miércoles, 11 de marzo de 2020

LEALTAD INSTITUCIONAL

Hace unos años, octubre de 2014,con la crisis del Ébola, el actual presidente del gobierno se lanzaba a la yugular del entonces presidente Mariano Rajoy, con la complicidad del resto de las izdas y hoy ese mismo personaje, que nos ha mentido antes, durante, después de la campaña electoral y sigue tomándonos por idiotas, mientras enfriaba la importancia del coronavirus hasta pasado el 8 de marzo; para una vez pasada la manifestación del día Internacional de la mujer, presidida y encabezada por su mujer, declarar la pandemia, la lluvia de fuego, el Armageddon... y hoy, ofendiendo al recuerdo del aciago 11 de marzo de 2004, pedir el apoyo institucional y organizar una reunión con los presidentes autonómicos para cubrirse las espaldas. Reunión que tiene pendiente desde que montó a mayor gloria suya, la mesa de la ignominia.

Dice, hoy, Bieito Rubido en su astrolabios que No es tiempo de tirarse los enfermos a la cabeza ni de falsear datos como se está haciendo con la sanidad de Madrid. Es tiempo de elevar el discurso y la acción. Al leerlo algo se ha removido en mi interior al recordar como llamaban asesinos a los del PP mientras asediaban sus sedes. Un poco de memoria.

Hay que tener la cara más dura que el hormigón para pedir lealtad institucional en un 11 M, cuando hace 16 años y ante el mayor ataque terrorista de nuestra historia, los socialistas se lanzaron a la calle al grito de " no merecemos un gobierno que nos mienta". Poco tiempo después hubo atentados en Londres y la oposición se mantuvo junto al gobierno sin proferir un reproche. Eso si era lealtad institucional.
                                 

Recordemos, para refrescarle la memoria, al sr. Sanchez y otros coleguis:

                                                                               



En breve le veremos, en posición cinematográfica, sustituyendo a los militares por personal sanitario o presidentes autonómicos.:





Sánchez perdió credibilidad alentando manifestaciones en toda España horas antes de reconocer la gravedad de la situación. Y eludiendo en su comparecencia la suspensión de las Fallas que se anunció minutos después. Las crisis exigen líderes que den la cara y aporten soluciones.




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