domingo, 3 de abril de 2022

CENTENARIO DEL NOMBRAMIENTO DE STALIN COMO S.G. DEL PCUS.

Hoy, 3 de abril de 2022, se cumplen los 100 años del nombramiento de José Stalin como Secretario general del Comité Central del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética). En 1922 aún detentaba el poder Lenín y había otros dirigentes surgidos de la guerra civil que se inició en Rusia tras el asalto, en octubre/noviembre, según elijamos el calendario Juliano o Gregoriano, al Palacio de Invierno en San Petersburgo, entonces sede del Congreso/Duma que había derrocado al Zar en el pasado mes de febrero de 1917. Tras unas elecciones entre noviembre de 1917 y enero de 1918 que no dieron ganador a los bolcheviques de Lenín, éste decidió mirar para otro lado y no soltar el poder, obtenido mediante un golpe de estado. Rusia se vio envuelta en una guerra civil, ajena a los estertores de la 1ª G.M. que duró dos años y superó el millón de muertos. Nuestro Stalin, durante la primavera y el verano de 1917, derivó de un apoyo a los moderados de Kerensky hacia los bolcheviques extremos afines a Lenín.

Stalin con Lenín y Trotski

En esa guerra civil, que consolido el poder en Rusia, León Trotsky, fue decisivo como " Jefe de Estado Mayor" y forjador del Ejército Rojo; además de Comisario de Relaciones Exteriores. Fue, junto a Lenin, tan predominante que Rosa Luxemburg y varios otros llegaron a hablar del gobierno de Lenin-Trotsky. En agosto del siguiente año, la anarquista Fanni Kaplán atentó contra Lenín que recibió dos balazos que le debilitaron. Poco después, Lenin,  cayó gravemente enfermo, parece que con algún problema cerebral según su posterior autopsia, lo que le llevó en nuestro abril de 1922, a consentir el nombramiento de Stalin para el cargo que indicamos al inicio. Lenín cedió, parcialmente, el poder hasta su fallecimiento en enero de 1924.

Kamenev integraba junto con Zinoviev y Stalin la troika dirigente, el triunvirato del partido. Trotsky, designado sucesor por el mortalmente enfermo Lenin, se había excluido por completo de la lucha interna partidaria y, en consecuencia, a Stalin como secretario general del partido le resultó fácil desembarazarse de él, pues tenía información de las debilidades de aquellos que podrían oponérsele; igual que Putin a partir del KGB. En ocasión del funeral de Lenin en 1924, de los siete acompañantes del féretro, tres eran de procedencia judía: Kamenev, Radek y Zinoviev. Estos históricos, fueron fusilados por orden de Stalin en 1936, durante las purgas para eliminar a los bolcheviques importantes y así garantizarse un gobierno sin oposición. Estas purgas alcanzaron a miles de oficiales del ejército y a 13 de los 15 mariscales y comandantes de ejército. Esto lo pagó el ejército rojo en su penosa actuación tanto en la guerra contra la pequeña Finlandia en 1939/40 como en el inicio de la operación Barbarroja, invasión alemana de junio de 1941. Previamente había firmado amistad con Hitler para repartirse Polonia y marcar a Finlandia como su zona de influencia.

Stalin y Ribbentrop

Stalin, tras la muerte de Lenín, había iniciado la decapitación de los dirigentes que se le oponían (la manía de su émulo Putin y el uso del desayuno de café con polonio), empezando por su mayor obstáculo para ser dictador único e imponer su teoría de que la Revolución podía centrarse en un solo país y no extenderse internacionalmente como preconizaba el propio Trotski; con su expulsión, primero del partido y después de la propia Rusia, en 1927. Esto llevó a Trotski a deambular por los paises que le concedían visado, empezando por Turquía, siguiendo por Francia, 1933, donde llegó a relacionarse con Andreu Nin, creador del trotsquista POUM en Cataluña, y con Simone Weil, filósofa francesa que vino a España a luchar con la Columna Durruti. Curiosamente en nuestra guerra civil, se peleaba otra guerra entre comunismo y anarquismo.  De Francia, en la primavera de 1935, pasó a Noruega, donde se publicó su "La revolución traicionada". En esta obra analizaba el ascenso al poder de Stalin y lo atribuía a la victoria política de la burocracia soviética surgida por la degeneración estatal. De Noruega pasó a Méjico donde terminaría asesinado por el catalán Ramón Mercader en agosto de 1940. 


Stalin no descansaba ni perdonaba, incluso intentó matar, en la memoria, a Rosa Luxemburg, que llevaba enterrada 20 años. Putin es un fiel admirador y revive sus deseos de recuperar el esplendor de la Rusia de los Zares. Stalin recogió los restos desgajados tras la 1ª G.M. y los volvió a ahijar tras la 2ª. Lo que ahora pretende Vladimir tras la caída del muro de Berlín, sin escatimar muerte y violencia como Stalin en Hungría y Checoslovaquia.

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