viernes, 21 de mayo de 2021

CEUTA Y MELILLA SON ESPAÑOLAS DESDE HACE MÁS DE 400 AÑOS

Resulta curioso que nos sorprendamos de las presiones marroquíes, cuando llevamos siglos de malas relaciones que han terminado en guerras en numerosas ocasiones; como recordaremos brevemente. Empezaremos por el actual conflicto, que como en otras ocasiones ha sido utilizado por su rey para despistar de otros problemas internos, como la olvidada marcha verde en 1975 con Franco moribundo. La actual también aprovecha el estado de debilidad del gobierno de Pedro Sanchez, coaligado con los comunistas de Podemos y apoyado por separatistas y amigos de terroristas de ETA.

Empezaremos estudiando la españolidad de Ceuta y Melilla, partiendo del origen de ambas y especialmente de Ceuta que empezó siendo portuguesa tras su conquista en 1415, pasando a la corona española tras la unión de Portugal y España bajo la corona de Felipe II, en 1580. Pasaron 60 años y en 1640, coincidiendo con el levantamiento catalán, se produjo simultáneamente el levantamiento de nobles portugueses contra el rey Felipe IV. Todas las antiguas colonias portuguesas, acompañaron el levantamiento de la metrópoli con la excepción de Ceuta que por voluntad de sus habitantes decidió seguir unida a la corona española y esta se lo agradeció nombrándola como" muy noble, leal y FIDELÍSIMA".

Bandera de Ceuta con restos de su pasado portugués

Es decir, que la relación de Ceuta con Castilla podría situarse en 1415, fecha en la que empieza la expansión portuguesa por la costa africana para luego seguir por el Indico hasta zonas tan alejadas como Goa en la india; Macao en China y las islas de las especias, Las Molucas, en la zona de las Marianas, Nueva Guinea y Filipinas. Durante el resto del siglo XV, fueron avanzando por la costa y dejando puntos de apoyo, denominados factorías que centralizaban el comercio con los pueblos cercanos; hasta doblar el Cabo de Buena Esperanza y terminar el siglo con los dos grandes viaje oceánicos de Vasco de Gama. Con estas colonizaciones, pretendían comerciar con la India , Las Molucas y China a través del mar y no depender de las comunicaciones terrestres que tanto sufrían con los ataques turcos. Conquistaron Goa en 1510 y permanecieron allí hasta 1961; Malaca en 1511 y Macao en 1515; donde guerrearon con los chinos pero en 1560 estaban firmemente asentados y así hasta 1999. Todas estas colonias fueron españolas entre 1580 y 1640/60.

El infante don Enrique conquista Ceuta en 1415.

La historia de Melilla y su relación con España, podemos iniciarla cuando Abderramán III, mandó una flota desde Málaga en el 927 y creó la taifa de Melilla, que se integró así en el Califato de Córdoba, manteniendo estrechas relaciones con la Hispania musulmana de al-Ándalus. Así permaneció hasta que en 1497 fue ocupada por el Duque de Medina Sidonia. El secretario real, Fernando de Zafra, como hombre de confianza de la reina Isabel, había recibido el encargo de instalar en África al rey Boabdil y a su séquito. Ello le dio la oportunidad de observar el terreno. En agosto de 1493, aconseja la ocupación inmediata de Melilla, que, además de su interés económico - «el oro que traen de la Sahara»-, ocupa una posición estratégica entre dos reinos islámicos rivales -el de Fez y el de Tremecén- y es también una posición militar de primer orden, fácil de defender y de abastecer desde Málaga. Por fin, en septiembre de 1497, el duque de Medinasidonia, don Juan de Guzmán, desembarca en África y ocupa Melilla; que pasa definitivamente a la corona española en 1556.

Inicialmente los Reyes Católicos pretendían aprovechar el impulso de la conquista de Granada para extender sus dominios por el norte africano. El objetivo era doble, aumentar sus territorios y establecer un cinturón defensivo que impidiera invasiones como las de Tarik en abril de 711, o magrebíes como la de los almorávides en 1086; sustituidos a partir de 1150 por los almohades, que permanecieron en España hasta ser derrotados en las Navas de Tolosa en 1212. Fernando, como rey de Aragón estaba más interesado por el Mediterráneo, Sicilia y Nápoles. La reina Isabel vio frenada su inclinación africana por la aventura americana y su sucesor Carlos I por Flandes y Centro Europa. Por tanto las intervenciones en el Norte de África se limitaron a una serie de enclaves como Orán o Argel; más como defensa de los piratas que desde esas bases, asolaban nuestras poblaciones costeras. Los siglos XVI y XVII vieron esas intervenciones con grandes victorias y tremendos fracasos.

Ya en pleno S.XIX, y para ilusionar al personal interno, el jefe de Gobierno, O'Donnell con el dinerito caliente de la desamortización de Madoff, pensó en unir al país tras unos objetivos gloriosos que hicieran olvidar la pérdida de las colonias americanas y nos embarcó en tres aventuras: apoyar el intento francés de reponer al emperador Maximiliano en Méjico, con tropas mandadas por el general Prim que visto el pelaje francés decidió volver a Cuba con los expedicionarios sin combatir; otra fue apoyar a Francia en Vietnam como castigo por el asesinato de unos religiosos, con tropas españolas y filipinas, que permitió a Francia mantener su dominio en la Conchinchina un centenar de años y la última que fue aprovechar unas escaramuzas y ataques rifeños a Melilla para declararle la guerra al Sultán de Marruecos. La reacción del pueblo fue de un entusiasmo delirante y la mayoría de los partidos políticos respaldaron la iniciativa de O'Donnell. 
                  

