domingo, 22 de marzo de 2020

CORONAVIRUS UNA EPIDEMIA QUE SE QUEDARÁ, COMO LOS ACCIDENTES DE TRÁFICO

Estaba revisando una serie de reportajes, comentario y libros de historia para documentar mi anterior artículo "https://elcriticonhistorico.blogspot.com/2020/03/el-coronavirus-la-llamada-gripe.html, cuando me he fijado en la habitual presencia animal en las repetidas pandemias gripales; tanto aviales como porcinas. Está comprobado que los referidos virus se desarrollan en animales antes de pasar al ser humano y que el cerdo ha sido un vehículo habitual para las reiteradas pestes que ha sufrido la humanidad; hasta el punto que en el Antiguo Egipto al diablo/maldad lo representaban con la figura de un cerdo negro, reencarnación de Set; motivo por el que a los porqueros, según Herodoto, eran los únicos que no podían entrar en el recinto del templo. Tambien es conocido el rechazo en el mundo musulmán y en el judaico al referido animal. Igualmente se asocia la peste a las ratas y a la suciedad e inmundicia; además del mundo aviar. En el continente africano la amenaza es continua. La última se llama fiebre de Lassa, una enfermedad hemorrágica aguda que transmiten los roedores, en 2018 en Nigeria murieron centenares de personas. 


Volviendo al título, cabe preguntarse que hace posible la comparación y nuevamente echo mano de mi memoria y de un profesor de Ciencias que nos hacía dos comentarios, hace más de 50 años, en relación con el uso inadecuado de los combustibles fósiles y del coche. Decía que las nuevas generaciones nos tildarían de bestias por quemar esos hidrocarburos fósiles en lugar de emplearlos en obtener comida y de igual modo nos hacía volver al vehículo a motor y preguntar que pasaría si un sabio hubiese llegado al Parlamento y presentado un misterioso invento que cambiaría el transporte pero con un problema y es que generaría la muerte de miles de personas anualmente; naturalmente no lo habrían aceptado y le habrían expulsado de la sala y nosotros nos habríamos quedado sin coches.
Primer coche, Benz de 1885

Pero alguien podría decir que el coche/avión, etc, nos han facilitado el transporte y la comunicación y al coronavirus no se le ve ninguna ventaja y tendría razón si obviáramos el origen del referido virus y el de los que le antecedieron: su origen animal. Ahí está su origen y su justificación, el consumo de carne aviar, porcina, etc. de forma exponencial que ha crecido con la población y con el propio incremento de consumo. Podríamos decir que el coronavirus y las pestes son la parte negativa del consumo de carne, como los accidentes de coche/avión..., lo son del transporte. 

Últimamente los coronavirus, SARS, etc. tienen su origen en China y estan asociados a las granjas de pollos y la venta de murciélagos, si bien se incrementa su letalidad cuando se asocia con el cerdo. China consume el 50% de la carne de cerdo mundial y posee idéntica proporción en su producción que supera los 450 millones de cabezas. En España el gran productor de cerdos es Cataluña, donde hay tantos cochinos como habitantes y crían el 75% del total nacional. Además de su carne, recordemos que los cerdos también nos obsequian con sus problemáticos orines y las vacas con sus gases digestivos tan negativos para la capa de ozono.Se estima que en el mundo entero hay más de mil millones y medio de vacas y éstas son las mayores productoras de metano del mundo. Sus flatulencias también contienen otros gases contaminantes que influyen en el crecimiento del efecto invernadero y ⅔ de todo el amoniaco también proviene de sus gases. 

