martes, 18 de junio de 2019

CENTENARIO DEL TRATADO DE VERSALLES Y OTROS 18 DE JUNIO,

Es curioso observar las coincidencias de acontecimientos importantes en nuestra historia y en la de Francia. Empezamos recordando el referéndum con el que se aprobó, un 18 de junio de 2006, el Estatuto Catalán, según lo convenido entre Maragall y Zapatero; coincidiendo en el día, 191 años antes, con la batalla de Waterloo; donde ahora disfruta de su Mini-República, el fugado Puigdemont. Otro 18 de junio famoso, aunque ha pasado desapercibido es el del año 1940 en que el General De Gaulle se dirige a los franceses para animarles a seguir la lucha desde sus colonias de ultramar, junto a Inglaterra. Tambien en esa fecha se llega al acuerdo final sobre la Paz de Versalles en 1919, hace 100 años, cundo se firmó el Tratado de Versalles que ponía el broche final a la Iª G.M. y que según muchos historiadores y políticos, abrió la Caja de Pandora de la 2ª G.M.
Maragall y Zapatero, en el mitin dichoso.
Empezaremos con el aniversario del estatuto catalán, que tanto lío nos está trayendo.  Aprovechando la famosa frase de Zapatero dirigida a Maragall de que el Estatuto que aprobaran, sería defendido en el Congreso, se envió uno que no había pedido nadie. El estatuto enviado tenía algunas partes claramente inconstitucionales, 14 de 223 artículos, que fueron limadas y al final en una cena privada entre Zapatero y Mas, llegaron a un acuerdo. Zapatero le compró a Artur Mas por un plato de lentejas: si en las Autonómicas siguientes CiU era el más votado, Zapatero impediría otro tripartito como el que aupó a Maragall a la Generalitat. Llegado el momento Zapateo incumplió el acuerdo y Artur Mas se lamió sus heridas y se sentó a esperar su venganza; que llegaría en la época de Rajoy. Montilla era el nuevo President pero la bomba estaba en marcha.El nuevo estatuto, corregido, no recibió el apoyo de ERC.
Ni tan siquiera el 50 % de los catalanes convocados, fueron a votar.
El Estatut de 1979 fue apoyado por el 89% y participó el 60%
Este día representa las dos derrotas más dolorosas de la Francia Moderna. La famosa derrota de Napoleón, en su ocaso, en 1815 y la derrota frente al ejercito alemán en 1940, que empieza su recuperación con la famosa llamada radiofónica del general De Gaulle a la resistencia. Una curiosidad sobre Waterloo es la presencia del general español, Álava. Fue mano derecha de Wellington y de su puño y letra salió la primera crónica de "la batalla más importante de muchos siglos". Tomó parte en el sitio de Tolón y en la batalla de Trafalgar a las órdenes de Gravina. Tan ilustrado como patriota, se sumó a la insurrección contra los franceses en 1808. La Junta de Cádiz le ordenó entrevistarse en enero de 1810 con el general Wellesley (en 1814 sería hecho duque de Wellington) y ahí empezó su relación. Hicieron toda la guerra de la Independencia juntos y persiguieron a los franceses hasta Burdeos y Toulouse.
Al centro de la imagen, a caballo, Wellington. El primero por la derecha, el general vitoriano Álava.
Así aparecen en la 'foto' de la batalla, realizada por el pintor holandés Jan Pieneman.
                    
Antes de la toma de París el 14 de junio el Gobierno Reynaud esboza un plan para trasladar una parte del ejercito al norte de África y agrupar allí su poderosa flota formada por 8 acorazados, 16 cruceros entre pesados y ligeros, un portaaviones y un porta-hidroaviones, 58 destructores, 80 submarinos, 100 lanchas torpederas y guardacostas y más de 100 barcos auxiliares y transportes militares; pero el frente capaz de permitirlo, se ha desintegrado. En 2005, el llamamiento del 18 de junio fue incluido por la Unesco en el Programa Memoria del Mundo, en el que se recogen desde 1997 los documentos del patrimonio documental de interés universal, para garantizar su protección. Consta del manuscrito del texto del llamamiento radiodifundido el 18 de junio, la grabación radiofónica del llamamiento del 22 de junio, el manuscrito del cartel del 3 de agosto y el propio cartel donde aparece la frase famosa "Francia ha perdido una batalla ¡pero Francia no ha perdido la guerra!"



En el verano de 1918 nadie creía próxima la conclusión de la Primera Guerra Mundial. El 8 de agosto el ejército alemán cedió por primera vez kilómetros hasta retroceder de modo inédito para lo acontecido desde 1914. El frente occidental se desmoronó y con él todo el imperio germánico, dispuesto a aceptar con prontitud los famosos 14 puntos de Woodrow Wilson para negociar la paz. En noviembre, en otra pirueta de la Historia, la revolución llegó a tierras germánicas para precipitar la abdicación del Káiser, la proclamación de la República y la apresurada firma del armisticio en un vagón del bosque de Compiègne. Así empezaron seis meses de discusiones y tiras y aflojas, donde salió triunfante el Presidente francés, Clemenceau, en su deseo de humillar y arruinar a Alemania. A Italia no le dieron lo prometido y así se pusieron dos piedras en las que tropezó la Europa de entre guerras. Tan difícil es ganar la guerra como saber ganar la paz y de eso aquí sabemos mucho: Ley de Desmemoria Histórica.
The Big Four (Lloyd George, Vittorio Orlando, Georges Clemenceau,
Woodrow Wilson) en la Conferencia de Paz de París

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