En las semanas siguientes, se abrieron centros de recogida de pertrechos, donados por las gentes y de reclutamiento de voluntarios, particularmente, en el País Vasco, Navarra, así como en Cataluña, donde el presidente de la Diputación de Barcelona, Víctor Balaguer, se encargó de organizar un tercio de voluntarios, que se pondría directamente al mando del general Prim. La guerra duró 1859/60 y terminó con el el Tratado de Wad-Ras, firmado por la reina Isabel II de España y Mohámmed IV de Marruecos. Se establecieron los límites fronterizos de la ciudad con Marruecos, trazados hasta donde alcanzaban los disparos del cañón de «El Caminante», según lo estipulado en dicho tratado. Tres años más tarde se creó el puerto franco y en 1864 las autoridades españolas permitieron el asentamiento libre de personas en la ciudad. La inmigración de la península fue escasa al principio pero comenzó a tomar fuerza tras el fin de la guerra de Margallo, 1ª Guerra del Rif en 1893.


En el tratado de Algeciras de 1906, las potencias francesa e Inglesa nos adjudicaron el protectorado de la zona de Marruecos para que no la cogiesen los alemanes. Poco después dió comienzo la llamada 2ª guerra del Rif, con el ataque del Barranco del Lobo en 1909, que continuó de forma intermitente hasta los desastres de Annual y Monte Arruit en 1921; terminando en 1927, tras el desembarco de Alhucemas en 1925. Indirectamente los rifeños siguieron matando españoles al participar como tropas regulares del lado franquista en nuestra guerra civil. El 7 de abril de 1956 la dictadura franquista, de acuerdo con Francia, reconoce la independencia marroquí. Finalizaban de esta forma los protectorados ejercidos por Francia y España, respectivamente, sobre Marruecos.
      

Pero la guerra volvió a enturbiar las relaciones y así en octubre de 1957, en Sidi Ifni y Cabo Jubi (también Juby) se producían los primeros ataques del ejército del Sahara; realmente unidades del ejército regular marroquí, junto a tribus bereberes de la zona. Curiosamente en el enfrentamiento soterrado entre los ejércitos de Marruecos y España, apareció una clausula secreta del tratado de ayuda americana que prohibía su utilización contra Marruecos. Ello impidió volcar en el frente el poderío real del ejército español que tuvo que utilizar viejos bombarderos Heinkel 111, cazas Me109 Gustav y transportes de paracaídas como los vetustos Junker 52 (llevaban 15 paracaidistas). EEUU prefirió, ya entonces a Marruecos. Los enfrentamientos duraron hasta junio del 58 y dejaron casi 200 muertos entre las tropas españolas. La principal acción tuvo lugar a principios de enero de 1958 y la Legión volvió a llenarse de honor tras expulsar a un contingente formado por medio millar de soldados irregulares marroquíes del «Ejército de Liberación» de sus posiciones en las cercanías de Edchera; al coste de 45 legionarios muertos y otros tantos heridos. Al final del verano se llegó a un acuerdo/tregua mediante el cual se cedieron pequeñas zonas a Marruecos en Cabo Jubi. (Cabo Juby o Tarfaya) que pasó a soberanía marroquí en 1958, mientras que Ifni, que se había convertido en provincia española ese mismo año, hizo lo propio once años más tarde, siguiendo las resoluciones de Naciones Unidas. 

Me109 Gustav de la G. Civil
Bombardero Heinkell 111 de la 
      
Nuevamente el poco amistoso vecino organizó la marcha verde en noviembre de 1975 y hay quien sospecha que participó activamente en la organización de los atentados del 11M de 2004. Sin olvidarnos del incidente con la isla Perejil, situada cerca de Ceuta, ocupada sin previo aviso por gendarmes marroquíes el 11 de julio de 2002 y  sustituidos el 16 por tropas de infantería de marina. Tras un ultimátum del gobierno de España, el 17 se produce el asalto aéreo y captura de los infantes invasores, que fueron devueltos por la frontera. Se firmó un protocolo volviendo Perejil a su situación de desocupado con la retirada del contingente español, el 20 de julio de 2002. Marruecos pretendía poner el foco sobre Ceuta y Melilla; como ahora pero resultó humillada y de ahí...¿al 11M?. Vamos que con amigos como Marruecos, no necesitamos enemigos.


2 comentarios:

  1. Ilustrativo e interesante.
    Ahora bien, parece que falta algo en el tercer párrafo: "Es decir , que desde 1415, fecha en la que empieza..." ???
    ¿no?
    Para lectores de piel sensible quizá también sobra lo de "coaligado con los comunistas de Podemos y apoyado por separatistas y amigos de terroristas de ETA.", que subraya una opinión y dice mucho sobre las inclinicaciones ideológicas de su autor, aunque "el estado de debilidad del gobierno de Pedro Sanchez" sea mas un hecho que una opinión. El superfluo añadido del primer entrecomillado parece poner como causa del citado "estado de debilidad" la coalición y el apoyo, cuando en realidad, sin la coalición y el apoyo la debilidad sería mayor, tan mayor que obligaría a otra coalición o a otros apoyos.

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  2. Voy a revisar el tercer párrafo. Creo que el apoyo de quienes no creen en la unidad de España, debilita al gobierno frente a un tema como Ceuta y Melilla. Por otra parte, Podemos es favorable al referéndum en el Sahara y eso tampoco facilita la respuesta frente a Marruecos. No pretendía molestar a las pieles sensibles y si lo he hecho, lo siento pues no era mi intención.

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