Estaba esperando al día 28 para recordar el 86 aniversario de la muerte, con 57 años, del insigne autor teatral, D. Pedro Muñoz Seca, cruelmente asesinado sin más razón que el odio irracional de unos autodenominados defensores del pueblo; cuando tras el espectáculo de Irene Montero el pasado jueves, he recordado un verdadero ejemplo de persecución cainita hasta la destrucción del enemigo político y digo enemigo que no oponente. Se trata de DOÑA RITA BARBERÁ, alcaldesa de Valencia durante 24 años, seis legislaturas, con cinco mayorías absolutas y una gestión espléndida en beneficio de sus ciudadanos. DON PEDRO MUÑOZ SECA, en mayúsculas, es uno de los mayores autores teatrales que ha dado España; autor que me ha alegrado muchas veladas y del que recuerdo frases espléndidas de su obra "La Venganza de Don Mendo ", por cierto repuesta en TV hace unos días. Frases ingeniosas y en verso que me traen a la memoria a otras inmortales de mi admirado Groucho Marx,
La Venganza de Don Mendo es una obra que abunda en juegos de palabras y golpes de humor; una reducción al absurdo de los elementos propios del drama histórico con fines paródicos. Se unen elementos detonante del ayer y del presente en obvios anacronismos, haciendo además que personajes medievales se muevan en un mundo dominado por la moral utilitaria del tiempo de Muñoz Seca. Se estrenó en el Teatro de la Comedia, de Madrid, la noche del 20 de diciembre de 1918 y es la obra teatral con más representaciones de la historia teatral española, junto al D. Juan Tenorio de Zorrilla.
Nuestro 2º personaje, Rita Barberá fue perseguida y acosada por sus enemigos políticos, que no pudiendo ganarle en las urnas se cebaron en una supuesta corrupción para hacerle la vida imposible; hasta cumplir el vaticinio de Cospedal:"no van a parar hasta que se muera de un infarto". Entonces, en este país cainita y cínico, sus compañeros de partido le dieron la espalda y ahora ni un recuerdo. No he visto homenajes de los que dos años antes de su muerte, se peleaban por fotografiarse con ella. D.E.P.
Hace tres años colgaron este cuadro de Luis Massoni, en el Ayto de Valencia. Incluye detalles que permiten realizar un recorrido completo por la vida política de la ex alcaldesa |
Para mayor vergüenza ajena, ese 23 de noviembre de 2016, tuvimos ocasión de vivir el odio que devoraba a nuestros padres y abuelos en otro noviembre de hace 86 años. Presenciamos el desplante protagonizado por la muchachada de Iglesias Turrión al ausentarse del hemiciclo durante el minuto de silencio y respeto dedicado a honrar su memoria. Así expresaban a la perfección el afán revanchista que empuja a esa turba odiadora a perseguir a sus víctimas hasta la misma tumba; después de haberlas acosado sin piedad en vida. Le negaron ese minuto que no escatimaron ni a un etarra. Si Rita era corrupta con una duda cifrada en el blanqueo de unos pocos miles de euros, que decir de Ximo Puig y sus cientos de miles subvencionando a familiares o los 680 millones de los EREs del PSA...; por no seguir enlodando el patio.
Minuto de silencio con la bancada de Podemos, vacía |
Hacer un minuto de silencio en el Congreso por la muerte de Rita Barberá es un homenaje a su trayectoria. Nos negamos y nos salimos.
En noviembre del 36, algunos pusieron como escusa para el asesinato, de Muñoz Seca, su obra LA OCA (Liga Ácrata de Obreros Cansados y Aburridos). Una obra tremendamente andaluza, tierna, llena de cariño y jocosidad dulce. Lo mismo que, otros,justificaban la muerte de Lorca por su Romancero Gitano. Aunque dudo que quienes los asesinaron se hubieran molestado en leerlos. Adjunto décima que algunos le adjudican al colombiano Climaco Soto y otros a nuestro recordado Muñoz Seca
Si pública es la mujer que conocemos por puta, República debe ser la mujer más prostituta. Y siguiendo al parecer esta lógica absoluta, todo aquel que se reputa, ser de la República hijo, ha de ser a punto fijo, un hijo de la gran puta.
Después de los cambios de calles, por Manuela Carmena, algunos retrocedidos, el odio vuelve a reflejarse en las exhumaciones que se apoyan en la Ley de Desmemoria Histórica. Ya veremos como termina y esperemos que dejen en paz a los muertos. Entonces, coincidiendo con la muerte de Rita Barberá en noviembre de 2016, Alfonso Ussia, nieto de D. Pedro, le dedicaba una frase al final de una carta a la entonces alcaldesa. "En Roma se han iniciado los trámites para su beatificación. En Madrid le quitan la calle por ser lo que nunca le permitieron elegir. Señora Alcaldesa. También a usted, títere Carmona. Permítanme que les muestre mi público desprecio".
