martes, 12 de enero de 2021

LAS FALSAS ENCUESTAS, EN CATALUÑA, SOBRE LA INDEPENDENCIA.

Empezaremos aclarando el encabezamiento, y para ello partimos de que la pregunta de si quieren seguir unidos al resto de España o independizarse, es una pamema (Demostración exagerada o afectada de un sentimiento) con grandes dosis de engaño pues la pregunta lleva implícita una respuesta inexacta, si antes no se aclara que es lo que implica. Las encuestas por tanto son engañosas y aplicar el resultado al futuro, es un engaño. Me fijo en Reino Unido y su Brexit que tras cuatro largos años de negociación, acaba de cerrarse un acuerdo con las condiciones que lo regirán, en el último suspiro y eso que se trata de un socio que abandona un club, no un socio que quiere romperlo. Fue una pregunta incorrecta pues sería ahora cuando tendría que preguntarse si con este acuerdo querrían separarse. Recientemente el apoyo del fugado Puigdemont, líder de los independentistas flamencos y actual alcalde de Amberes, Bart De Wever, considera que la «vía catalana» ha sido «una torpeza» que ha dividido profundamente a la sociedad en Cataluña y que no piensan imitar en ningún caso. En esa línea, Moody's dice que: Cataluña necesitará 13.700 millones del Estado en 2021, un 70% más que antes de la pandemia. Y sigamos hasta bingo.

Puigdemont en su intervención del pasado 17 de octubre,
en el Parlamento Europeo.

Es evidente que antes de hacer la pregunta, habría que negociar que implica esa secesión, para que los votantes supieran a que atenerse: el reparto del EBRO; las conexiones con Francia de gas, electricidad, carretera, vía férrea, aeropuertos y puertos; pago de la Deuda Pública que según el Estado supera los 250.000 millones (70.000 del FLA y 180.000 como 17% sobre la Deuda Pública del Estado); el pago de las pensiones de trabajadores que hayan cotizado parcialmente en uno u otro lado; reparto de lo que se ha comprado con el dinero de todos y Cataluña ha puesto un 20% en los últimos años, carros de combate, fragatas, armamento de guerra,...En resumen, es infinitamente más complicado que el Brexit y por tanto es engañar a los receptores de las encuestas, pues las preguntas son torticeras y engañosas, por incompletas. Pensadas para que contesten con el corazón y no con la mente, por falta de información en los costes. Como cuando se dieron el gustazo de votar en Grecia contra la UE, pero a la hora de la verdad, de salir nada de nada. Otro punto conflictivo sería  que al pactar el acuerdo de ruptura, tendríamos que opinar/votar todos los españoles porque nos veríamos afectados por dicho reparto. En ese referéndum nacional, podría darse el caso de que el acuerdo fuese tan positivo para el resto de españoles, que votásemos que si a la secesión y eso facilitaría la misma. No podríamos convertirnos en una isla y que nuestros productos fueran saboteados al pasar por Cataluña, necesitaríamos un pasillo como Danzing o dividir Cataluña en Tabarnia, unida al resto de España y Tractoria independiente. 

Para mayor abundamiento de la paranoia independentista, adjunto comentario sobre artículo del Washington Post:




                                    
Ortega decía que «Un Estado en decadencia fomenta los nacionalismos; un Estado en buena ventura los desnutre y los reabsorbe» Una advertencia sobre la que todo gobernante debería de reflexionar, empezando por el actual inquilino de la Moncloa. Y es que el auge del nacionalismo solo se entiende por la dejación del Estado español, incapaz de proteger a los catalanes libres de nacionalismo y de presentar algo atractivo que valga la pena. Un Estado, también con el PP, que ha preferido pactar con quienes abogan abiertamente por destruir la convivencia entre españoles. Pedro, ¿crees tú que ilusiona la actual situación de España? ¿Crees de verdad que el camino es darles alas a los nacionalistas, en detrimento de los demás?

La historia de estos últimos 125 años en que ha florecido el independentismo, demuestra que la cesión continuada, no conduce a reforzar el anclaje de Cataluña con el resto de España y lo acabamos de ver con el apoyo desde Puigdemont a Torra, pasando por Aragoneses, a la manifestación de Bildu a favor de los presos etarras a los que Torra llama "presos políticos". La ley Celáa es la penúltima cesión retirando al castellano (idioma español) de la educación. La siguiente cesión es la concesión del indulto, por la vía que sea preciso, a los golpistas del 1ºO. Que la situación creada por el procés afecta es la salida de Cataluña de cientos de empresas, la última en huir de Barcelona a Madrid, en plena crisis del coronavirus, ha sido el de Berkshire Hathaway Insurance, la filial de seguros española propiedad del magnate Warren Buffet.

