jueves, 17 de octubre de 2019

TORRA CONTINUA EL GOLPE INTERRUPTUS.

Como es bien sabido y la historia no se cansa de darnos ejemplos, la secesión de parte de estados o imperios, siempre lo ha sido tras un enfrentamiento civil con sangre en mayor o menor cantidad; tan es así que Trapero y otros comisarios del cuerpo de los Mossos, durante su declaración en el juicio del procés, han puesto en boca de Puigdemont la frase de que si había algún muerto en lo que se esperaba de violencia el 1º O, él declaraba inmediatamente la República de Cataluña; olvidando que sin control del territorio no es posible la independencia. Lo que les falló en 27 0, fué la desconexión jurídica y policial y en eso se han preparado, durante estos dos años, con unos CDR más activos y organizados como se demuestra en las imágenes de las noches en Barcelona y demás capitales catalanas; CDR que saben que cuentan con el apoyo de Torra y el Govern.
Torra e Ibarreche en el corte de la AP7
El presidente autonómico catalán, Quim Torra, ha abierto un nuevo pulso con el Estado de Derecho este jueves desde el Parlamento de Cataluña. Según ha anunciado en una comparecencia hecha a petición suya, «en esta legislatura» convocará un nuevo referéndum de autodeterminación. También ha asegurado que en la primavera de 2020 estará lista la propuesta de «Constitución republicana». Para ello cuenta con el apoyo del PNV independentista en la figura del ex-Lendakari; que ya le acompañó para visitar el collado de Lli, por donde huyeron a Francia Companys y el Lendakari Aguirre, el 6 de febrero del 39. Se repetía, en febrero del 39, la actuación insolidaria de vascos y catalanes con respecto a la República. Cuando a finales de agosto de 1938, las tropas franquistas ocuparon todo el País Vasco, los gudaris vascos se rindieron en lugar de seguir la lucha desde Santander. Perdida su autonomía, declinaron seguir luchando por la República. En febrero del 39, los soldados catalanes, tampoco intentaron pasar a la zona republicana (centro /Valencia) para seguir luchando por la República.
 
Torra e Ibarreche en el paso del collado de Lli, acceso a Les Illes (Francia)
Lo mismo que Maciá giró hacia la violencia para conseguir la independencia, cuando vio que Francesc Cambó no conseguía, legalmente, mejoras en la autodeterminación, Torra aprende de Ibarreche que tampoco consiguió sus objetivos separatistas, por medios constitucionales. También podría fijarse en Artur Mas que fracasó al pretender que Rajoy les concediera independencia económica a través de un concierto similar al Cupo Vasco.
Artur Mas presentando el Libro Blanco de la Transición
Nacional de Cataluña. Planificación de todo lo que acontece
                                      

En esa línea de resistencia sin volverle la cara a la violencia, ¿contenida?, se enmarca la creación de una guardia pretoriana de hasta 300 hombre, de clara índole política y priorizando la obediencia debida, de los Mossos. Esta guardia personal dependerá de Presidencia y garantizaría que Quim Torra no sea detenido tras la proclamación republicana y le permitiría varios días de resistencia hasta que la presión internacional obligara a un alto el fuego como el de Eslovenia, tras diez días de guerra y un centenar de muertos. La referencia a la vía eslovena partió del propio Torra y es que los secesionistas siguen su ruta y van limando errores como aprender en el juicio del 1ºO que el jefe de los Mossos, Trapero, estaban a la espera de ordenes judiciales para detener a Puigdemont. Torra evitará esto con su nuevo y selecto cuerpo de escamots que rescata del Estat Catalá de Francesc Maciá.
El panorama que se abre a partir de ahora es mucho más inquietante que el vivido hasta el momento. Puigdemont solo ha sido un chico de pueblo más bien tonto al que le venía muy grande el cargo, pero Torra está hecho de otra pasta. Su vocación lo lleva a hacer todo lo que el de Bruselas/Berlín no hizo. Cuando Torra proclame la república catalana, y esto será así, que nadie lo dude, no será para dejarla en suspenso a los pocos segundos. Cuando Torra haga que se aprueben las leyes de transitoriedad hacia la república, las mantendrá hasta sus últimas consecuencias. Cuando Torra salga al balcón de la plaza de Sant Jaume, que lo hará, para llamar a la resistencia a los separatistas, lo hará plenamente consciente de lo que eso supone. No estamos ante un chisgarabís cualquiera, un atolondrado o un simple comisionista. Todo eso le importa un pito. Se cree con una misión histórica y hará lo que sea, al precio que sea, con tal de llevarla a cabo. Con él, el independentismo ha llegado a la última estación.
La Historia tiene una incómoda tendencia a no resultar como creíamos merecerla. Pero conserva una característica permanente. Y es que, en democracia, cada pueblo acaba teniendo el Gobierno que se merece.

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