El presidente de Méjico, A.M. López Obrador (AMLO), nuevamente aprovecha sus aniversarios, para arremeter contra España y olvida cómo mientras los españoles estuvieron en Texas, California, Nuevo Méjico..., los EEUU mantuvieron sus manos lejos de la presa. Esos territorios formaron parte de la Corona española durante 300 años, desde la definitiva conquista de Hernán Cortes en agosto de 1521 hasta la entrada de las tropas independentistas en septiembre de 1821. Redondeando, han transcurrido 700 años desde la fundación de la capital del imperio azteca, 500 desde la conquista española y 200 desde su independencia de la metrópoli. Nuevamente el presidente mejicano olvida como más de la mitad de Méjico, entonces Nueva España, fueron entregados a EEUU tras una derrota ignominiosa. Todo empezó con la entrega de tierras a colonos mejicanos, que se amplió a ciudadanos americanos que se comprometían a aprender español y jurar fidelidad al estado mejicano. Las tierras eran muy fértiles y diez años más tardes la población de origen norteamericano era claramente la predominante. Desde la presidencia de EEUU se ofreció dinero para comprar tierras que el gobierno mejicano rechazó. Con ese sistema EEUU había comprado las Floridas a España en 1819, Alaska a los rusos y parte del espacio entre los océanos a los franceses. La mayoritaria anglosajona, con ayuda de EEUU decidió declararse independiente en 1836. Santa Anna organizó un ejército que sitió El Álamo a finales de febrero y tras la toma, se dirigió a enfrentarse con el ejército tejano de Houston que le derrotó en la batalla de San Jacinto; al pillarles durmiendo. Santa Ana fue hecho prisionero y firmó el Tratado de Velasco que luego denunció. pero no hubo intentos serios por recuperar el territorio perdido. Hubo numerosos enfrentamientos fronterizos pero cuando Texas, en 1845, ingresó como estado en EEUU, fue considerado como una actitud beligerante y ya solo faltaba una pequeña escusa para declarar la guerra. Ídem que la voladura ¿fortuita? del acorazado Maine para iniciar la guerra de Cuba en 1898. En el caso de Méjico, la escusa fue la provocación del capitán Thornton que con 70 dragones ataca a una patrulla mejicana; esta iba de avanzadilla de un regimiento que acaba con el provocador y 15 de sus hombre; haciendo prisioneros al resto. Indignación americana y hecatombe para Méjico.
El ejército mejicano estaba mal armado y con un gobierno inestable con numerosas luchas intestinas, lo que facilitó la victoria estadounidense, victoria que estuvo a punto de llevar a la desaparición del estado mejicano. La guerra duró entre 1846 y 48; terminando cuando los estadounidenses desembarcaron en Veracruz y conquistaron la capital mexicana, tras lo cual los mexicanos se vieron obligados a firmar la paz de Guadalupe Hidalgo. El tratado estableció que México cedería más de la mitad de su territorio, que comprende la totalidad de lo que hoy son los estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas, Colorado, Arizona y partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma. Además, México renunciaría a todo reclamo sobre Texas y la frontera internacional se establecería en el río Bravo. Cuando el Senado estadounidense ratificó el tratado, eliminó el Artículo 10, el cual garantizaba la protección de las concesiones de tierras dadas a los mexicanos por los gobiernos de España y de México. También debilitó el Artículo 9, el cual garantizaba los derechos ciudadanos de aquellos mismos. Vamos un destrozo en ese momento y para el futuro.
Como nos acercamos al 17 de marzo, San Patricio, aprovecharé para hacer un recordatorio de unos 600 soldados irlandeses y alemanes que inicialmente se alistaron en el ejército invasor estadounidense y que ante las barbaries que vieron y sufrir, ellos mismos, humillaciones por profesar su religión católica, terminaron desertando, uniéndose al ejército mejicano de Santa Anna. Éste les permitió lucir su bandera, con la lira irlandesa y su color verde; así como agruparse en un batallón con el nombre de San Patricio y sus componentes se les denominó los patricios. Terminaron perdiendo la guerra, como el resto del ejército mejicano, y fueron ahorcados y marcados al fuego vivo con una D (desertor) bajo el ojo. El propio Santa Anna intentó evitarlo y que se considerasen como tropas regulares pero el general americano Winfield Scott se negó. Esta epopeya está escenificada en la película «Héroes sin Patria», con Tom Berenguer como el teniente Jhon O´Riley
En el Álamo se fraguó el golpe de estado de Sam Huston para separarse del estado que les había acogido y al que habían jurado fidelidad. Si Méjico en lugar de ofrecer tierra a los norteños, hubiese construido en 1823 el muro que ahora pretendía Donald Trump, Texas y demás territorios sería mejicanos.
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