Ceder siempre, nunca es el camino.

Tras el 1º O, El diario estadounidense The Washington Post publicó un editorial en el que afirmaba que "los únicos apoyos de los nacionalistas catalanes son los separatistas escoceses, el gobierno de Venezuela y el aparato de inteligencia y propaganda de Rusia, que movilizó a sus medios de comunicación y bots en redes sociales en apoyo de los separatistas. Evidentemente, Moscú percibe el movimiento catalán como otro vehículo para dividir y debilitar al Occidente democrático". España necesita a Cataluña tanto como Cataluña necesita a España para integrarse mejor en la gran aventura de Europa y perseverar —perfeccionándola sin tregua— en esta democracia que ha traído a este país unas condiciones de vida que son las más libres y prósperas de toda su historia. La independencia de Cataluña sería trágica para España y sobre todo para Cataluña, que habría caído en manos de una ideología retrógrada y bárbara y de unos demagogos que la conducirían a su ruina; una sociedad cerrada y obsoleta, que retrocedería y empobrecería brutalmente a Cataluña, pues saldría del euro y de la Unión Europea y tendría un largo y difícil trámite para retornar a ellos?.      
La Vanguardia el día 9 de octubre del 34, definía a los golpistas, Companys incluido, de "Débiles, en incapaces, en improvisados, en simples demagogos frenéticos, en verdaderos vesánicos" y terminaba pidiendo un juramento para no repetirlo nunca más.

En un magnífico artículo, Santos Julia escribía sobre la intentona del 1ºO:

Es la historia de un sueño, que dicen que volverán a intentar y seguro que lo harán; pues llevan varios intentos fallidos desde su republiqueta de seis días, del 17 al 23 de enero de 1641, con Pau Clarís que la dejó en suspenso al ver avanzar las tropas realistas, para entregarse al francés Luis XIII, que los aceptó como departamentos franceses. No cejan en su empeño; aunque cada vez les dura menos; dos día con la Iª República que ve la proclamación del «Estado catalán federado con la república española»., entre el 5 y el 7 de marzo de 1873 con Estanislao Figueras de Presidente del Consejo de Ministros y que fue disuelto por el Ministro de la Gobernación, el también catalán, Francisco Pi i Margall; duró tres días con Maciá entre el 14 y el 17 abril de 1931; la penúltima dejó más de setenta muertos y su permanencia no llegó a doce horas, con Companys entre el 6 y el 7 octubre de 1934, y terminamos con esta última intentona que no pasó de 8 segundos.

Según la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat (CIS catalán), el apoyo a la independencia vuelve a caer con fuerza y se sitúa ya en un respaldo del 43,6%, por debajo del 45,5% que representaba en el sondeo de octubre. Los favorables a la unidad de España se sitúan en el 49% y, de esta forma, continúan por delante ya desde marzo de 2019. Insisto en que la pregunta es engañosa por incompleta.

En la última de La Vanguardia, aunque la encuesta siempre es para quien la paga y este periódico está bastante escorado por cierto hacia posiciones independentistas, los datos no se pueden estimar a la ligera y son muy similares a la del CEO. Según el sondeo de GAD3, hecho para ese diario tan apreciado por la burguesía catalana y que se pone siempre a favor de viento, mande Franco o Puigdemont, el apoyo a la independencia se desinfla en Cataluña. Lo hace lentamente y a medida que las expectativas de alcanzarla se desvanecen y la división de los partidos soberanistas se acentúa. En una encuesta similar, hecha en septiembre de 2020, el respaldo a la secesión superaba el 45% de los consultados. En este de enero de 2021, ese apoyo ha caído por debajo del 43%. Y, paralelamente, mientras hace cuatro meses el rechazo a la independencia se acercaba al 47% (un punto y medio por encima del porcentaje de apoyo), hoy roza el 49%.

La Historia tiene una incómoda tendencia a no resultar como creíamos merecerla. Pero conserva una característica permanente. Y es que, en democracia, cada pueblo acaba teniendo el Gobierno que se merece.

5 comentarios:

  1. Magnífico Pedro! Creo que eres mejor Politólogo que ICCPP!
    Un fuerte abrazo y buen 21

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  2. Gracias y también un buen 21. Lo de ICCyPP está casi en el olvido tras 8 años de lejanía.

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  3. Coincido con el comentario de unknown,eres un perfecto politólogo
    Como siempre te felicito

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  4. Procés en liquidació, souflé, mayoría silenciosa... Y alguin pretender explicar además, que le paga él a los catalanes para que luego ellos puedan presumir de solidarios... En el planeta Tierra no existe un solo territorio de lengua española capaz de sobrevivir sin trasvases de fondos ajenos, excepto los que lo hablan a la fuerza. el gran DATO.

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