jueves, 14 de abril de 2022

LA "DESBANDÁ", VUELVE A LAS TERTULIAS.

Se conoce con el nombre de "La Desbandá" la retirada o mejor huida de los milicianos y personal civil desde Málaga hacia Almería tras la toma, por los sublevados, de la primera en los primeros días de febrero de 1937; culminada el día 8 con la entrada de las tropas hispano-italianas. Esta retirada, parece tener un cierto atractivo para políticos y politólogos de izdas que periódicamente la sacan a pasear para glosar la maldad de los nacionalistas que cobardemente bombardearon a esa masa humana, que avanzaba penosamente por los 200 km de la carretera de la costa que une ambas ciudades. Recientemente, hasta Zelenski se acordaba de nuestra guerra y del bombardeo de Guernica; como indico en un artículo cuyo enlace adjunto. Llevaban/arrastraban consigo los pocos enseres que tenían y consideraban de valor. Un desastre sin paliativos que ahora vuelve en medio del ambiente guerrero que vivimos por el enfrentamiento de la invadida Ucrania por la Rusia de Putin. 

La desbandá a pie y en lo que podían. Miseria
pero no precaución por cañoneo.

Un testigo de aquella masacre, el médico canadiense Norman Bethune, que se encontraba en Almería, la describió como «doscientos kilómetros de miseria». Buena descripción para esa masa con pocas pertenencias, sin medios de transporte y comida escasa; miseria pero no muerte apocalíptica a golpe de bombas; como parece deducirse de las fotos. En esta retirada nos encontramos con el médico Cayetano Bolívar, diputado por el PCE que había sido nombrado comisario delegado de Guerra en el sector de Málaga, el 28 de noviembre de 1936. En 1931, presionado por Queipo de Llano, a la sazón gobernador militar, Cayetano había marchado a refugiarse a Villa de D. Fadrique (Toledo), único ayuntamiento en toda España con alcalde comunista, Luis Cincuéndez. Allí codirigió el levantamiento campesino del 8 de julio del año 1932, que terminó con varios muertos (uno de ellos tío de mi padre) y con sus huesos en prisión, de donde salió en enero de 1934, al presentarlo el PCE como candidato a las elecciones de diciembre de 1933 y salir elegido diputado. El primer diputado del PCE, en España. Murió fusilado en Granada en julio de 1939, a la edad de 42 años.


                         Refugiados en la carretera y en un descanso en una población

Tras el levantamiento militar del 17/18 de julio de 1936, la ciudad de Málaga y gran parte de su provincia quedaron bajo control republicano debido a la acción de las milicias obreras que consiguieron sofocar el golpe. Fue considerado un frente secundario pues la guerra se dilucidaba en el Norte y en el asedio a Madrid, alcanzado a través de la carretera de Extremadura; con episodios en Badajoz, Talavera y el Alcázar de Toledo. Así durante los primeros meses de guerra, Málaga estuvo prácticamente aislada del resto del territorio de la República y se mantuvo con columnas milicianas ajenas a la reorganización del gobierno de Largo Caballero de octubre y siguientes meses. Sin control gubernamental, las referidas milicias camparon a sus anchas sin más ley que las de los Comités y esa falta de contrapeso, llevó al asesinato del orden de 2.000/3.000 personas. Esto influyó decisivamente en lo que aconteció a partir de enero del 37, cuando el bando nacional se planteó su ocupación para rectificar líneas y hacerse con un puerto vital para el control del Estrecho. Era una buena ocasión para aprovechar y contrastar las bisoñas tropas italianas que acababan de llegar a la Península.
           
Norman Bethune con su equipo de transfusiones,
utilizado para transportar a refugiados hasta Almería.

El 17 de enero, Queipo de Llano ordenó la ofensiva que trataba como segundo objetivo que tropas que defendían Madrid, se desplazasen hasta esta zona que estaba muy mal defendida con escasos milicianos y menos armas. El Congresista Cayetano Bolívar envió numerosas cartas a Largo Caballero pidiendo refuerzos, pero lo cierto es que esto no surtió efecto y se condenó a los escasos milicianos a enfrentarse a un ataque en pinza con los nacionales por la carretera de Marbella y una división italiana por el norte; además del hostigamiento de la flota desde el mar. La aún potente escuadra republicana, no hizo acto de presencia por dedicarse a proteger los convoyes que traían armas desde Rusia.


