trabajo que entra en todos los detalles de aquel episodio y lo contextualiza dentro de las circunstancias de la Guerra Civil. El balance que hace José Calvo Poyato es que aquello fue un absurdo y solo la suerte y el trabajo de algunos profesionales, evitó los males mayores que pudo causar una decisión política sin sentido.
Un Tiziano del Prado, llegando a Ginebra La República nunca quiso devolver los cuadros, esculturas, tapices... El acuerdo del último Consejo de Ministros en Figueras, determinó que las obras se entregaban a la Sociedad de Naciones, con sede en Ginebra. “Darle el patrimonio al otro bando habría sido reconocerles. Suiza terminó reconociendo al Gobierno de Franco pocos días después y le entregó las cajas” https://elpais.com/elpais/2019/09/09/eps/1568029025_154685.html |
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