Llevo tiempo queriendo dejar de escribir sobre las felonías del Presidente pero al final me resulta imposible pues la desfachatez de Pedro Sánchez se supera a cada día. La penúltima es insultar a policías y guardia civiles, con el apelativo despectivo con que los llamaban los secesionistas en las complicadas fechas de finales de septiembre y octubre de 2017; en plena organización del referéndum ilegal del 1ºO, culminado con la republiqueta de los 8 segundos y la valiente huida de Puigdemont en el maletero de un coche. Todo esperpéntico si no fuera por la importancia de las consecuencias que podían haberse producido si el procés hubiese terminado con éxito la ruptura de la unidad de España.
Resulta evidente que hasta el último momento Rajoy, el propio Sánchez y Urkullu pensaban que se trataba de la penúltima bravata de los independentistas y en lugar de haber aplicado el 155 con rigor tras lo aprobado por el Parlament el 6/7 de septiembre, dejaron seguir la bola confiados en que al final Puigdemont no se atrevería y de hecho así se lo había transmitido Urkullu a Rajoy, tras interceder con Puigdemont. El equilibrio parecía estable hasta que Oriol Junqueras amenazó a Puigdemont y este dió el salto al vació. Esa situación de impass se transmitió al gobierno que reaccionó dubitativamente y envió a guardias civiles y policía de manera desorganizada. El coordinador, coronel Pérez de los Cobos, nunca gozó del apoyo de los mossos ni de su jefe Trapero (hermano de un guardia civil asesinado por ETA). En ese desbarajuste y ante las negativas de los hoteleros a recibir a los desplazados, se buscó la solución de los cruceros para esa finalidad y uno de ellos llevaba dibujado en el exterior, un Piolín.
El trabajo de las fuerzas de seguridad, en esas circunstancias, fue ejemplar y las escenas de violencia provocada pr los CDR y similares grupos independentistas fueron escasas pero bien aprovechadas para emitir en las televisiones extranjeras. Incluso algún alto cargo acusó de daños en un brazo y se vendó el otro. Es cierto que el CNI no fue capaz de localizar las urnas que luego Junqueras les restregó cuando saltó el escándalo de Pegasus. Lo que no era de esperar es que el Presidente del Gobierno, haya hecho mofa de la situación, llamando piolines a las referidas fuerzas de seguridad. Pero no es esto lo único, el presidente ha pulverizado la cortesía parlamentaria en las dos últimas sesiones de control al llamar «mangante» al Partido Popular como si fuera un vulgar macarra de barrio bajo. Ningún presidente del Gobierno ha osado vomitar éste u otro término similar contra un miembro de la oposición.
Él, Su Sanchidad con evidente mala fe se olvida que el 155 se aplicó con su visto bueno y que si no fue más contundente alcanzando a la TV3 y la enseñanza se debió a la negativa suya y de Albert Rivera. Pero que Sánchez mienta es algo asimilado y que no le pasa factura pero que denoste a policía, guardia civil y servicios de inteligencia (CNI) es una excepción sideral, pero que lo haga público y se jacte de ello en el Parlamento...,¡¡insuperable!!.
Además los compara con los futbolistas que pueden ir al campo del Español a jugar un partido de la selección; como debería ser lo normal. Pero se apropia del éxito y olvida los desplantes continuados al Jefe del Estado y a la princesa de Gerona que no puede entregar su premio en la susodicha localidad. Consiente y casi facilita que se incumpla la ley sobre el 25% de lengua castellana. También su gobierno. con Marlaska de ministro del interior, ha enviado policías a Barcelona para intentar controlar a los incendiarios de los CDR y Sunami Democràtic; agentes que también fueron desalojados de varios hoteles. Sánchez, con las cesiones dispensadas, antes a Torra y ahora Aragonés, ofende/desprecia a los demás territorios. Permite que Aragonés se quite de la foto de los demás presidentes autonómicos en la isla de la Palma y tantas otras cesiones más, pagadas con los impuestos de todos como los gastos de la asonada; sin olvidar los indultos a los golpistas con el informe contario del Tribunal Supremo.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha destinado 1.009 millones de euros, 788 extras, para financiar el cuerpo de Mossos d’Esquadra durante este año 2022. Sin embargo, se niega a cumplir los acuerdos de equiparación salarial firmados en 2018 con los sindicatos mayoritarios de Policía Nacional y las asociaciones de guardias civiles» por falta de presupuesto». Denunciado, entre otros por La Razón y ABC. La solución de Sánchez consiste en tragar y regar con dinero y transferencias que mantengan tranquilo al independentismo y que el nuevo marrón, que lo habrá como se jactan de decir, se lo coma el siguiente. Zapatero inició el problema con su oferta de Estatuto a Maragall, Sánchez lo ha revivido para él acceder a Moncloa y no solo lo mantiene, sino que lo refuerza. Sánchez prepara su salida hacia algún puesto europeo y evitará presentarse a la reelección si piensa que puede perder.
Rajoy no quiso ceder y se encontró con los levantiscos a los que acalló y encarceló. Además no consintió en armarlos con material de guerra que podía ser mal usado por la nada fiable Generalitat.
Fantástico como siempre
ResponderEliminarMuchas gracias, es una inyección de ánimo.
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