Volviendo a nuestra actual pandemia y experiencias cercanas, la peor la tenemos en 1957 con 10.000 fallecidos en España para una población afectada de 4.000.000 y por tanto con una mortandad del 2.5%. Mejores ratios los hemos tenido con los coronavirus del presente siglo. Este coronavirus es menos mortal que el MERS, que dejó un millón de muertos a nivel mundial, y tenemos mejores antivirales, pero su extensión es mucho mayor y si Ángela Merkel tiene razón, el contagio alcanzará a un 70% de la población. Basándonos en esas anteriores experiencias, cabe pensar en que el próximo año tendremos una vacuna y tras este verano una reaparición viral en otoño. Es un virus que ha venido para quedarse o desaparecer súbitamente como los anteriores, hasta la llegada del sustituto.
Boina de contaminación
Igualmente, el coche vino para quedarse como si fuera una pandemia que no tiene fácil cura aunque se avanza en la minoración de sus peores consecuencias: contaminación y accidentes. Según la Dirección General de Tráfico
El año 2018 se produjeron en España 102.299 accidentes de tráfico con víctimas, en los que perdieron la vida 1.806 personas y otras 138.609 resultaron heridas, de las cuales 8.935 requirieron ingreso hospitalario.
Traducidos a porcentajes y lenguaje del coronavirus podría quedar:

138.608 contagiados y de ellos 8.935 hospitalizados y 1.806 fallecidos. Es decir una letalidad del 1,3% y un contagio del 0,23% sobre la población; 2,3 accidentes anuales por cada 1.000 habitantes.

 Datos que podríamos extrapolar al resto de paises del mundo, cual pandemia. Cada año mueren cerca de 1,3 millones de personas en las carreteras del mundo entero, y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales. Los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte en todos los grupos etarios, y la primera entre personas de entre 15 y 29 años.; pero los accidentes no son la única causa de mortandad, la contaminación del aire causa 10.000 muertes al año en España y es la cuarta causa de muerte en el mundo, con siete millones cada año. Cierto que no solo el coche contamina, también los aviones, industria y calefacciones, pero si le adjudicamos el 25% nos vamos a un total de más de 4.000 muertes al año en España y cerca de tres millones en el resto del mundo. Cifras solo superadas por la fiebre de 1918 y la peste bubónica de 1348; si bien los accidentes y contaminación son una pandemia que se repite anualmente.
El problema caballar.
Pero aunque a día de hoy nos resulte contradictorio, hace poco más de un  siglo, el coche fue la solución más ‘ecológica’ al problema de los caballos… y su mierda. Curioso, verdad. Ciudades como Nueva York con tres millones de habitantes, empleaban unos 200.000 animales de tiro y paseo que defecaban unos dos millones de kilos de mierda y unos 200.000 litros de orina. En verano producían un olor infame y las moscas unas enfermedades importantes. La mayor parte se retiraban y servían de abono a los campesinos cercanos pero llegó un momento en que los campos estaban saturados y que decir de los días de lluvia y nieve. El beneficio del transporte y la movilidad pagaban este peaje y de hecho en 1894 las bostas se acumulaban en las calles y esto determinó en gran parte uno de los rasgos más distintivos de la ciudad de los rascacielos: las típicas escaleras elevadas para acceder a las casas nacieron con el fin de evitar los “mares de estiércol”.
Estiércol acopiado en una calle.
Resumiendo, estamos viviendo una experiencia excepcional, histórica. Cuando todo esto pase, que pasará, creo que sería bastante inteligente que la Humanidad -quienes mandan sobre ella- se planteen que no todo vale y que quizá la naturaleza nos está avisando de forma clamorosa para que cambiemos de vida. Son muchas las señales, que se nos están dirigiendo y numerosos también los comportamientos que estamos obligados a transformar todos si pretendemos seguir siendo viables como especie.


4 comentarios:

  1. Me ha interesado mucho pues tratas este tema de una manera muy atractiva y diferente a los otros artículos sobre este tema. Gracias

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  2. Esa era la intención, me alegro de haberlo conseguido. Gracias

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  3. Esa era la intención, me alegro de haberlo conseguido, gracias.

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  4. El Bosco con su Triunfo de la Muerte te ha dado la mejor fotografia de la pandemia, muy bien elegida la representación del destrozo otiginado a la humanidad.

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