domingo, 4 de diciembre de 2022

LA ANEXIÓN DE NAVARRA AL PAÍS VASCO, UN ENGAÑO HISTÓRICO.

Acabámos de vivir la vergonzante cesión del gobierno a Bildu de la retirada de la G.C. de las carreteras navarras. Cuando escribí inicialmente este artículo, acabábamos de vivir la infame, para muchos, presidencia de Maria Chivite (PSOE-PSN) con el apoyo de BILDU y en coalición con la marca blanca del PNV (vascos) y dos izdas. Le llaman gobierno progresista con un PNV, formado por los herederos de Sabino Arana (el mayor xenófobo, en competencia con Companys y Pujol) y el mundo empresarial del País Vasco. Vaya incongruencia, como si fuésemos tontos. Dentro del pacto que aún conforma el gobierno de Maria Chivite, subyace la idea de anexionar Navarra al País Vasco y así crear la parte española de la gran Euskadi. No cabe duda que la unión duplica la superficie y aumenta la población en un 24%; ganando peso y músculo financiero; sin olvidar que el peso demográfico de Navarra en la nueva comunidad, no pasaría del 20% y por tanto su capacidad de decidir queda muy minorada, así como la de los partidos constitucionalistas de Navarra Suma. Hitler ya utilizó el argumento del espacio vital, Lebensraum, para pedir la anexión de los Sudetes porque hablaban alemán. Conseguido este objetivo en Munich en septiembre del 38, el paso siguiente fue el resto de Checoslovaquia, seis meses después. Un año antes se había fusionado, zampado, Austria. Ese es el verdadero argumento, lógico en el nazionalismo expansivo y no la milonga de los orígenes históricos. Nuevamente nos toman  por ignorantes. En la pasada guerra civil, los gudaris se rindieron en Santoña en cuanto salieron de su terruño pues ellos noluchaban por la República sino por Euskadi independiente. Conviene no olvidarlo.

Año 1035 a la muerte de Sancho III

Antes de la llegada de los visigodos, empujados por los francos, el territorio de los vascones se limitaba a los valles pirenaicos que fueron romanizados durante 200 años. Los visigodos llegaron en el año 416 y tras la caída de Roma ocuparon principalmente el centro y sur peninsular; sin por ello dejar de interrelacionarse con vascos y celtas/gallegos. Llegamos así al 711 con la invasión musulmana que se hace con todo el territorio, salvo Asturias y Vascongadas; entrando en Francia donde son frenados en Poitiers por Carlos Martel y sus francos. Durante los siguientes 200 años (Desde la aparición y consolidación del reino de Asturias, con don Pelayo (año 718-737) y su sucesor Favila (737-739), los territorios de la actual Cantabria se pusieron a las órdenes de los reyes asturianos, por lo que la vinculación entre el reino neogótico de Cangas de Onís y luego de Oviedo y los territorios de la futura Castilla fue inmediata, desde el comienzo de la Reconquista. 

Mientras los cristianos-visigodos comienzan la Reconquista, los vascones se posicionan en dos direcciones; Vizcaya que se asocia con Castilla en un régimen foral con muchos privilegios, ganados en sus luchas contra el reino de Pamplona. La otra dirección es el crecimiento del reino de Navarra que lleva una historia independiente de Guipuzcoa y que se interrelaciona frecuentemente con Francia.

El reino de Pamplona se consolida tras defenderse del imperio Carolingio en la famosa batalla de Roncesvalles, donde la retaguardia del ejército de Carlomagno, dirigido por su sobrino Roldan, es diezmada por el ataque de varias tribus vasconas y su aliado el rey moro de Zaragoza; batalla en la que nace el famoso poema de Rolando. Hay varias versiones sobre los atacantes pero Ramón Menéndez Pidal concluye que en la celada tomaron parte vascones y musulmanes, en el contexto de las alianzas y relaciones familiares entre los primeros caudillos pamploneses y la familia Banu Qasi del valle del Ebro que arrancan en el 734.
Monumento a la batalla de Roncesvalles.

Los incipientes reinos, se mueven entre bodas, repartos familiares y luchas internas y/o vecinales. La primera reunificación se produce en Castilla, incluyendo a Galicia, por parte del rey Alfonso VI, tras la muerte de Sancho II de Castilla a las puertas de Zamora, a manos de Bellido Dolfos en el año 1072. A partir de ese momento, estos reinos dejan de dividirse entre los hijos y así llegamos hasta 1230. Ese año Fernando III lleva a cabo la fusión de Castilla y León, corona que no volverá a separarse hasta la creación de las autonomías que por interéses espúreos, la debilitó al segregarla. En 1212 en la batalla de las Navas de Tolosa, pelearon juntos los reyes Castilla (incluyendo el señorío de Vizcaya), León, Navarra y Aragón. Se dice que el rey navarro rompió las cadenas que protegían la tienda del Emir y de ahí que su escudo recogiera las cadenas. 


