EL SIMIL DEL BOXEO APLICADO AL DEBATE CARA A CARA

Es general la opinión de que en el pasado Debate, Sánchez-Feijóo/Feijóo Sánchez, el todavía presidente se dedicó a cortar las respuestas y propuestas del aspirante como cuando en un combate de boxeo el púgil que ha recibido un directo y está sonado se dedica a abrazarse para que el contrario deje de golpearle. Suple su falta de movilidad y juego de cintura con su capacidad de encaje, buscando un golpe de suerte que equilibre el combate. Efectivamente Sánchez es un fajador y encajador y no un "fino estilista" como se decía de Pedro Carrasco o José Legrá.

Sánchez acostumbrado al Senado, donde tiene tiempo ilimitado para sortar su perorata, que lee sin pudor y donde no contesta a las preguntas o reconsideraciones de sus oponentes, se situó a corta distancia de su oponente que con mejor juego de piernas le acosaba y golpeaba sin dejarse cazar con un golpe de fortuna. El combate empezó con el paquete económico en el que Sánchez basaba su supuesta superioridad pero Feijóo le paró en seco con un "uno dos" que le dejó flotando y con las escasas ideas huyendo de su mente. Acostumbrado al cuerpo a cuerpo sin reglas y a los golpes bajos, Sánchez veía borrosa la figura del aspirante y golpeaba al aire pues nunca cogió la distancia. Perdió claramente a los puntos con la casi unanimidad de los jueces (prensa y tertulianos). Esas interrupciones, que tardaremos en olvidar, dan fe de una absoluta incapacidad para el diálogo. Mucho menos para la discusión civilizada. Sánchez no es apto para debatir sobre ideas. Ahora TVE pretende un cara a cara de cuatro, PP, Vox, Sumar y PSOE, a lo que Feijóo se niega pues ve clara la trampa; si no intervienen ERC, Bildu y PNV para confrontar con los apoyos pasado y futuros de Sánchez. 

Que Sánchez no había tenido buena preparación para recuperarse del batacazo del 28 de mayo, lo demuestra que se lanzó al cuerpo a cuerpo convocando las generales sin asegurarse de que podía garantizar que todos los ciudadano españoles que quisieran votar, pudieran hacerlo y así estamos a falta de menos de una semana para que todo el voto por correo llegue a su destino final, la urna el 23J. Prefiero no pensar que se buscara precisamente una antidemocrática baja participaciión. Si faltan cientos de miles de votos estaremos ante una sombra de duda sobre la legitimidad del resultado pero aunque solo falte llegar un voto, conozco el de una abogada que no llegará, será una señal de la desvergüenza del personaje que ocupa La Moncloa y su burla a la democracia, basada ésta en la libre elección de los dirigentes; sin sombra de pucherazo. 

¿Cómo no va a ser razonable la inquietud de que el líder socialista nombrara a un subordinado para que haga en Correos algo parecido a lo que hacen otros nombramientos similares como Tezanos, Delgado o Conde Pumpido?. En política no basta con ser honrado, además hay que parecerlo, pues las instituciones necesitan de una autoridad y de una credibilidad que Sánchez ha mermado, con su proselitismo, hasta extremos insospechados