El 27 de noviembre, se reunió con Cayetano Luca de Tena y Julián Cortés-Cavanillas. Les entregó algunos objetos. – Me han anunciado que mañana salgo en la expedición –. A las dos de la mañana del 28 firma su última carta a su mujer. «Como comprenderás, voy bien preparado y libre de culpas. 28 de noviembre de 1936». Al oir su nombre, sale airoso y con la sonrisa que simula la emoción. No puede abrazar a sus amigos porque le atan con un fino bramante las manos por la espalda. Le quitan uno de sus abrigos. Hace frío, y con el frío tirita, don Pedro era muy andaluz. Su reloj de bolsillo y su cadena le son también sustraídos. Sus célebres bigotes altivos y decimonónicos caen al suelo entre las risas de los milicianos. – Sin bigotes, está usted Ridículo –. En Paracuellos fuma un cigarrillo mientras fusilan a los primeros cincuenta inocentes del día. Don Pedro va en la segunda tanda. Muere junto a un padre agustino. Para que sus ejecuciones fueran más eficaces, los verdugos usaban fusiles y ametralladoras con soporte fijado al terreno. Su grito de «España, viva Cristo Rey» es silenciado por una ametralladora. El preso encargado del enterramiento en las fosas comunes contó catorce impactos en el cuerpo sin vida de don Pedro. Trece y el tiro de gracia, que le atravesó la cabeza de sien a sien.
En ese año 36, el verano dejó paso a un otoño especialmente cruento, pues una vez recogidas las mieses en verano, comenzó el riego de esos mismos campos con la sangre de los españoles. Hablamos de la sangre española vertida generosamente por los incontrolados que sustituyen la dejación del orden republicano, por el orden sanguinario de las milicias surgidas al socaire del armamento entregado por el Gobierno que al declarar la disolución del ejército regular y sobre todo la Guardia Civil, acabó con el orden legalmente establecido. Así pues, desde el comienzo de la guerra/revolución, la turbamulta campó por sus lares y se tomó "su" justicia por su mano. En el lado sublevado también se actuó con dureza injustificada. El gusto por la eliminación física del oponente, era compartido.
En agosto la turbamulta asaltó la cárcel Modelo y entre otros asesinaron a Ruiz de Alda (compañero y amigo de Ramón Franco en el vuelo del Plus Ultra y a Melquiades Álvarez, fundador en 1912 del partido Reformista en el que militó Manuel Azaña; que siempre respetó al que consideraba su padre político y cuya muerte le afectó tremendamente. Ahí empezó el desanimo de Azaña por una República que no era como la había soñado. En estas fechas las milicias descontroladas cometieron tales desmanes que el propio Churchill se negó a darle la mano al embajador de la República en Londres (Pablo de Azcárate) y el Foreign Office rechazó la ayuda que solicitaba la República al considerar que ésta no tenía un Gobierno estable; estando el país regido por la chusma. Estas actuaciones también frenaron el apoyo inicial del gobierno de Francia, un Frente Popular presidido por León Blum. Hay un magnífico y recomendable libro, que acabo de leer, escrito por el historiador Ángel Viñas, titulado La Soledad de la República.
Ahora que volvemos a mover lápidas y viejos cadáveres, esperemos que se resuelva una injusticia que aún sigue pendiente en forma de reconocimiento al Schindler español: el anarquista Melchor Rodríguez; conocido como el Ángel Rojo. Sevillano de la más mísera extracción social, probó el toreo sin éxito, fue calderero y líder anarquista de la CNT. Delegado de Prisiones de Madrid, el 10 de noviembre, 4 días despues del comienzo de las sacas, paró personalmente una columna de camiones de la CNT que iban a fusilar a Paracuellos armado de una pistola sin peine de balas porque no quería matar a nadie en un descuido. «Hay que dar la vida por las ideas, pero jamás matar a nadie por ellas». Destituido el 14 y repuesto varios días después, pero demasiado tarde para Don Pedro. Mientras fue Director de Prisiones no se permitía sacar a nadie sin juicio y sin su firma. Muchas vidas salvadas. También impidió el asalto a la cárcel de Alcalá, el 8 de diciembre del 36, y más de 1.000 personas le deben la vida: Muñoz Grandes (declaró a su favor el el juicio tras la guerra), Valentín Gallarza, Serrano Suñer, Rafael Mazas, al doctor Gómez Ulla, Raimundo Fernández Cuesta, Ricardo Zamora, o los hermanos Rafael, Cayetano, Ramón y Daniel Luca de Tena, entre otros. A su muerte en 1972 se cantó A las barricadas, a las barricadas... y su entierro reunió en hermandad a anarquistas y franquistas agradecidos. Ahí se veía el germen de nuestra reconciliación previa a la Transición; hasta que el necrófago Sanchez, providencialmente, ha venido a salvar nuestra Democracia.
Himno anarquista: a las barricadas:
También en recuerdo a otro luchador libertario: Buenaventura Durruti, muerto en la defensa de Madrid, Universitaria, el 20 de noviembre del infausto 1936. Herido de forma poco clara el 19, falleció al día siguiente en el Ritz; convertido en hospital de campaña.
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