Mientras Vizcaya, Guipuzcoa y Álava son señoríos asociados a Castilla y participan en sus luchas y descubrimientos, Navarra es un reino independiente que alterna dependencias de Francia e intentos castellanos y aragoneses, hasta 1512 en que el Duque de Alba, siguiendo ordenes de Fernando de Aragón, entra para apoyar una facción (beaumonteses) y termina anexionando Navarra, pero manteniendo ésta, sus fueros. La anexión se consolidó en 1516/1520 tras varias guerras con la parte francesa (agramonteses); Baztan  y la Navarra ultrapirenaica que en el S.XVI terminaran de ser vasallos de los reyes franceses para formar parte del reino de Francia. 
Escudo con cuartel de Castilla, de León
de Aragón y Navarra. Más la Granada.
Habían pasado 400 años con Navarra como reino independiente y aún pasarían otros 500 antes de que, externamente, se pretenda su incorporación a la Comunidad Autónoma vasca. En estos 500 años, los navarros se han relacionado con sus vecinos Guipuzcoanos como con sus vecinos Aragoneses y mientras que con estos no han tenido enfrentamientos reseñables, no se puede decir lo mismo de sus vecinos occidentales. Las guerras carlista del S.XIX, vieron como este movimiento, principalmente rural, era incapaz de conquistar ninguna capital de provincia, de hecho su jefe Zumalacárregui murió intentándolo en Bilbao. La ikurriña es la bandera que diseñaron, en 1894, los hermanos Arana para el PNV vizcaíno; por tanto bandera de un partído político.
             
División provincial de 1833, en vigor hasta las autonomías,
con ligeras modificaciones.
 
Si nos fijamos en épocas más cercanas, es inevitable recordar como las brigadas carlistas de requetes navarros, fueron el principal apoyo de Mola y la punta de lanza de la conquista del norte republicano. Aquí un inciso: mientras los gudaris vascos se rindieron a los italianos, Pacto de Santoña, en masa nada más perder su suelo patrio, en lugar de pasar a Santander para seguir la lucha por la República, las brigadas navarras participaron en todas las batallas importantes con el ejército franquista. Unos peleaban por su terruño y los otros por España. Naturalmente Franco lo tuvo en cuenta y los fueros se mantuvieron en Navarra y no en las provincias de Vizcaya y Guipuzcoa. Anteriormente, un intento de estatuto con la República, terminó en fracaso y ni Álava quiso participar con vizcaínos y guipuzcoanos. Tanto en Álava como en Navarra, la mayor parte de los ayuntamientos que más rotundamente se oponían al Estatuto estaban en las comarcas del Sur lindantes con el Ebro (la Ribera, la Rioja Alavesa y los Valles Alaveses); eran más favorables los norteños. Hay que destacar además la influencia que la retirada de Navarra, del Estatuto que se estaba estudiando, en junio de 1932 tuvo sobre la actitud de Álava. La discusión en Álava no se centró nunca sobre si Álava formaba o no parte del País Vasco, pues todos lo daban por descontado, sino sobre el proyecto concreto de Estatuto que se presentaba al país;mientras que en Navarra la discusión de fondo -aunque exteriormente se hablara de tal o cual proyecto de Estatuto- versaba en realidad sobre si el Viejo Reino pertenecía o no a la comunidad política vasca
Tropas Navarras llegan al Mediterráneo por
Vinaroz, la República partida en dos. Abril 1938
Creo que ha quedado clara su diferenciación histórica en los últimos casi 1.000 años y es impúdico que pretendan darnos gato por liebre. En la celebración de la presidencia de María Chivite, hubo discurso en euskera, idioma que solo habla el 10% de los navarros, entre los que no se cuenta la Presidenta (le tuvieron que dar un pinganillo); el lendakari vasco y le ofrecieron la danza vasca, Aurresku. Todo muy vasco.
Chivite con el pinganillo.
A principios de los años 80 del siglo XX, un anciano Claudio Sánchez-Albornoz, que se acercaba a los 88 años de edad, hizo públicas declaraciones premonitorias como éstas:

“Ha llegado la hora de defendernos unidos, castellanos y leoneses, de un nuevo tremendo peligro. Unidos, sobreviviremos; separados seremos piltrafas de las comunidades autónomas: Cataluña, Euskadi y Galicia. Únanse todos los castellanos y leoneses. Formen un frente cerrado y poderoso para constituir una gran región autónoma, desde el mar Cantábrico a Sierra Morena, que pueda defenderse de los zarpazos de los demás y mirar el porvenir con esperanza. No tengo otra ambición que contribuir a la gloria de España y de nuestra tierra castellano-leonesa. Unidos adelante. Maldición para los que se opongan a esta unión de los hermanos de Castilla y León”

Encomiables palabras con un objetivo posible entonces, si las élites políticas así lo hubiera decidido, como decidieron disgregar Castilla; ¿quienes tenían interés en dividir y debilitar la unidad de España?.


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