A las primeras de cambio, la población entró en pánico y comenzó la huida pues muchos temían ahora las consecuencias de sus desmanes contra los derechistas, supuestos o reales. Venganza que se reprodujo en otros muchos lugares; acción y reacción. En menos de 15 días, las defensas cedieron y el 6 de febrero las tropas nacionales estaban a las puertas de Málaga; que ocuparon totalmente el día 8. Fechas en que comenzaba la ofensiva del Jarama y por tanto no eran previsibles que llegaran refuerzos. Lo que si sirvió fue para que los comunistas atacasen a Largo Caballero y al coronel que mandaba el Sector, José Villalba Rubio, por su débil defensa. En la huida, cuando la comida empezó a faltar, la marea de refugiados arrasó los campos de caña de azúcar. Los pueblos por los que pasaban se negaban a ayudarlos temerosos de las futuras represalias y porque tampoco tenían reservas. Muchos de ellos murieron de agotamiento en las cunetas, otros muchos llegaron hambrientos y heridos a Almería. Se ha escrito mucho sobre las cifras de muertos y siguiendo la premisa de que la primera víctima de la guerra es la verdad, hay que avisar que hay cifras para todos los gustos y opiniones. Decían los que lo vivieron que la masacre dejó pequeña a la de Badajoz; entonces cifrada en unos 4.000 muertos y que los historiadores ahora reducen a no más de 500; en cualquier caso una barbaridad. Todos estan de acuerdo que la Desbandá fue la peor de la guerra, aunque no la más numerosa.

Finalizada la ocupación del terreno, cambia el signo de la represión, es decir, acaba la represión sobre las familias favorables al golpe y da comienzo la de las republicanas que no han huido de la ciudad. Hay cifras en torno a las 2.000/3.000, en el período republicano, incluyendo los 500 despeñados en Ronda (270 documentados) y no debieron ser más las de la represión franquista. Hay contabilizadas con nombres y fechas 938; parecido a lo ocurrido en Madrid y Barcelona, que la represión franquista rondó un tercio de la republicana inicial; si bien es reconocida la crueldad de Queipo de Llano. Los 10.000 de Paracuellos por los 3.500 rememorados por Carmena y los 8.500 con nombre en Barcelona, por otros casi 3.000 en la represión posterior. En cualquier caso, lo peor del ser humano.

Refugiados cruzando la frontera con Francia, febrero del 39

Inicialmente la reacción natural es huir, mezclados milicianos y civiles que ¿involuntariamente? hacían de escudos humanos, atrayendo fuego artillero de los barcos. Huyen familias enteras de sindicalistas o de los simples milicianos que no querían quedarse por miedo a las revanchas y atemorizados por las noticias que llegaban de las poblaciones que iban ocupando. Lógicamente, las barbaries que se agrandaban de boca en boca de las zonas ocupadas por los sublevados, favorecían la idea de huir. Lo vimos, a mayor escala, cuando en febrero del 39, cruzan a Francia 400.000 fugitivos entre soldados y civiles tras el avance de los nacionales por Cataluña; para retornar 300.000 en menos de un año. Previamente a repasar la frontera, los que huían tuvieron tiempo de fusilar a 150 jóvenes que no se habían incorporado a filas, en enero, con la guerra perdida y lo mismo hicieron con el obispo y el coronel defensor de Teruel; prisioneros desde que la tomaron en enero del 38. Insisto, fusilamiento en febrero del 39. Sobre estos fusilamientos, alguno fallido como el de Rafael Sanchez Masas, el más antiguo falangista de todos los vivos, dio origen a la novela y película "Soldados de Salamina"


Los que huyen, ¿por qué lo hacen?, ¿miedo a represalias?, ¿por inercia?. Esta Desbandá es un adelanto de lo que entiendo como la verdadera "Gran Desbandada", la que se produce en todo el centro peninsular cuando a mediados de marzo de 1939, los principales dirigentes republicanos abandonan España y dejan abandonados a su suerte a los cientos de miles de soldados y seguidores, muchos con delitos de sangre, que se movían hacia Alicante engañados porque había corrido la voz de que estarían esperándoles suficientes barcos para sacarles de las garras fascistas. Mentira y gorda, a 30.000 de ellos les esperaba el campo de prisioneros de Los Almendros; de sangriento recuerdo. Hubo más de cien suicidios. A Franco le dieron la selección hecha pues quienes no tenían delitos de sangre, como mi propio padre, no huyeron y el 1º de abril del 39 se entregó a la autoridad militar y eso que era teniente, jefe de una batería de obuses de 155 mm, los más potentes del Ejército Popular. Sufrió prisión y juicio sumarísimo en la cárcel de Monteolivete, Valencia, de la que salió en noviembre del mismo 39, gracias al indulto decretado por Franco el 1º de octubre, para celebrar el 3er aniversario de su nombramiento como Caudillo, que beneficiaba a los que tuvieran condenas de prisión menor, hasta 6 años y un día.

https://elcriticonhistorico.blogspot.com/2022/04/quien-le-colo-el-bombardeo-de-guernica.html

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