150 ANIVERSARIO DE LA 3ª GUERRA CARLISTA. ESPAÑA AGUANTÓ ¿Y AHORA?

Justo el pasado 21, un tuitero se preguntaba si alguien podía explicarle el origen de la situación actual de descomposición territorial en España y de forma totalmente aleatoria, un amigo me recordaba por washap esta efeméride pero la denominaba 2ª guerra carlista. Es una apreciación en la que se desprecia la del 46/48. Yo me ceñiré a lo que es más habitual, tres sublevaciones; con Vascongadas, Navarra y Cataluña como fijos. Efectivamente estamos en el 150 aniversario del inicio de la 3ª guerra carlista, que empieza el 21 de abril de 1872, con mayor rotundidad el 2 de mayo y que pudo durar solo dos días. Las elecciones de abril de 1872 dieron a los carlistas una oportunidad para rebelarse. El partido de don Carlos había perdido trece escaños en las elecciones en medio de acusaciones de fraude. La indignación de los tradicionalistas fue máxima. El golpe estaba ya preparado, contaba con las Vascongadas, Cataluña, Aragón, Navarra y zonas de Castilla. Se había estipulado que el día para el levantamiento general sería el indicado 21 de abril, al grito de «¡Abajo el extranjero! (Amadeo I) ¡Viva España!»; pero el pretendiente no cruzó la frontera hasta el 2 de mayo para encabezar el levantamiento que a punto estuvo de ser rápidamente sofocado, pues el 4 de mayo el general gubernamental Domingo Moriones entró por sorpresa en el campamento carlista de Oroquieta, atacando a los insurrectos. La victoria fue aplastante y el pretendiente tuvo que cruzar precipitadamente la frontera.

Mapa con los principales enfrentamientos de la guerra carlista y de los cantones.

Tras el fracaso del primer levantamiento en las Provincias Vascongadas y Navarra, el pretendiente destituyó a la mayoría de los jefes militares y estableció el 18 de diciembre como fecha para la nueva sublevación. El pretendiente Carlos VII, se enfrentó con el gobierno de Amadeo I, luego con la Iª República, coincidió con las guerras cantonales y terminó a manos del general Martinez Campos que trajo, junto a Cánovas del Castillo, la Restauración monárquica en la figura del rey soldado, Alfonso XII; nieto de Fernando VII, que venció al aspirante Carlos VII, nieto del Carlos V; hermano de Fernando VII. En la suave, porque practicamente solo afectó a Cataluña, la 2ª guerra carlista, de 1846 a 1848, pelearon seguidores de Isabel II, hija de Fernando VII contra Carlos VI; primo hermano suyo y con el que habían pretendido, fallidamente, casarla para evitar lo que sucedió después. LA 1ª transcurrió entre 1833 y 1840, y aunque inicialmente se produjo porque los seguidores del pretendiente Carlos, se negaron a reconocer el nombramiento de Isabel II, recién nacida, realmente enfrentó a dos conceptos: liberalismo defendido por la regente frente al absolutismo de su cuñado Carlos V. También al campo, carlista con las ciudades.

El pretendiente, Carlos VII con sus oficiales.

Hagamos un poco de historia para situarnos, una vez desaparecidos los dos valedores de Isabel II, Narváez y O´ Donnell, se produce el "amable" levantamiento, "La Gloriosa", en Cádiz que lleva a Isabel II al exilio y al poder a Juan Prim, como jefe de gobierno y a Serrano como regente. El 30 de septiembre de 1868, sale Isabel II de España; camino de Francia y comienza el llamado Sexenio Democrático; que es aprovechado por la insurgencia cubana para iniciar la guerra de los diez años en Cuba. El general Prim, pasó los dos primeros años, del sexenio, buscando rey que termina con el nombramiento de Amadeo de Saboya; único rey elegido por votación, frente a otras opciones, en las Cortes. A finales de 1870, en diciembre, es asesinado Prim y cuando el rey llega a Valencia se enfrenta con la noticia de que su valedor ha sido asesinado.

Amadeo I, frente al cadaver de Prim.

Amadeo, sin la protección de Juan Prim, se enfrenta a la guerra cubana y a la guerra carlista. Tras sufrir un atentado, renuncia al trono en febrero de 1873. En ese momento, por eliminación, se vota la Iª República; que nace en ese ambiente de inestabilidad y guerras y con un gobierno presidido por Estanislao Figueras que abandona antes de seis meses y es sustituido por otro catalán, Pi y Margall, que dura menos de un trimestre; así como sus sustitos Salmerón y Castelar. En este ambiente de descomposición, los carlistas liderados por Alfonso Carlos de Borbón, hermano del pretendiente, lograron durante 1873 victorias que permitieron el afianzamiento en sus territorios. Simultáneamente comienzan las sublevaciones y guerras cantonales, iniciadas en junio y que terminan el 12 de enero del año siguiente, siendo rematadas con la entrada de Pavía en el Congreso, una semana después, el 19 de enero de 1874. La República está herida de muerte y se hace cargo el general Serrano que establece una dictadura hasta que el Sexenio Democrático termina con el golpe de estado del general Martinez Campos que disfruta de estatua y calles; a pesar de haber terminado con la República y repuesto a un rey, Alfonso XII, hijo de la defenestrada Isabel II.

Estatua de Martinez Campos en el Retiro, Madrid.

Esta tercera guerra carlista termina, con la participación activa del rey Alfonso XII, el 28 de febrero de 1876; tras cuatro años de lucha, muy sangrienta, con hechos luctuosos como el saco de Cuenca el 15 de julio de 1874, el "día más triste con, destrucción y ríos de sangre". Recuerdo leyendo los episodios nacionales de Perez Galdós como refiere un hecho en las Vascongadas en que un grupo se defiende en una torre con un único acceso por una trampilla en el suelo, que se solventa por los sitiadores mediante acumulación de leña y quemarlos vivos. Mucho odio que nuevamente se revivió años más tarde.

Jefe de una partida en Cataluña

Bismark decía que éramos una nación indestructible y así se comprobó en esos años pero tanta belicosidad y odio, impidieron que se consolidase el concepto de nación, iniciado con la guerra de la Independencia y que podría haberse consolidado como en el resto de Europa: reunificación de Italia, nacimiento de Alemania de la mano de Prusia, Bélgica, Grecia...Igualmente en esas fechas se consolidan y crecen los imperios francés e inglés en África, sin olvidar los intentos tardíos de Italia en Abisinia, Bélgica en el Congo y de la naciente Alemania en África Oriental. Mientras crecen esos imperios y consolidan sus sentimientos de "nación", nosotros terminamos de perder los restos de nuestro imperio; Cuba, Filipinas, Puerto Rico y la isla de Guam. Y del sentimiento de nación, qué decir con este estropicio sangriento. De aquellos polvos, estos lodos.